“Planeta ballena”, segundo disco de , nació de un lugar misterioso, en el que no hay justificaciones lógicas, cuenta la artista. “Nació en el contexto de un viaje que hice por la Baja California, mientras hacía un documental que fue como una road movie que filmé con Omar Guzmán y Laura Carmen Magaña; hicimos un recorrido desde La Paz hasta Tijuana en un tráiler, filmando y buscando ballenas”.


En este viaje surgió el nombre del disco y una canción homónima. La afinidad con el trabajo de Ariel Guzik y el diálogo que establece con ciertos fenómenos naturales a través de los instrumentos que diseña fueron una de las inspiraciones de Dora Juárez en aquella época.


Estos hechos aparentemente aislados —la filmación del documental, la búsqueda de las ballenas, la afinidad con Ariel Guzik— fueron el punto de partida, la bisagra para transitar de “Cantos para una diáspora”, su primer disco, a “Planeta ballena”; transitar de la música sefardí a un serie de paisajes sonoros que intentan decodificar algo metafísico o espiritual: el contacto del ser humano con la naturaleza, explica.

Lee también:


Ambos discos podrían conformar un díptico involuntario sobre la vida de la artista. Un díptico que empieza con la recuperación de sus raíces y acaba con una búsqueda espiritual en la que se intrinca un abanico de recuerdos familiares. Este homenaje a sus orígenes en el  disco anterior fue, como el trabajo de un arqueólogo, el desprendimiento de las capas del pasado, una a una. "Después de honrar a mi familia, yo me embaracé, gesté una nueva vida. Y esta nueva vida me fue trayendo el impulso de podar, metafóricamente, mi árbol familiar del cual estaba suspendida en el disco sefardí".

Dora Juárez Kiczkovsky presenta su segundo álbum, "Planeta ballena" 
Foto: Dora Juárez Kiczkovsky , cortesía
Dora Juárez Kiczkovsky presenta su segundo álbum, "Planeta ballena" Foto: Dora Juárez Kiczkovsky , cortesía


"La noción de Planeta ballena engloba la posibilidad de maravillarse. Se trata de cómo la mirada no puede dejar de entrar en un estado de contemplación de lo maravilloso, tal como cuando una ballena emerge. Es una especie de apertura del campo perceptual, como si esta mirada-túnel en la que a veces entramos, ese salir de la mirada constreñida abre una esfera de percepción donde lo que percibimos de pronto adquiere una cualidad más luminosa, va más allá del sentido de la vista, permea todo el aparato sensorial y abre una puerta para encontrarnos en esta posibilidad de recordar nuestra interconexión", abunda Juárez Kiczkovsky.


A partir de su maternidad, continúa, tuvo una necesidad profunda de volver a la naturaleza; entonces, migró, se fue de la Ciudad de México a la costa del país y se dedicó a criar, a sembrar árboles y aprender bioconstrucción. Una especie de llamado salvaje que permea conceptualmente al segundo disco, con canciones de cuna y piezas sobre la maternidad, incluso.  

Lee también:


"Hay una canción que se llama Disappearing y está basada en El libro tibetano de los muertos. Tiene que ver con los portales, el umbral ante la muerte y el momento del nacimiento. Trata de la gran fertilidad que hay ahí adentro para reconocer nuestra verdadera naturaleza. El libro tibetano de los muertos es un instructivo para el momento en que uno muere; habla de la desconfiguración de los cinco sentidos durante el proceso de muerte, cuya descripción me impresionó. La desconfiguración del oído, por ejemplo, es como un sonido atronador, como si se abriera la Tierra y en esa canción intento, de alguna manera, acercarme a este mensaje, estas instrucciones para atravesar un momento aterrador desde la perspectiva del budismo".


El punto de partida de esta canción y su densidad es algo que la artista tiene claro: "No hay luz sin oscuridad. Desde mi perspectiva y desde la perspectiva del budismo tibetano, la luz y la oscuridad no están separadas; es decir, en lo más profundo de la oscuridad hay una esencia luminosa que está gestando todo.  La percepción humana es la que crea la  dualidad entre bien y mal, oscuro y luminoso, pero en realidad todo está manando de una fuente que es pura claridad y que nombra la naturaleza de la mente".


El disco se presentará el 13 de marzo, a las 18:30 horas, en el Foro Alicia Urreta de la Casa del Lago de la UNAM. A la cantante y compositora la acompañarán, en concierto, Fernando Vigueras, Francisco Bringas, Alejandro Tux y Alethia Andrade. La entrada será libre.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

melc

Comentarios