El periodista Jorge Ramos (Ciudad de México, 1958) dice que prefiere estar “del otro lado” de la conversación, pues ahí tiene más control de la plática. Estuvo en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara para presentar su libro titulado Así veo las cosas (Planeta, 2024). Reconoció estar “un poco triste”, pues finalmente hoy será su última vez como conductor estrella de Noticiero Univisión, luego de 38 años de estar al frente. “Va a ser complicado romper las rutinas”, afirma.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el periodista que dejó México tras una censura y cosechó una exitosa carrera en Estados Unidos —que lo llevó a cubrir guerras en Irak y Afganistán, entrevistar a políticos relevantes como Nicolás Maduro y Andrés Manuel López Obrador, y ganar premios Emmy— comparte su análisis político en esta nueva era de América del Norte con Claudia Sheinbaum y Donald Trump, así como de la evolución del periodismo y sus bondades, en un momento clave de su carrera.
En el pasado dijo que “Trump convirtió a Estados Unidos en un país donde se acabó la posibilidad de consenso”. ¿Este fin del consenso tiene que ver con su salida de Univisión?
Bueno, lo que pasa es que Estados Unidos está más dividido que nunca. He vivido 40 años en un país donde por mucho tiempo estábamos de acuerdo en los datos y en la verdad y ahora todo ha cambiado. Donald Trump es un tipo muy mentiroso y muchos trumpistas y su líder siguen presentando como verdades cosas que son absolutamente mentiras. A los periodistas nos toca asegurarnos de que lo que estemos reflejando es la realidad.
¿Pero esa falta de consenso o ese panorama complicado tuvo que ver con su salida?
(Pausa) No creo. He cumplido un ciclo de 38 años y este es el momento de hacer algo totalmente distinto. Pero ciertamente Donald Trump no es mi amigo ni quiero que sea mi amigo porque creo que es un error buscar acceso al poder y congraciarse con ellos. He hecho lo que me ha tocado hacer. En dos ocasiones he tenido la posibilidad de estar frente a Donald Trump y en las dos lo he confrontado. Si no lo hubiera hecho no hubiera hecho bien mi trabajo.
Tras cuatro años en los que el discurso en los medios fue señalar a Trump como criminal y festejar el fin de su presidencia, volvió con más fuerza.
Sigo pensando que Donald Trump no refleja a todos los Estados Unidos. Pero lo que ha ocurrido es que una buena parte del país no cree las cosas que dice, pero cree que económicamente a ellos les va a ir mejor. Si te das cuenta, en una buena parte de las elecciones en el mundo, la gente no vota por valores filosóficos o valores democráticos, la gente vota con el bolsillo.
¿Ese fenómeno también lo ve en México?
No, en México yo creo que, desde que López Obrador tomó el poder, hay un verdadero movimiento social que está buscando la transformación del país. Hay muchos mexicanos que por mucho tiempo no se sintieron representados en el gobierno y por primera vez sienten que el gobierno los refleja.
¿Qué opinión tiene sobre esta nueva etapa política en México con la primera presidenta?
La pregunta es si eventualmente va a haber un rompimiento con algunas de las ideas de López Obrador. Me preocupa muchísimo el tema de la violencia, cómo, a pesar de todo, México sigue siendo un país extraordinariamente violento. Hay 85 asesinatos por día, y no podemos normalizar esa violencia. Si continúa (la tendencia), vamos a tener 31 mil muertos al final de año. Entiendo que hay que darle el tiempo y el espacio a la presidenta para que ponga en práctica sus políticas. Ojalá que en lo que se refiere a violencia se separe de López Obrador.
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Darle tiempo, pero ya también enfrenta sus primeras crisis con la relación entre países de América del Norte.
Trump es una persona que no tiene ni aliados ni amigos. Es un ser totalmente transaccional, que lo único que le interesa es sacar ventaja. Lo peor que puede hacer México es mostrar debilidad. México tiene que demostrarle a Donald Trump que no somos culpables de que haya habido 107 mil muertes por sobredosis en EU el año pasado, ni que millones de inmigrantes latinoamericanos hayan querido cruzar porque están huyendo de la pobreza o de la violencia. La verdadera fortaleza de México está en demostrarle a Donald Trump que sin México, él no puede controlar la frontera.
De nada sirve enviar equipos de trabajo, Donald Trump es quien toma las decisiones porque lo que vamos a ver en los próximos cuatro años es un gobierno absolutamente unipersonal, quizás menos democrático que antes y peligrosamente antiinmigrante. Es un error esperar hasta el 20 de enero para ir a hablar con él.
¿Ya tiene un proyecto nuevo?
Estoy analizando varias cosas, creo que el futuro es muy distinto. Esta es la época de las reinvenciones y tengo la suerte de vivir en el país de las reinvenciones. Hay que ir donde está la gente y las audiencias están en redes sociales, están en streaming, están en Internet, no están en las grandes cadenas de televisión.
¿Cuáles serían los retos de hacer periodismo en la era de las redes sociales?
No ha cambiado. En el periodismo hay dos cosas fundamentales: hay que reportar la realidad tal y como es, no como quisiéramos que fuera; lo otro, que es lo más importante, es que nuestra principal función social es cuestionar a los que tienen el poder. En esta era de la desinformación, los periodistas somos más importantes que nunca.
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En su libro hizo una selección de 100 artículos, algunos protagonistas de éstos son Trump, Maduro, López Obrador, pero también Taylor Swift.
Estoy tratando de seguir las ideas de nuestros tiempos. He ido a sus conciertos y me parecen extraordinarios, me confieso swiftie, pero también escucho reggaetón, Bad Bunny, Quevedo… creo que es una forma de estar con los pies bien parados en el mundo. Es parte del trabajo, saber qué es lo que la gente quiere oír y mi trabajo es maravilloso. Gabriel García Márquez tenía razón de que es el trabajo más bello del mundo, porque nos permite vivir una sola vida muy intensamente. Entonces en tu trabajo y en el mío podemos, en un momento dado, hablar de Taylor Swift, hablar de la guerra en Gaza y en Ucrania. No conozco ninguna otra profesión que te pueda dar todo eso.
No es una profesión fácil y tampoco es una profesión para silenciosos, pero ahí está un poco la hermosura, la belleza del periodismo. Tenemos esa oportunidad de acercarnos a la gente que cambia el mundo, hay una dignidad en lo que hacemos, si nosotros no hacemos eso, nadie más lo va a hacer.