¿Qué tanto conocemos de la obra de ? Puede que la respuesta más común contemple el nombre de los del artista, los cuales lo colocaron dentro del muralismo mexicano, movimiento artístico surgido después de la Revolución Mexicana con el objetivo de retratar la identidad nacional.

Clásicos de Siqueiros como La marcha de la humanidad en la Tierra y hacia el Cosmos, en el Polyforum Siqueiros, Retrato de la burguesía, en el Sindicato Mexicano de Electricistas, y El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo, en la Biblioteca Central de CU, son testimonio del poder creativo del artista, y se colocan como obras clave dentro de la historia del arte nacional.

Fuera de esta obra, permanecen poco estudiados centenares de cuadros, la mayoría de caballete, los cuales son analizados por la investigadora Irene Herner Reiss, una de las mayores especialistas en la vida y trabajo del muralista.

Retrato de David Alfaro Siqueiros, realizado por Ofelia Guilmáin, en junio de 1962. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)
Retrato de David Alfaro Siqueiros, realizado por Ofelia Guilmáin, en junio de 1962. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)

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Herner, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en colaboración con Mónica Ruiz Castro, investigadora de la misma institución, recientemente publicaron Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL, 2024), un volumen de amplio formato que hilvana las obras de caballete de Siqueiros con sus grandes obras murales.

De acuerdo con Herner, estos trabajos de caballete son ensayos de murales, también denominados murales móviles, y una gran cantidad fue realizada durante sus estancias en la cárcel, entre ellas el Palacio de Lecumberri.

En entrevista, Herner y Ruiz Castro dan más detalles de la investigación y rastreo de obra, un trabajo que han desarrollado a lo largo de tres décadas y que ha permitido a las investigadoras trazar el mapa de casi mil obras de Siqueiros, distribuidas en el extranjero y en manos de coleccionistas privados y diversas instituciones. El libro, precisan, analiza 57 de estas obras, las cataloga y hace un análisis de su contenido.

Un paisaje del artista, pintado en 1936, hoy en el Museo Kaluz. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)
Un paisaje del artista, pintado en 1936, hoy en el Museo Kaluz. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)

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Asimismo, las investigadoras apuntan que hay una gran cantidad de falsos Siqueiros en circulación, por lo que es fundamental localizar las obras verdaderas del artista e integrarlas en un catálogo analítico, una tarea que debe ser asumida por el INBAL, ya que la obra del muralista forma parte del patrimonio artístico de México.

“Yo conocí a Siqueiros en mi casa. Primero lo conocí por los cuadros, porque mis padres eran coleccionistas y galeristas. Vendían obras de Siqueiros, sobre todo obras que Siqueiros estaba pintando en la cárcel, en los principios de los 60. Tres días después de que salió de Lecumberri fue a visitar a mis padres, ahí lo conocí”, rememora Herner.

De acuerdo con la catedrática, fue el propio Siqueiros el que nombró a esos cuadros de caballete como murales móviles. “Siqueiros realizó toda esa obra tan extraordinaria, que deben ser más de mil obras; tenemos hasta ahorita catalogadas cerca de 800, nos faltan todavía algunas obras por catalogar, que hizo en sus años encarcelado o cuando estuvo exiliado”, señala Herner.

La política del buen vecino, de 1951, deja ver sus posturas ideológicas. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)
La política del buen vecino, de 1951, deja ver sus posturas ideológicas. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)

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Gracias a la experimentación que le daba pintar en menor escala, fue que el artista logró crear sus grandes obras, afirma la investigadora.

Una de las novedades del libro es que presenta obras poco conocidas o que permanecieron fuera del ojo público por encontrarse en colecciones privadas.

“Muchas de estas 57 obras estaban fuera del espacio público, en casas privadas. Hay obras que estaban guardadas en las bodegas de museos, es decir, hemos encontrado realmente muchísimas obras que andaban desconocidas o que estaban guardadas”, afirma Herner.

Aunado a esta novedad, el libro presenta vinculaciones entre estas obras y un análisis profundo de su proceso creativo. “Hay un ejemplo muy particular, que es un cuadro de 1936, que es un paisaje que ahorita está en el Museo Kaluz, y a partir de eso pudimos reconstruir su historia; también pudimos hacer vinculaciones con la iconografía del artista, por ejemplo, sus madres, sus víctimas, sus visiones de campesinos o sus visiones del pueblo”, señala Ruiz.

Kaktos, de 1963, fue realizada en la prisión de Lecumberri. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)
Kaktos, de 1963, fue realizada en la prisión de Lecumberri. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)

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Irene Herner asegura que sí existe una relación entre la forma de pintar del artista con sus encierros, especialmente cuando estuvo preso en Lecumberri. “Su técnica se vuelve mucho más violenta, pero a la vez más expresiva, más abierta, hay muchas más sobreposiciones, hay una fuerza, se ve un poder ahí que él no puede sacar de esas pequeñas celdas en donde vive, entonces las saca con el arte. Siqueiros es un artista de la adversidad, que se hace en la adversidad”.

Ruiz Castro agrega que la reclusión lo limita en cuanto a materiales, por eso hay una notoria experimentación. “En la cárcel hizo obras con betún de zapatos, con tintas, con otras experimentaciones plásticas y materiales, fuera de la piroxilina y el acrílico que siempre trabajó durante su carrera”.

Acerca de la localización de las 800 obras de caballete, Herner apunta que fue un trabajo extenso de rastreo, sin embargo, subraya que en muchas ocasiones le presentan obras apócrifas para catalogarlas como auténticas.

Siqueiros por Siqueiros, 1939, cuadro que está en una colección privada. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)
Siqueiros por Siqueiros, 1939, cuadro que está en una colección privada. Foto: Libro Siqueiros documentado. Testimonios de un proceso creativo (INBAL)

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“Desgraciadamente nos llegan más falsos, hay cuadros que llegan y que no podemos documentar, nosotros no damos opiniones, documentamos y las integramos a ese rompecabezas que algún día será el catálogo analítico”, dice Herner.

Por la amplia cantidad de falsos que circulan en el mercado, las casas subastadoras recurren a Herner para autentificar las obras de Alfaro Siqueiros que les llegan, apunta Castro Ruiz. “Eso no solo le da un lugar y valor a la obra, sino también le da una certeza al mercado frente a este cúmulo gigantesco de falsos y copias que existe, es un motivo de orgullo”, señala la investigadora.

El objetivo final es construir un catálogo analítico de Siqueiros, una tarea que debe llevar a cabo el INBAL, en la que toda esta catalogación y análisis será ofrecido para enriquecerlo.

“Nosotras, como investigadoras, investigamos todo esto gracias al Centro de Comunicación de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM”, concluye Irene Herner.

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