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El bailarín Isaac Hernández (Guadalajara, 30 de abril 1991) alista la octava edición de "Despertares" , en el Auditorio Nacional , donde se presentarán más de 30 artistas internacionales de las compañías más importantes del mundo y entre ellos están los bailarines rusos Maria Alexandrova y Vladislav Lantratov , quienes llegarán a México en medio de la invasión de Rusia a Ucrania, lo que ha implicado críticas y cancelaciones hacia todo lo relacionado con el país presidido por Vladimir Putin.
Hernández se dice consciente de la situación e incluso reconoce que, como productor de "Despertares", corre un riesgo; sin embargo, dice confiar en el público mexicano y manda un mensaje para que no se politice al arte y la cultura, pues hacerlo “representa un interés, una misma línea y propósito en específico y entonces se pierde la autonomía y las bases de la creatividad”.
En entrevista, el bailarín también reflexiona sobre sus siguientes seis años de carrera y la reunión que mantuvo con Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, para que la escuela del Royal Ballet de Londres venga a México a realizar audiciones.
El bailarín mexicano Isaac Hernández. Foto: Germán Espinosa
Son ocho ediciones de "Despertares", más de 10 años de trabajo, ¿cuál es el principal reto para un proyecto de esta magnitud?
Cada edición de "Despertares" trae sus propios obstáculos y sus propias realidades. "Despertares" es un espectáculo que ha sucedido con tres administraciones diferentes. Las realidades del país han sido muy distintas. Casi en cada edición los intereses míos, los del público, los de las autoridades y los de la iniciativa privada también han sido diferentes. Nuestro país está en constante cambio y sobre todo cuando hay un cambio de gobierno el país se reinventa de cierta manera. Lo más difícil de todo este proceso ha sido encontrar continuidad de un proyecto que es muy importante para la agenda cultural del país, pero que ahora, después de casi 10 años de trabajar en este proyecto, encuentra un respaldo extraordinario en el público; esa es la razón por la cual regresa y por la que es posible este año.
¿Es complicado realizar este tipo de proyectos en México?
Cuando empecé el proyecto o la idea de regresar a México a bailar por primera vez, no tenía el conocimiento de lo que requiere un proyecto de esta magnitud, en temas operativos y costos, pero creo que al final la enseñanza que me llevo es que lo importante de esto es que suceda, encontrar la manera que las cosas se hagan y que se hagan donde se defienda la excelencia. Aquí en México me encontré desde el principio con la necesidad de luchar porque las cosas se hicieran bien. Muchas veces tuve que dejar el proyecto porque sabía que no se estaban cuidando los estándares, que no se estaba considerando al público con el respeto adecuado y debido. Creé la casa productora Soul Arts Productions para garantizar estos estándares. Es muy difícil cuando defiendes estos estándares y una profesión que en México no está considerada como una prioridad para el consumo cultural ni del público ni de las autoridades. Tengo la responsabilidad de hacer las cosas bien.
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¿El público, las autoridades y la iniciativa privada han entendido los de una producción como esta?
Ha habido periodos. Recuerdo con felices momentos las ediciones de 2017, 2018 y 2019, cuando tuvimos una colaboración muy importante de la iniciativa privada y también de las iniciativas gubernamentales, donde ellos fungieron como un facilitador para dar ciertas garantías. En esas ediciones hubo una buena colaboración que fue muy constructiva y que me parece la manera más idónea de producir contenido cultural, porque la responsabilidad se comparte y no esperas que dependa de las instituciones gubernamentales, pero también compartes la responsabilidad con la iniciativa privada, los productores y el público, porque a final de cuentas, si el público no va, estos productos no tienen un lugar en la vida cultural del país. Ahora hemos cambiado muchas mentes en relación con el ballet clásico al estar en el Auditorio Nacional, eso nos ha expuesto a un público muy diverso y nos ha permitido crecer y convertirnos en un proyecto que es sustentable.
El bailarín mexicano Isaac Hernández. Foto: Germán Espinosa
Este año en "Despertares" participarán Maria Alexandrova y Vladislav Lantratov, dos bailarines rusos ¿En algún momento te detuviste a pensar sobre posibles críticas?
Definitivamente. La reacción ha sido tan extrema que se han aislado tantas voces, en ciertos lugares se ha tratado de borrar a autores como Chéjov, a compositores como Tchaikovsky. Hasta cierto punto me ha parecido importante proteger a "Despertares" y mantenerlo como una plataforma donde no se politice el arte. Sí se puede politizar el arte, pero no es el caso con estos bailarines y en un escenario como el Auditorio Nacional. En un espectáculo como "Despertares" nunca vamos a pedir el pasaporte para aceptarlo o no. El requerimiento para estar en "Despertares" es ser excelente. En ese sentido no debemos olvidar también que al final el arte cumple el propósito de crear puentes, de crear un lenguaje común, pero también hay que recordar que estamos luchando por unas libertades y garantías y que al cancelar a un artista que no tiene nada que ver con las decisiones políticas que se toman en su país es muy injusto y si en algún momento nos encontramos en una situación similar, lo veríamos de una manera muy clara. Me gusta la idea de poder mantener esto apolítico y que la libertades de los artistas no se vean involucradas de manera directa con estos conflictos. Sería una pena que el público mexicano no pudiera ver el trabajo de Maria Alexandrova y Vladislav Lantratov por una razón que muchos de los mexicanos no entendemos.
Más allá de estos dos casos, ¿cuál es el riesgo de politizar el arte y la cultura?
Pierden su propósito. Cierto propósito del arte y la cultura es reflejar realidades, cuestionar realidades, tocar temas incómodos y de empujarnos a cuestionar nuestra convicciones, de crear y generar un debate y cuando se politiza el arte representa un interés, una misma línea y propósito en específico y entonces se pierde la autonomía y las bases de la creatividad. De cierta manera estoy corriendo un riesgo como productor, porque hay una corriente muy generalizada en el mundo, pero estoy tratando de ser congruente con los principios que tengo en relación al arte y al trabajo de estos artistas.
El bailarín mexicano Isaac Hernández. Foto: Germán Espinosa
¿Tienes miedo de que te cancelen a ti porque incluiste a este par de bailarines en "Despertares"?
Tengo mucha confianza en el público mexicano y tengo mucha confianza en que estos temas —que no entendemos completamente— no van a tener un lugar en esta edición de "Despertares" y simplemente vamos a estar ahí, como siempre estamos.
¿Están garantizadas las ediciones futuras de "Despertares"?
No. Es muy difícil decirlo y verlo de esa manera. Todos los años este proyecto inicia desde cero, a pesar de que llevamos 10 años con grandes resultados, siempre empezamos de cero. Empezamos a enfrentarnos con problemas nuevos y con los mismos problemas de siempre. Lo importante es que el próximo 6 de agosto podamos estar juntos otra vez, que el público pueda tener una noche inolvidable.
Has mencionado que te quedan seis años como bailarín de alto nivel. ¿Todo ese tiempo estarás en el San Francisco Ballet?
Espero que sí. Si las cosas se dan bien, me gustaría retirarme ahí, es algo muy especial poder regresar a la compañía que primero me dio la oportunidad de ser bailarín profesional. Hay como una misión de poder construir proyectos con las comunidades latinas y llevar "Despertares" a Los Ángeles, es algo que he intentado hacer desde hace varios años.
¿Qué viene para ti ahora además de "Despertares"?
Por los próximos dos años tengo muchos compromisos en Europa todavía. Hay muchas cosas que quiero hacer, aún no he bailado en Milán y lo voy a hacer en octubre, voy a regresar a París. Lo del San Francisco Ballet tiene una misión muy específica en el contenido artístico que son las creaciones y creo que estoy en mi carrera en un punto que es muy importante para mí, porque puedo ser parte de las nuevas creaciones, y eso es una manera de influenciar lo que sucederá en los próximos años en el ballet clásico.
Tuviste una reunión con Alejandra Frausto, secretaria de Cultura. ¿Llegaron a algún acuerdo para trabajar juntos?
Tenía ganas de verla para comentarle la posibilidad de traer a la escuela del Royal Ballet de Londres . Llevo seis años negociando con ellos para que vengan a hacer audiciones y que busquen talento mexicano, como se ha hecho a través de las plataformas de "Despertares Impulsa". Tengo el sí de la escuela, estoy buscando rescatar ese proyecto y quería que la secretaria supiera que está esa iniciativa ahí, que se puede compartir la posibilidad de que esto suceda. Entiendo que la situación del país es muy específica, tienen ciertas prioridades, pocos recursos, pero quería que supiera que está esa oportunidad. La secretaria se entusiasmó con la idea, el trabajo está prácticamente hecho, esperamos simplemente encontrar un apoyo que nos permita operar las audiciones nada más. Ella y Eduardo Amerena, coordinador Ejecutivo del Auditorio Nacional, se comprometieron a trabajar en las próximas dos semanas para encontrar la posibilidad de que esto suceda, involucrar a la iniciativa privada de alguna manera, para que esto sea un logro compartido.