La música de Giovanni Pierluigi da Palestrina pertenece a una alta cultura a la que ciertas personas temen cruzar, afirma Marco Antonio García de Paz, director huésped del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes en el programa "Palestrina y su influencia en la polifonía novohispana". "Hay gente que dice: es algo sacro, es antiguo, es aburrido, pero es música para todos. Que crucen y después opinen. Yo creo que la gente tiene que atreverse a cruzar. No es necesario ser un creyente. Sacro no significa aburrido. Alguien puede ser agnóstico o ateo y disfrutar muchísimo esta música. De hecho, yo no soy un creyente especialmente devoto. ¿Por qué encasillamos las cosas?, ¿por qué pensar que algo no es para uno? A lo mejor sí. Uno decide, pero si no se cruza, es imposible saberlo. Tendremos bastante con que haya una sola persona que lo disfrute".

García de Paz explica que el programa que van a interpretar es por los 500 años del nacimiento de Palestrina (3 de febrero de 1525), una efeméride que se celebra a nivel internacional. "Entonces, pensamos en vincular la música virreinal, que el 70 % del programa sea música de Palestrina y que lo restante corresponda a otros autores que vivieron durante la época de Palestrina aquí, en el Nuevo Mundo. Tendremos otras tres o cuatro obras virreinales dentro del programa con autores como Manuel de Zumaya, Juan Gutiérrez de Padilla y Hernando Franco".
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Más allá del valor histórico de Palestrina y la fuerte influencia que tuvo en Johann Sebastian Bach, el director afirma que "ahora mismo estamos ávidos de este tipo de música. Creo que la sociedad necesita mucho este tipo de música. La música sacra del alto Renacimiento quizá sea la más elaborada y hecha con más inteligencia y más calidad. El arte del contrapunto es un arte muy elaborado porque hay que poner seis, ocho, diez voces y todas tienen que encajar. Es un puzzle tremendo y, además, lo hacen con una cantidad de normas y de restricciones. Era la época de la reforma y la contrarreforma. La Iglesia hizo el Concilio de Trento e intentó evitar la polifonía, lo cual, gracias a Dios, no logró. Palestrina es, un poco, el salvador de la música contrapuntística porque se adaptó a unas leyes muy serias en cuanto a disonancias, en cuanto a la inteligibilidad del texto. Creo que es de tal calidad que trasciende lo sacro y su época. Cualquier persona que vaya al concierto debe dejarse ir y escuchar esta especie de mantra. Es una música del tipo minimalista, que atrapa y conmueve con otros medios. No requiere de cosas espectaculares, para mí es una meditación dirigida".
Los conciertos serán el 21 de marzo, a las 18:00 horas, en el Auditorio Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro) y el 23 de marzo, al mediodía, en la Sala Xochipilli de la Facultad de Música de la UNAM (Xicotencatl 126, Coyoacán).
melc