Luego de una edición virtual en 2020, la 35 Feria Internacional del Libro de Guadalajara regresa en modalidad híbrida: 70% de las actividades en presencial y 30% virtual; y con un rostro distinto: estará acotada casi al 40% en espacio, actividades y presencia de con relación a su edición de 2019, no podrá albergar a más de 225 mil personas y tendrá un espacio de exhibición completamente distinto al habitual con poco más de 50% de los editores que estuvieron hace dos años.

“Han sido dos años muy duros, pero regresamos con muchos ánimos y responsabilidad, también con una logística distinta, con medidas que nunca nos imaginamos”, asegura Marisol Schulz, directora de la que hoy inicia con la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2021 a la chilena Diamela Eltit, y concluye el 5 de diciembre, que tiene a Perú como País Invitado de Honor y que tendrá FIL Niños en una sede alterna: el Centro Cultural Universitario, del 2 al 5 de diciembre.

Las autoridades de salud del Estado y el semáforo epidemiológico por Covid-19 en verde permiten el retorno a lo presencial, “logísticamente puede ser complicado, pero es la única manera de regresar”, señala Schulz a EL UNIVERSAL y asegura que les dejaron abrir la feria con un tope en el aforo y sobre todo con un protocolo sanitario muy estricto que ha generado otra redistribución de los stands para tener pasillos mucho más amplios y aforos en salones de 50%.

“Regresamos con muchos ánimos y responsabilidad, logísticamente puede ser complicado, pero es la única manera de regresar”:Marisol Schulz, Directora de la FIL Guadalajara.

“La feria no es la misma de 2019, los stands van a estar movidos, hay editoriales que por distintos motivos (sobre todo por motivos económicos) no pudieron regresar”, dice Schulz. La FIL les ofreció 30% de descuento en compra de stands y flexibilidad de pagos.

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Para los editores, estar en la FIL Guadalajara con venta de libros representa la oportunidad de emprender la recuperación económica tras casi dos años de una caída económica salvaje, afirma Carlos Armenta, director de Impronta Casa Editora.

“Esperamos que la presencia, con todo y que sea limitada, de los lectores y las audiencias sea más o menos fuerte; sin duda será mucho más nacional y local, pero tenemos muchas expectativas en las ventas que nos ayudarán a reponer toda la inversión que se hace en la impresión de novedades; sin embargo, definitivamente el área de profesionales y el área de negocios de la feria, se verá reducida notablemente”, dice Armenta.

El editor y librero asegura: “Sabemos que habrá mucho menos invitados internacionales, sí habrá presencia de varios sellos internacionales pero los profesionales vendrán mucho menos debido al temor del contagio, pero sobre todo a la crisis económica que este año se ha sentido muy fuerte”.

Algunas de las editoriales independientes mexicanas que estarán en la FIL son Sexto Piso, Almadía, Ediciones Era, Arlequín e Impronta, un stand colectivo para el Gremio de Editores de Guadalajara.

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