La nueva novela del escritor español Albert Pijuan (Calafell, 1985), quien es considerado uno de los escritores más notables de su generación, es disparatada, absurda y delirante, lo es desde su origen y su protagonista, un joven llamado Dino de Laurentiis Jr, que se hace llamar así cuando su madre le confiesa que es el hijo bastardo del célebre productor italiano; pero no sólo se cambia el nombre, sino que además es fan absoluto del actor Nicolas Cage, de quien sobre todo admira sus peinados; a ello se suma que es un joven alejado de las redes sociales, pero se mueve y alienta en medio de una conspiración.
Sin embargo, la novela que está por completo nutrida del cine y la música, no se queda en ese nivel hilarante, profundiza en temas que le interesan al narrador que es licenciado en Ciencias Políticas y en Filosofía y autor de novelas, relatos, ensayos entre ellos la novela “La gran ola” y el ensayo “¿Y si nos replanteamos el canibalismo?” y una veintena de obras de teatro, como es la construcción de identidades, la saturación de información, las fake news y las teorías de conspiración.
Esa es la trama que habita “El gran remplazo” (Sexto Piso, 2024), una novela que arranca en una exclusiva clínica croata, donde Dino de Laurentiis Jr. espera para someterse a una cirugía plástica, y para matar el tiempo, el joven narra al paciente vecino su historia, donde hay paternidades no reconocidas, artículos plagiados y usurpaciones de identidad, aderezado por el mundo hollywoodense y una secta que pretende predecir el futuro a través de los peinados de Nicolas Cage.
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“Previo a Internet la construcción de la identidad ya era algo problemático, es una lucha de cada uno que dura toda la vida, pero con la virtualidad se añade otra complicación que es manejar múltiples identidades porque tienes varias cuentas en redes sociales, pero hay otro cambio aún más significativo que tiene que ver con las fake news y las conspiraciones, que sobre todo, ahora todo el mundo es potencialmente una celebridad, que ocurre sobre todo con generaciones más jóvenes que ya lo dan por supuesto”, señala Albert Pijuan.
El narrador que con “La gran ola” obtuvo los premios Ciudad de Tarragona, Finestres y Nacional de la Crítica, asegura que le interesaba indagar en esa aspiración a la celebridad o al ser Influencer de las nuevas generaciones. “Antes de las redes sociales la gente que salían cine o en la tele eran los famosos, ahora puede ser famoso cualquiera que tenga un móvil, y esta búsqueda del consumidor de identidad se distorsiona al relacionarse con la realidad material”.
Por eso, señala que por ahí también anda la novela que transcurre todo el tiempo entre dobles y reemplazos de identidades, “cada personaje tiene como mínimo un nombre y un seudónimo o un sobrenombre y está como muy empapado todo eso; hay gemelos, hay trillizos, como esta cosa de que nos vamos multiplicando todos y al final ya no sabemos en qué capa de realidad y de identidad estamos”, afirma Pijuan.
Más que encontrar una solución, su personaje encuentra un lugar donde construir su identidad en medio de conspiraciones y discursos populistas de extrema derecha, porque así se ha vuelto el mundo con el acceso a la virtualidad, se dan “respuestas simples a preguntas muy complejas, y yo creo que la literatura es el lugar de plantear las cuestiones complejas de manera compleja, no de manera simple”.
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Albert Pijuan se negó a entrar en el ámbito especulativo de la ciencia ficción porque ya no es necesario, asegura, dice que por ejemplo es muy gracioso ver la serie “Black Mirror” que empezó hace 12 años y donde las dos primeras temporadas todo parecía ciencia ficción, pero hoy ya todo eso ha pasado, incluidos los avatares de los difuntos, “ya no es necesario hacer ciencia ficción para especular porque ya estamos en la ciencia ficción”.
Más bien no nos hemos adaptado y no sabe si como especie estamos preparados para adaptarnos, “creo que esto será un camino largo de aprender a convivir o no perecer bajo esta inmensidad que supone la virtualidad y las consecuencias que tienen en temas de identidad no solo eso en la vida, sino en procesos políticos, sociales, en eso aún está en un momento anárquico. Obviamente como toda tecnología habrá quien la use para fines perversos, pasa, siempre ha pasado y no dejará de pasar ahora”.
Agrega que las conspiraciones tienen que ver con una determinada forma de mirar el mundo y que al final es una forma de intentar moldear la realidad a pesar de los hechos de la realidad, por eso le interesó abordarlo en la novela. “Conecta mucho con esta nueva mentalidad que tenemos que tener ahora que es pensar en dos realidades distintas: la realidad palpable y la realidad virtual, y que las dos casi tiene el mismo peso, porque en la realidad virtual está todo el mundo reproducido tal cual, incluso más, y todo eso desde un punto de vista literario”, concluye.
melc