¡No tenemos qué perder! Nada es nuestro. Todo está en su poder”, era el coro que desataba la energía y furia juvenil –puño arriba– en alguna de las cumbres del concierto. La banda: Guillotina, un grupo de “rock puro y directo” que, entre la década de los 90 y el decenio consecutivo, complementó la escena musical de rock, ska y música “alternativa” mexicana. “(…) Luchamos sin darnos cuenta y perdemos el control”, continúa la canción "Ya que".

“¡¿Cómo está la banda?!”, preguntaba Manuel Suárez a su público desde un escenario que me recuerda a los que como yo y una generación entera acudimos para presenciar conciertos masivos en algún punto de la capital; en ocasiones, en los otrora estacionamientos de Avenida del Imán de Ciudad Universitaria o en alguno de los campus o facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución a la que el músico regresaría con acordes de ciencia.

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El investigador Manuel Suárez fue vocalista de la banda de rock Guillotina. La foto fue tomada durante la transmisión de su programa multimedia Súbele a la Ciencia./ Hugo Salvador / El Universal
El investigador Manuel Suárez fue vocalista de la banda de rock Guillotina. La foto fue tomada durante la transmisión de su programa multimedia Súbele a la Ciencia./ Hugo Salvador / El Universal

Actualmente, el guitarrista encabeza otro escenario, la Dirección General de la Divulgación Científica (DGDC) en la UNAM, pero este “rockero profesional” no aparece de la nada a tomar el puesto que alguna vez tuvieron personajes como Julieta Fierro, sino que tiene como antecedente su propia carrera científica y sus incursiones en la comunicación de la ciencia. Doctor en geografía, Manuel Suárez Lastra (IG: @manuel.suarezl) es investigador del Instituto de Geografía —del que fue director— y es especialista en estructura urbana y transporte.

Escucho el disco Provocando al personal (no disponible en plataformas de streaming) mientras escribo este texto para refrescar mi memoria juvenil; me entusiasma escuchar coros como “nada más para nadie, uno más para nadie”; no obstante, es muy probable que muchos de los jóvenes en prepas y CCHs de la UNAM —con quienes comparte escenario— no tengan idea del poder y alcance de su guitarra y su voz. No obstante, no descarta que eso pueda cambiar pronto.

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Súbele a la ciencia

Estamos en el auditorio de la Escuela Nacional Preparatoria número 5. Manuel se encuentra en el escenario, ahora como frontman de una banda de 35 personas en un encuentro de divulgación de la ciencia, pero en el que también hay mucho rock. Se transmite en vivo una edición más de Súbele a la Ciencia, un show de ciencia que atraviesa la radio, televisión y plataformas digitales universitarias, el cual es dirigido al mismo grupo etario al que hace unas décadas cantaba sus canciones en los conciertos masivos.

Se cierra el telón de Súbele a la Ciencia en la Prepa 5 e inicia esta conversación abordando el génesis de este show.

“A mí siempre me ha gustado hacer divulgación. Cuando llegué a la DGDC me pidieron participar en un programa de radio: estábamos en cabina y todo era muy serio. Pensé que era algo que debía de transformarse. Analizamos a nuestra audiencia, ¿a quién le estábamos llegando?, y decidimos ‘bajarle la edad’, tirarle a los chavos de prepa. ¿Cuál sería la mejor forma de hacerlo? Ellos no escuchan la radio ni es su principal fuente de información. ¿Por qué no entonces les llevamos la radio a las prepas? Me dijeron que estaba loco y sí”.

Conducido junto con Mila Varguez, a lo largo de una hora se presentan diversos temas relacionados con la ciencia y la vida cotidiana de los jóvenes, cápsulas informativas aderezadas con humor y secciones como la de videojuegos y ciencia. Los chavos y chavas participan no sólo con preguntas a los especialistas convocados, sino también es su propia comunidad quien expone algunos de los temas y quienes se encargan del rock: en cada Prepa y CCH, una banda local toca música de su repertorio. Esta vez tocó turno a 4toB.

“No vienen a una conferencia, sino a un lugar donde están contentos, hacen preguntas y quienes no participan, sólo escuchan; se divierten y están súper prendidos. A mí me encanta, es mí día favorito de la semana”. El guitarrista e investigador acota que el formato difiere de una conferencia, donde en varias ocasiones los académicos llevan mucha información a los adolescentes o exponen sus temas de forma compleja.

La ciencia puede parecer cuadrada y rígida cuando se presenta así, pero Súbele a la Ciencia busca ser lo contrario. “Hace rato estábamos haciendo un video y querían una locución muy institucional y yo decía, ‘por qué quieres aburrir a la gente’. Es ese rollo. Estoy convencido de que la ciencia es súper divertida, chida, que además resuelve problemas y se puede compartir con la música”.

Ciencia y rock

Otro proyecto que encabeza Manuel Suárez en la DGDC es RockLab, un programa de televisión para un sector de mayor edad y que busca combinar a la música con científicos.

“Originalmente queríamos que girara en torno a músicos que fueran científicos, pero no hay tantos ni de todos los rangos de edad o no están en activo. Traeríamos a Brian May, pero sale un poco caro”.

El resultado es el de perfiles de músicos relacionados con la ciencia o científicos expertos en temas vinculados con el rock. “Podemos hablar de cómo se hacen los vinilos, cómo se graba digitalmente, la física del sonido… cómo funciona una guitarra eléctrica, por qué suena un tambor cuando le pegas, parece muy elemental, pero hay que explicarlo. Los próximos episodios se dirigirán hacia ese lado, pero el pretexto es la música, cómo la juntamos con la ciencia y exploramos las diferentes formas de hacerlo”.

Uno de los paralelismos que el músico ha identificado a lo largo de su trayectoria en ambas actividades culturales es su capacidad para transformar. Aunque la música no resuelva problemas por sí misma, genera un agente catalítico para el cambio, señala.

“Si vemos el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos y si les quitamos la música, no hubiera sucedido; quitémosle a Bob Dylan y quién sabe qué hubiera pasado. En ese sentido, tanto la ciencia como la música son agentes de cambio, pero desde diferentes ángulos. Uno más en el área del conocimiento y otro más cultural. Eso está padre.

En tu caso, ¿cómo es que un rockero profesional se volvió científico o viceversa?

Siempre fue junto con pegado. Comencé a tocar cuando estaba en la secundaria, cuando tuve mi primera guitarra, a los 14. Así seguí mientras continuaba estudiando. Cuando acabé la secundaria y prepa cambié de banda, seguí en ambos caminos. Es lo que nos pasa a todos, es un requisito para abrir el refri de tu casa en muchos casos, ir a la escuela. Todo cambió cuando entré a la universidad y empecé a tocar con Signos Vitales y se aproximaba la primera grabación; seguí estudiando, pero a la mitad de la carrera comenzaron a competir.

Después, ya con Guillotina comenzaron las giras a Europa y Sudamérica, relata, en tiempos que se empalmaban y que ni siquiera la física cuántica habría logrado resolver.

“Si faltabas dos meses a la escuela el semestre valía y luego al siguiente, cuando te inscribías, también; me tardé como siete años en terminar la carrera, pero era algo que siempre me gustó. Ya cuando la quise acabar me hubieras visto: estábamos de gira, yo tenía extraordinario a los dos días y me tenías antes del concierto resolviendo ecuaciones. Luego vino la maestría y el doctorado, pero una nunca suplantó a la otra”.

Rock en español

“Daaaamos vueltas sin saber a dónde ir. Nos detenemos sin saber qué va a seguir”, versa la canción Sin saber.

Tras siete discos, giras, conciertos —presentaciones en escenarios como el Vive Latino— y cerca de década y media de actividad, Guillotina concluyó como banda en 2011. Manuel siguió con la banda Motor y, actualmente, busca concretar un nuevo proyecto musical.

“En las tardes llego a mi casa y toco, grabo, compongo, también los fines de semana y en las noches. Ahora estoy armando un proyecto que lo he pensado mucho, me echo para atrás y avanzo; desde hace varios años que lo tengo en mente”.

Se trata de un disco de covers de rock mexicano, de canciones que cambiaron su vida, apunta, aquellas que no podía dejar de escuchar y que lo “alivianaron” en algún momento. Su primer concierto de rock, recuerda, fue de Botellita de Jerez en el Ágora de Insurgentes.

Se pensaría que, actualmente, los chavos están escuchando otros géneros más de moda, coincide. Sin embargo, en cada prepa y CCH, el equipo de Manuel Suárez ha encontrado una banda que le ponga música a Súbele a la Ciencia.

“Sigue habiendo bandas de rock. 4toB es de esta prepa, en un CCH tendremos a dos grupos. Es más… no hemos encontrado bandas de reggaetón. Al principio quería que fueran grupos de rock y me dijeron que los chavos ya no lo escuchan; bien, respondí, entonces de lo que estén oyendo. Sin embargo, no ha habido respuesta más que de puras bandas de rock, entonces sigue presente, aunque lo tienen combinado con otros géneros”.

Manuel Suárez Lastra mantiene el semblante, energía y amabilidad que mostraba en el escenario hace unas décadas. Se siente el mismo. “Sigo siendo yo, la misma persona a la que le encantan los escenarios, para mí es lo máximo…”.

¿Alguna vez tocarás en alguno de estos nuevos escenarios de la UNAM?

No lo descartamos, existe la posibilidad, estamos viendo cómo le hacemos.

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