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Por primera vez en su historia de 82 años, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ) cuenta con un reglamento a través del que se “atiende un pendiente administrativo y jurídico añejo”. Se trata de un documento con 57 artículos que es “perfectible” y para ello, las autoridades del Instituto hicieron un llamado para que la comunidad del INAH participe, aunque investigadores señalan que no existen las condiciones para que sus críticas sean tomadas en cuenta.
El reglamento fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y ayer por la tarde fue presentado autoridades del INAH: Diego Prieto , director; María del Socorro Villarreal , coordinadora nacional de Asuntos Jurídicos, y Aída Castilleja , secretaria técnica; así como por el antropólogo Bolfy Cottom , investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto.
La presentación se hizo de forma virtual . Ahí, Prieto reconoció que el documento no es resultado de un trabajo de esta administración, sino que comenzó desde 2017 y en su elaboración participaron varios integrantes de la comunidad del INAH, como la historiadora del arte Consuelo Maquívar , los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Pedro Francisco Sánchez Nava , los antropólogos Raquel Padilla (19 de septiembre de 1967 - 7 de noviembre de 2019) y Bolfy Cottom, el arquitecto Arturo Balandrano y la restauradora Bertha Peña Tenorio , por mencionar algunos.
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El grupo comenzó a trabajar el 26 de julio de 2017 y para mediados de junio de 2018 ya contaban con un Anteproyecto. Sin embargo, no es la primera vez que se intentaba realizar un reglamento, de hecho, esta es la quinta vez.
“¿Por qué no se había logrado? Por distintas circunstancias. A veces no es fácil poner de acuerdo a una comunidad tan compleja como la del INAH” y diferentes factores propios de la administración pública federal, dijo Diego Prieto, quien enfatizó que la publicación del reglamento no es final, pues “comienza el perfeccionamiento, la reorganización y reingeniería institucional”.
“Todo instrumento normativo es perfectible, no quiere decir que así se va a quedar (el reglamento) para la eternidad, pero sí decir que hemos superado un vacío histórico que teníamos”, agregó el director del INAH.
La idea de que el reglamento es perfectible fue secundada por María del Socorro Villarreal y Bolfy Cottom, quien dijo: “Terminó una etapa y ahora viene otra que sin duda alguna tiene que involucrar a todos los trabajadores del Instituto. Sin duda alguna tenemos que incluir a todos los trabajadores, generar, imaginar, proponer mecanismos democráticos para poder incidir en la conformación de los órganos colegiados”.
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Y es que el reglamento indica en su tercer artículo transitorio, que el director del INAH “convocará, mediante acuerdo, dentro de los treinta días posteriores a la entrada en vigor del presente Reglamento, a 21 especialistas en museos, docencia, antropología física, lingüística, etnología, antropología social, paleontología, arqueología, historia, monumentos históricos, conservación y restauración, para que, por única ocasión, determinen la forma en la que se llevará a cabo el proceso de elección de los Consejeros de cada Consejo de Área del Instituto”.
Críticas al reglamento
Bolfy Cottom también dijo que el reglamento tendrá que ajustarse poco a poco a la realidad del Instituto: “No se aborda toda la normatividad en este reglamento, faltan otros instrumentos y lineamientos. Hay desafíos que enfrentar y ellos nos deben hacer pensar en una mayor autonomía de la institución ”.
La presentación del reglamento se hizo a través de una transmisión en el canal de YouTube del INAH que duró poco más de una hora. En todo ese tiempo, diferentes usuarios escribieron comentarios, en su mayoría críticas en las que expresaron su descontento por la destrucción de patrimonio en Oztoyahualco , en la Zona Arqueológica de Teotihuacan , las condiciones laborales en el Instituto y los recientes cambios en los Lineamientos para la investigación arqueológica en México; sin embargo, no hubo espacio para abordar alguno de esos temas.
En entrevista, Gustavo Ramírez , secretario general del Sindicato de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, reconoció que el reglamento era necesario; sin embargo, también dijo que tiene deficiencias:
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“Hay aspectos que se hubieran podido haber incluido. Por ejemplo, faltó incluir a la divulgación entre las áreas sustantivas. También era importante incluir los perfiles básicos para los directores de los centros INAH y otros centros de trabajos, de tal manera que se contemple que quienes ocupen esos cargos tengan una formación profesional adecuada, de esta forma se nombraría a directores que no sólo cumplan con funciones administrativas, sino que sean personas capaces de fomentar las labores que hace el Instituto”, dijo Ramírez.
Con respecto a los llamados a que participe la comunidad del INAH en el perfeccionamiento del reglamento, Gustavo Ramírez declaró que no existen las condiciones.
“De palabra hay disposición, pero en los hechos hemos visto que esto no es así. Constantemente se niegan a que la comunidad participe ampliamente. Por ejemplo, en el equipo que trabajó en la formulación de este nuevo reglamento sí participaron investigadores, pero no fueron elegidos democráticamente, sino que fue el director (Diego Prieto) quien decidió a quién invitaba. Esos procesos nos parecen cerrados, oscuros, limitativos que contradicen lo que las autoridades proponen. Sin embargo, coincidimos en que todo reglamento es perfectible”, sostuvo Ramírez.
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Subrayó que él y los integrantes del sindicato al que pertenecen tienen toda la disponibilidad de participar, “pero poca oportunidad se nos da y no cesamos en la necesidad de que hay que pensar en un INAH que sea adecuado a la realidad y a las necesidades de nuestros tiempos, orientado a la establecido en el artículo 4 de la Constitución , que es el acceso a los servicios culturales que presta el Estado”.