Mostrar mano dura para elevar el discurso a una realidad es lo que se espera de Donald Trump y su gabinete en las primeras semanas de gobierno. Poner ejemplo aleccionador quizá con alguna acción antimigrante sea el músculo para que los republicanos demuestren firmeza en las palabras de campaña: hacer deportaciones masivas y proteger la frontera.

Esas primeras decisiones mostrarán el rumbo de la política migratoria en Estados Unidos. A ellas estarán atentos organizaciones civiles, abogados y alcaldes. En conversación, LM García y Griego, investigador del Departamento de Historia de la Universidad de Nuevo México, y Nuty Cárdenas Alaminos, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) comparten sus expectativas sobre las próximas regulaciones migratorias.

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El investigador LM García y Griego es experto en migración mexicana a Estados Unidos, ha impartido clases en El Colegio de México y la Universidad de California (sede Irvine). Además, ha dirigido el Center for Mexican American Studies en la Universidad de Texas, en Arlington.

¿Cuál es la relación del tema migratorio y el movimiento MAGA (Make America Great Again)?

La importancia política de la migración tiende a aumentar cuando el país pasa por momentos económicos difíciles –reales o inventados–. En muchas partes del mundo, no sólo en Estados Unidos, se ve a la población de inmigrantes como competencia laboral y, por consiguiente, se supone que deportarlos o, de alguna manera, obligarles a salirse, aumentará oportunidades para el trabajador local. Eso es un supuesto equivocado porque los empleadores de trabajadores inmigrantes no siempre aceptan sustituirlos con nacionales porque éstos no aceptan los salarios ni las condiciones laborales.

Otro vínculo entre estos fenómenos es el racismo. Las personas locales (sobre todo en comunidades que han recibido migración recientemente) se quejan por el uso de un idioma o de costumbres diferentes. Quienes se manifestaron a favor de Trump y de los republicanos MAGA han expresado opiniones antimigratorias y, por consiguiente, han apoyado la elección de Trump. Es importante tomar en cuenta que la sociedad norteamericana está dividida sobre la cuestión de si los inmigrantes representan algo mejor o no para el país. Esa división de opiniones no es nueva, a veces sube y a veces baja.


¿Mejoraría la economía estadounidense sin la entrada de migrantes?

Detener la migración –que no sería tarea fácil– no representa beneficios para Estados Unidos. La gran mayoría de los estadounidenses reconocen que, por ejemplo, los inmigrantes con alto nivel de educación tienen algo qué contribuir e, incluso, esto ha sido señalado públicamente por el personal que rodea a Trump. La discusión gira en torno a la posible contribución de personas con menores niveles de educación. Habría que tomar en cuenta también que el perfil de los inmigrantes a Estados Unidos ha cambiado mucho en los últimos 20 años. En 2005, la mayor parte de los inmigrantes indocumentados eran mexicanos; hoy son centroamericanos y sudamericanos que los que buscan asilo ante la violencia en sus países.

En la actualidad sigue la emigración de indocumentados mexicanos, por supuesto, pero ha bajado mucho, al grado que se compensa con una migración de retorno, también de mexicanos. Y ha aumentado la migración temporal de trabajadores agrícolas con visa H-2, sobre todo hacia el este de Estados Unidos.


¿Qué panoramas se dibujan desde México ante la llegada al poder de los discurso antinmigrantes?

La visión mexicana se acerca bastante a la estadounidense; si bien en muchos casos hay alarmismo, cuando piensan que Trump y su gobierno serán antimexicanos, no se equivocan. La retórica de Trump ha sido directa desde que empezó su campaña en 2016, en eso no ha cambiado.

El comentario sobre la aceptación de inmigrantes con alto nivel educativo fue un cierto matiz, en el sentido de que no a todos los verán como personas a rechazar. Elon Musk, el multimillonario que se ha acercado a Trump recientemente, ha hablado de la necesidad de reclutar a trabajadores migratorios, tipo ingenieros para ciertas industrias en Estados Unidos. Eso no me sorprendería que se realizara, los números serán pequeños.

En el margen puede tener algún efecto, pero el grueso de la política migratoria de Trump está encaminada de manera muy negativa, no solo en contra de mexicanos o de latinoamericanos sino de personas de África y de otras partes del mundo; a los haitianos los calificó casi como infrahumanos en la campaña y eso no es nada nuevo.


¿Cuáles acciones marcarán el rumbo de la política migratoria?

La pregunta que me haría es: ¿cuáles acciones tomará el gobierno con los niños DACA o también llamados dreamers? Ellos son personas que ingresaron a Estados Unidos desde niños, los llevaron de manera indocumentada sus padres y ahora son jóvenes y otros adultos. Muchos han participado en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y algunos han terminado sus estudios universitarios.

¿Qué medidas adoptará Trump en relación con esta población? En su primer periodo de gobierno, dado que Obama creó este programa (DACA), se pronunció negativamente en contra, pero las cortes lo detuvieron, le impidieron que los deportan y habría que ver qué sucede en este segundo periodo, las cortes están más inclinadas a favor de Trump.

Aunque no creo que empiece por la expulsión de los niños DACA, a pesar de que tienen sus datos y es fácil localizarlos, pienso que iniciarán con personas de las prisiones, las que han cometido delitos, ahí comenzará a hacer mucho ruido y, tal vez, algo de nueces, pero menos nueces que ruido. Recordemos que en su primer periodo de gobierno habló de que construiría una muralla desde México y que México pagaría el costo. Se construyeron algunos kilómetros, pero no se logró lo que prometió. Entonces con Trump es mucha labia y algo de hechos. Con esto no quiero decir que las acciones no son preocupantes, pero no hay que fijarse solamente en su retórica.

Las ciudades santuario ¿vivirán presiones legislativas?

Trump las ha amenazado y tiene posibilidades de hacer sus amenazas válidas, pero las ciudades y estados santuarios tampoco están sin defensa porque, en última instancia, esto se decidirá en los tribunales. La vez pasada, los tribunales fallaron en contra de Trump, entonces veremos qué sucederá en esta ocasión. Dicho de otra manera, los tribunales en Estados Unidos desempeñarán un papel importante en limitar o permitir un mayor alcance de la política represiva del gobierno de Trump.


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La investigadora Nuty Cárdenas Alaminos es experta en temas de protección consular y retorno de migrantes. Es autora de la investigación “Make America White Again”. Los cambios en la política migratoria de Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump.

¿El movimiento MAGA consolidará su ideología con acciones en el tema migratorio?

MAGA fue creado en la década de los años 70, fue utilizado en la presidencia de Ronald Reagan y lo que está en el centro de este lema y movimiento es fortalecer la economía de los Estados Unidos de una manera más de nacionalista, por así llamarlo. Eso es interesante porque los republicanos se habían caracterizado por el libre comercio y esta política es proteccionista, pero también hay un tinte ideológico que vincula lo económico con lo migratorio.

No es que Trump esté en contra de toda la migración, quiere a migrantes trabajadores temporales que fortalezcan la economía estadounidense, pero ojo, que eso no implique un cambio en su población, un cambio en el fenotipo, ahí hay una ideología de considerar que los migrantes de ciertos países se vuelven una invasión y convierten a la población blanca en una minoría.


¿Habrá un control a través de la expedición de visas?

Lo que se espera, con base en el mandato anterior de Trump más sus propuestas de campaña, es una política similar a la que hizo cuando estuvo en el gobierno e, incluso, que ésta se torne más radical.


¿Las visas a trabajadores temporales siguen teniendo un filtro?

Trump y su gabinete saben que hacer reformas migratorias en el Congreso es complejo y costoso, lleva mucho tiempo y no hay consensos. Lo que hace Trump son cambios vía decreto por el Ejecutivo y órdenes administrativas, entonces así empieza a poner una serie de barreras y filtros, por ejemplo, que los migrantes demuestren que tienen seguro de salud y que no harán uso del sistema público estadounidense.

Lo que veremos es si México está preparado, si en vez de hacer una política reactiva puede hacer una proactiva, no solo en términos de deportaciones sino que los consulados mexicanos en Estados Unidos están teniendo un papel decisivo. En el pasado México no se ha preparado lo suficiente para responder a una política restrictiva por parte de Estados Unidos.

Entre México y Estados Unidos prácticamente no hay acuerdos formales de cooperación en tema migratorio, los hemos tenido en el pasado, por ejemplo, el Programa Bracero, aunque realmente era una cooperación velada por parte de México, es decir, por debajo del agua, donde México aceptaba lo que Estados Unidos le imponía. Se vincula el sector económico con el migratorio, se le dice a México: te impongo aranceles si no cooperas conmigo en materia migratoria. Se espera que el programa “Quédate en México” se instaure de nuevo, lo mismo que el Título 42 y las deportaciones por motivos de seguridad.


¿Es posible que se realice una deportación masiva?

Ya han ocurrido en otras épocas, en la década de los 50 cuando vivieron la gran crisis económica. Esto no quiere decir que se deporten a todos los migrantes, no es así. Las deportaciones masivas dependen de una decisión del gobierno central. Veamos cuál será la cooperación por parte de los gobiernos locales, cómo reaccionarán los condados.

También observaremos acciones en le tema de emisión de visas.


¿Mejoraría la economía de Estados Unidos sin migrantes?

Es una idea discursiva, hay varios sectores que dependen de los migrantes, no olvidemos que en Estados Unidos hay un envejecimiento de su población, los migrantes cubren una parte de esta tasa de reemplazo. Estados Unidos es una economía, sobre todo, de servicios, por eso tiene un papel importante el turismo, la hotelería, la construcción, los trabajadores domésticos y no olvidemos que la agricultura en Estados Unidos desde hace mucho tiempo vive una mexicanización. Hay sectores que necesitan esta mano de obra, los migrantes que llaman no calificados. Entonces es un mero discurso y Trump lo sabe.


¿Se potenciará el nacionalismo en las fronteras?

En Estados Unidos y en otros países que reciben migrantes de manera importante, como Alemania, Inglaterra y Canadá, es frecuente que en situaciones de crisis económicas se culpe a los migrantes de ello, se vuelven el blanco del ataque.

En México no tenemos una tradición de ingreso como Estados Unidos. Quizá en Tapachula, donde se les culpa por ocupar empleos en ciertos espacios.

Lo que sí sucede y lo estamos viendo en las mañaneras, por ejemplo, es que frente a ataques como los de Estados Unidos hacia nuestro país, estos le sirven al gobierno mexicano como una estrategia para la defensa de una política interna. Que haya un enemigo externo ayuda a tener mejores niveles de popularidad, es decir, el hecho que el gobierno diga que es Trump del que tenemos que defendernos, a quien en verdad hay que contestarle, alimenta un apoyo a nivel interno. Es usar la política exterior para conseguir cohesión.


¿Los estadounidenses le exigirá a Trump cumplir sus promesas?

Sí, hay un sector de la población que le pedirá tener mano dura y eso es lo que hará en sus primeros días. Él dará una muestra de que sus dichos se cumplirán, eso ya lo hizo en el mandato pasado, dio muestras de que cumple con sus políticas, aunque después la Suprema Corte lo eche para atrás y él inisista en mostrar su fortaleza. Una de éstas muestras de fuerza será evidenciar que Estados Unidos actúa en la política fronteriza no solo dictando una pauta en el tema migratorio, sino también en el de drogas y en el de seguridad al territorio estadounidense. Mostrar fuerza en la frontera da señales favorables para su electorado.

A nivel local, los representantes y autoridades pedirán medidas más estrictas, aunque ciertos legisladores lo están haciendo desde ya.


¿Qué acciones de la política migratoria prenderán las alertas?

Tres medidas mediáticas serán las visibles. La primera, mayor seguridad, mayor número de agentes y mayor visibilidad de tecnología en la frontera. Segunda, deportaciones expeditas sin juicio. La tercera, infundir temor en las comunidades con acciones ejemplares como detenciones afuera de escuelas, de iglesias, de lugares que frecuentan los migrantes sin documentos y sus familias.

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