Hace 70 años, en enero de 1955, se puso en circulación el primer número de Diánoia (término griego que designa el razonamiento discursivo que deriva en conclusiones necesarias a partir de premisas), la primera revista académica de México especializada en filosofía.
Fundada por el filósofo mexicano de origen español Eduardo Nicol y coeditada entonces por el Fondo de Cultura Económica y la UNAM, Diánoia presentó en ese número inaugural artículos de, entre otros, Eduardo García Máynez, Leopoldo Zea y Eli de Gortari; estudios monográficos de Eduardo Nicol y José Gaos; y reseñas bibliográficas de Antonio Gómez Robledo, Adolfo García Díaz, Eduardo Nicol, Luis Villoro, Abelardo Villegas y Jorge Portilla.
“Eduardo Nicol, su primer director, retomó de Platón el término diánoia para referirse al diálogo racional que el alma establece consigo misma y que se extiende hacia los demás, porque eso era lo que él quería: que en esta revista hubiera un diálogo interior, pero también un intercambio de ideas con otros individuos”, dice Aurelia Valero Pie, investigadora del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM y actual directora de Diánoia, la cual es publicada por este instituto.
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Pionera
Según Valero Pie, para entender la novedad que representó Diánoia a mediados de la década de los años 50 del siglo pasado, hay que echar una mirada al contexto en que surgió.
“Entonces no había en México ninguna revista especializada en filosofía, sólo publicaciones en las que se abría un espacio al pensamiento filosófico, pero siempre al lado de textos pertenecientes a otras ramas del saber. Por eso, Eduardo Nicol quiso crear el primer foro para dar a conocer el pensamiento filosófico profesional, esto es, riguroso y, sobre todo, científico.”
A diferencia de lo que se publicaba en otras revistas de aquella época, los artículos de Diánoia eran muy extensos, como capítulos de libro. Algunos se extendían hasta 50 páginas, porque se buscaba impulsar el pensamiento filosófico riguroso, crítico.
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“Por lo demás, Diánoia se fijó varios objetivos: fortalecer el Centro de Estudios Filosóficos, ahora Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, con una sección dedicada exclusivamente a las investigaciones que se realizaban allí; fomentar el desarrollo filosófico en todo el país, para lo cual se invitó a jóvenes filósofos de distintos estados a enviar una colaboración a esta revista; llegar al resto de Latinoamérica, cosa que se logró gracias a la red de distribución del Fondo de Cultura Económica; y obtener un prestigio internacional mediante la publicación de artículos de los mejores filósofos que había en ese momento en el mundo”, comenta Valero Pie.
Temas de interés general
Una de las prioridades del equipo editorial de Diánoia es que, sin descuidar el rigor y la calidad filosóficas, todos los textos sean accesibles para un público culto, interesado, pero no necesariamente especialista.
“En efecto, cuidamos que los temas abordados en ellos no sólo conciernan a un núcleo pequeño de expertos, sino que despierten un interés general. Entre las iniciativas recientes que hemos desarrollado está la de responder a temáticas que se discuten en la arena pública desde una perspectiva filosófica. Por citar dos ejemplos, no hace mucho tiempo publicamos un expediente monográfico sobre la distinción entre sexo y género, y otro acerca de los pasados poscoloniales. Y tenemos programados otros sobre el lema universitario ‘Por mi raza hablará el espíritu’, la inteligencia artificial y el realismo político.”
Análisis crítico
De acuerdo con Valero Pie, la filosofía nos brinda la posibilidad de analizar críticamente los presupuestos o argumentos racionales en los que se basan nuestras afirmaciones, así como sus consecuencias, y, de este modo, esclarecerlos.
“Además, nos permite establecer con otros un diálogo sobre esos mismos presupuestos o argumentos, y fundar formas de convivencia basadas en relaciones éticas, razonadas, en las que sea posible alcanzar ciertos acuerdos. Parte de lo que nos ofrece la filosofía es aprender a aceptar y respetar el disenso, las diferencias, sin abandonar el diálogo. Y esto es fundamental en nuestros días. En suma, la filosofía sirve para pensar ‘lo que es’, pero también para imaginar ‘lo que podría ser’, es decir, nuevas formas de convivencia más justas, equitativas y plurales.”
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En español
Diánoia tenía una periodicidad anual, pero a partir de 2001 sale cada seis meses: en mayo y noviembre; asimismo, se publicaba en papel, pero en 2017 empezó su transición hacia el formato digital.
“Durante un tiempo convivieron las versiones impresa y digital. Hoy en día existe únicamente esta última, que se puede consultar, de manera abierta y gratuita, en la dirección electrónica https://dianoia.filosoficas.unam.mx Cabe añadir que la entrada ‘Archivos’ contiene, en formato digital, todos los números que han aparecido desde enero de 1955. Por cierto, el 95 acaba de salir y en él ofrecemos un balance de la trayectoria de Diánoia.”
Para Valero Pie es muy importante resaltar el gran esfuerzo llevado a cabo por muchísimas personas de varias generaciones para que Diánoia haya podido llegar a su 70 aniversario, y, también, el hecho de que esta revista publique todos sus contenidos en español, lo cual va a contracorriente de las tendencias seguidas en el ámbito académico.
“Esto es básico porque nos interesa mostrar que se puede filosofar en nuestro idioma con el rigor necesario y establecer un diálogo significativo con toda la comunidad hispanoamericana”, concluye.
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