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El pianista y director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim ofrecerá este miércoles un concierto de obras de Beethoven en la Sala Grande del Conservatorio de Moscú dedicado a su maestro y suegro, el pianista y pedagogo ruso-georgiano Dmitri Bashkírov .
"Pueden imaginar cuánto me emociona volver a presentarme aquí. Conocí a mi suegro mucho antes de conocer a su hija, en 1955. Le admiro no solo como un pianista maravilloso, sino también como un pedagogo maravilloso", afirmó en una rueda de prensa telemática el músico.
Según el argentino nacionalizado español, israelí y palestino, mantuvo una profunda amistad con Bashkírov, con quien compartió y trabajó en "muchas ocasiones y diversos lugares: en Moscú, en Leningrado, en Israel y en España".
"Era un magnífico maestro de piano y, aunque hay muchos grandes pedagogos, lo que lo distinguía como único es que no solo enseñaba a tocar piano, sino que enseñaba a establecer una relación especial con la música", afirmó.
La principal característica de Bashkírov, añadió, radicaba en que era capaz de "prender la llama interior" imprescindible para hacer música.
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Bashkírov falleció a los 89 años el pasado 7 de marzo.
A lo largo de su vida fue maestro de piano en diversas academias de gran prestigio, entre ellas el Conservatorio Chaikovski de Moscú , el Conservatorio Superior de Música de París, el Mozarteum de Salzburgo o la Academia Sibelius de Helsinki.
"Lo único que quedará de mí serán mis aprendices", comentó en cierta ocasión, una frase que lo consagra como maestro de maestros del arte musical. Y uno de sus más destacados aprendices le honrará este miércoles en Moscú.
Barenboim recordó la máxima de su maestro, quien consideraba que la música pasa "primero por la cabeza, luego por el corazón, y finalmente, por los dedos" del pianista.
El pianista, merecedor de seis premios Grammy a lo largo de su carrera, celebró su retorno como solista a Moscú, donde ofreció un concierto en solitario en 1965, en la misma sala del Conservatorio.
Posteriormente dio conciertos en Rusia en varias ocasiones más, junto a orquestas tan reconocidas como la Filarmónica de Viena o la West Eastern Divan Orchestra, y ahora, 55 años después, retorna para ofrecer un único concierto como solista.
"Tengo una relación muy sólida y profunda con Rusia. Todos mis cuatro abuelos eran de Rusia y llegaron a la Argentina a principios del siglo XX. Además, mi esposa también es rusa, por lo que yo me siento ruso en un 90 %", bromeó.
Ahora, ofrecerá las últimas tres sonatas de Beethoven, un músico, en su opinión, "totalmente contemporáneo (...), uno de los compositores más importantes de nuestro tiempo".
"Podemos percibir el mundo interior de Beethoven a través de sus sonatas y sinfonías", aseguró al defender la elección de obras de sus últimos años, "una etapa en la que el músico comenzó a mirar hacia el futuro", algo que consideró "muy adecuado" al mensaje que busca transmitir en su concierto.