El mural “Los siete crímenes mayores”, de, que se ubica en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sufrió daños durante la marcha de la Generación Z que se llevó a cabo el pasado 15 de noviembre.

“La SCJN ha actuado de manera inmediata y responsable ante esta afectación al patrimonio nacional, levantando las respectivas actas y notificando a las instancias correspondientes. Aunado a lo anterior, a través de su Dirección de Asuntos Jurídicos, se dio aviso al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), así como al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), autoridades competentes en materia de conservación, para solicitar su apoyo en la dictaminación de los daños", dijo hoy la SCJN en un comunicado de prensa.

Se detalla que se está a la espera de un informe sobre los daños que sufrieron los cráneos hechos de fibra de vidrio y el vitral que conforman al mural, para emprender una restauración "que honre la visión del maestro" y se realice en comunicación con Casa Estudio Rafael Cauduro.

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Hace una semana, la Casa Estudio Rafael Cauduro –que cuida el legado del artista fallecido en 2022– declaró en un comunicado de prensa que el daño al mural evidencia lo que buscaba comunicar el artista con esta obra: “Cuando creó este mural hace casi dos décadas, lo hizo para denunciar la impunidad, la corrupción y el fracaso del sistema de justicia. Hoy, que la obra haya sido vandalizada en medio de un estallido social, no contradice su sentido: lo evidencia”.

La Casa Estudio señala que “estas nuevas huellas”, haciendo referencia a los daños, “sitúan” a la obra de arte “en su tiempo” y la vuelven “testigo del hartazgo social”.

“La intervención que hoy vemos forma parte del mismo relato que él quiso exhibir”, se lee en el comunicado.

Al final, la institución pide respeto al legado del artista y a la integridad conceptual del mural, y hace un llamado para que las autoridades tomen las acciones correspondientes.

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