Ana Magdalena Bach, protagonista de En agosto nos vemos, trasciende las páginas del libro póstumo de Gabriel García Márquez y llega al lienzo y papel, ya sea en pintura o acuarela, en la exposición Entre amores y gladiolos, en la Casa de Literatura Gabriel García Márquez.

La muestra con obra de Rosa Elena Flores marca una nueva etapa para el recinto ubicado en Fuego, 144, en Jardines del Pedregal.

Esta es la primera vez que Flores, excontadora que desde hace 15 años se dedica al arte de forma profesional, hace pinturas a partir de una obra literaria. Le llevó un año pintar las 46 obras en exhibición.

“Fue una experiencia muy diferente, porque yo pinto muy libremente, hacía lo que me venía a la mente de mi propia experiencia y gustos. Aquí ya era proyectar la experiencia de otra persona, tanto del personaje como de García Márquez. Tuve que hacer un proceso para sentirme parte de”, dice la especialista en acuarela, quien leyó cinco veces En agosto nos vemos para conocer a profundidad al personaje protagonista.

Con las relecturas, Flores, quien es egresada de San Carlos y es miembro de la Sociedad Mexicana de Acuarelistas, explica que pudo apreciar matices de la personalidad de Bach, más allá de ser una mujer que “deseaba libertad sexual”, como por ejemplo, la relación que tuvo con su madre.

“Sí fue intimidante”, comenta sobre la idea de ilustrar lo que llegó a escribir el Nobel de Literatura. Sin embargo, explica que para enfrentar esa sensación apostó por confiar en su autenticidad y no lidiar con las expectativas.

Regreso a actividades

La Casa de Literatura Gabriel García Márquez, reanuda actividades con algunas novedades.

“Este proyecto lo estoy llevando yo sola y ha sido un poco difícil porque ha venido mucha gente, hay muchas ganas de visitar la casa y a veces no puedo manejarlo sola (...). Ha habido baches en el camino porque todo esto ha sido financiado por nosotros y a largo plazo va a ser imposible. Estamos buscando socios que se quieran involucrar, pero es difícil, en México la cultura no es una prioridad. Me encantaría que este lugar fuera gratis, pero al final la casa necesita mantenimiento”, dice Emilia García, directora del recinto y nieta del escritor.

En la pausa de actividades se creó un sitio web (https://casadelaliteraturaggm.com/) para gestionar la reservación de visitas, que antes se hacían en Instagram. También se abrió un nuevo espacio al público, además del estudio del escritor, que es el recibidor de la casa, desde donde se podrá ver la sala y el comedor, espacios dignos de museo porque además de tener las decoraciones personales del autor —como su sillón preferido—, fotos, libros y recuerdos de viajes que hizo “Gabo” junto a su esposa, Mercedes Barcha, hay pinturas de artistas como Rufino Tamayo, Vicente Rojo, Joy Laville y José Luis Cuevas.

Emilia García explica que aunque no hay una programación establecida de exposiciones que albergará la casa, sigue en búsqueda de presentar actividades culturales relacionadas con García Márquez.

“Mi plan a futuro es hacer clubs de libros, accesibles para quienes están empezando a leer y también para gente que está más clavada. Es un espacio súper bonito donde puedes venir una vez al mes a hablar del libro que leíste y vivir la casa como realmente la vivían los ‘Gabos’. También me interesa que se den talleres de narrativa, de podcast y de escritura de guión”, dice García sobre la vocación educativa que desea para el recinto.

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