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El Rijksmuseum de Ámsterdam
inaugura hoy su exposición del verano, El arte KWAB en la era de Rembrandt, un estilo decorativo de formas fluidas y sinuosas que durante el siglo XVII plasmó a criaturas marinas, bestias monstruosas y contornos humanos caprichosos, en vajillas, muebles y tapices.
"Rembrandt es para el arte KWAB holandés del siglo XVII lo que Gaudí para el estilo modernista del siglo XIX. Para mí, Rembrandt es el alcalde de este estilo. Fue figura central de este movimiento", explicó hoy a Efe el experto en arte decorativo, Reinier Baarsen, conservador y promotor de esta exposición del Rijksmuseum.
La muestra, que cuenta la historia del espectacular diseño holandés de la Edad de Oro, muestra una selección de cubiertos, junto a grabados, dibujos y pinturas de Rembrandt y Gabriël Metsu, así como, mesas, armarios, tapices de cuero dorado y adornos religiosos de bronce de aquella época.
El arte KWAB también conocido como "lóbulo" o "auricular", en referencia a las formas de la oreja, es la contribución holandesa más importante la desarrollo del arte decorativo en Europa.
Lo peculiar de este arte es su manera de jugar con la superficie, ya que las partes que ondean en los bordes de las piezas sobresalen de manera que da una sensación de que las figuras flotan a lo largo y ancho del objeto.
Para el conservador, la palabra KWAB transmite "una especie de fantasía abstracta" del arte y se originó cuando "un pequeño grupo de genios inventaron este tipo de ornamentos hecho desde las sombras" del cuerpo humano.
Los hermanos plateros Adam y Paulus van Vianen junto a Johnnes Lutma fueron los creadores de esta nueva tendencia, que les proporcionó una fama sin precedentes en aquella época y sus trabajos fueron fuente de inspiración para artistas como Rembrandt y el ebanista Herman Doomer.
Una de las piezas más importantes de las 130 que forman la muestra es una jarra de oro de 1614, obra de Adam van Vianen, que con frecuencia fue copiada y representada en pinturas de grandes artistas.
Es una asombrosa jarra con un mono representado con cuerpo de mujer y un dragón que, en un movimiento giratorio, parecen fluir y chocar una contra otra ante los ojos de quien observa.
Baarsen reconoce que la mejor manera de "sentir la impresión que dan" estas piezas es "rodearlas con las manos y sentir su forma única", pero este lujo no estará a disposición de los visitantes, que tendrán que mirar desde lejos los 130 objetos de la exposición, abierta al público hasta el 16 de septiembre.
"Estas piezas maestras estaban consideradas arte pero también eran diseño, en el siglo XVII no había una frontera clara entre el arte fino y el diseño", añadió el conservador holandés.
La demanda de diseños KIWAB entre las élites europeas se extendió primero por Inglaterra, Francia y Alemania.
Sin embargo, a día de hoy, este tema está "un poco más alejado" de la gente, de lo que sería una exposición de Picasso o del propio Rembrandt, señaló el conservador, quien subrayó que en la época de esos pintores, era un "arte revolucionario" importante.
"Es muy difícil de explicar. Son piezas fácilmente reconocibles, pero al mismo tiempo no representa algo fácil de ver. Está conectado con el realismo pero es puro arte. Es la negación de todo lo clásico de la época, como la arquitectura y el arte realista de los paisajes, los interiores y las naturalezas muertas", concluyó el conservador holandés.
akc