Se creería que la estética kitsch, de colores chillantes, luces despampanantes y poses indiscretas de la obra del dúo francés Perre et Gilles generaría un violento contraste con las piezas de la colección permanente del Museo Franz Mayer, pero en realidad los cuadros dialogan en armonía con vasijas, textiles, herramientas científicas, joyas y muebles que van del siglo XVI al siglo XX. En algunas ocasiones destacan pero sin forzar la conexión con las piezas antiguas, en otras se mimetizan con discreción, una palabra contradictoria para describir el arte de los franceses. Sin embargo, esa misma discreción es con la que se manejan el fotógrafo Pierre Commoy y el pintor Gilles Blanchard en la presentación de Pierre et Gilles. La construcción del símbolo, su primera exposición en México.

 Con cierta timidez, quizás por la brecha del idioma, los artistas explicaron en conferencia de prensa que aunque siempre han tenido gusto por la estética de México, no habían tenido oportunidad de visitar el país, por lo que era un sueño pendiente por cumplir.

Los artistas Pierre Commoy
 y Gilles Blanchard en la exposición Pierre et Gilles: la construcción del símbolo, 
en el Museo Franz Mayer
Los artistas Pierre Commoy y Gilles Blanchard en la exposición Pierre et Gilles: la construcción del símbolo, en el Museo Franz Mayer

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“Estamos descubriendo México, nos encanta pasear en las calles, la música que se escucha, la gente cálida, es algo que nos conmueve mucho y es algo que resuena para nosotros, la cultura mexicana es como un espejo de nosotros”, agrega, en entrevista, Pierre.

En esta conversación, la pareja —tanto artística como sentimental— deja ver el nivel de complicidad que hay entre sí, producto de trabajar juntos por 50 años: uno completa la frase del otro o calla cuando considera que su compañero ha logrado expresar la idea fundamental sobre temas como la religión en su obra, la diferencia del trabajo manual contra el digital —ellos no usan herramientas digitales para retocar sus híbridos de fotografía y pintura— y el conservadurismo que gana terreno a nivel mundial.

 

Dicen que esta exposición les da una nueva perspectiva de su obra, ¿podrían explicar más?

P: Son muchas cosas diferentes, hay obras que habíamos olvidado un poco, de nuestros principios, las volvemos a descubrir confrontándolas con otras obras.

G: La confrontación de obras es muy interesante porque es con obras históricas y antiguas, y a través de ese trabajo de comunicación podemos hacer más. Es algo que nos conmueve mucho, redescubrimos nuestras propias imágenes, un nuevo punto de vista, es lindo porque es como recordar. Hay muchas maneras de ver nuestras imágenes, se pueden encontrar en libros, postales, pero verlas como se muestran aquí es una manera completamente nueva y una manera magnífica de exponer nuestro trabajo.

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¿Cuáles serían los buenos elementos para lograr una buena imagen?

G: Lo que importa principalmente es la selección del modelo, necesitamos sentirnos inspirados por él.

P: Todo lo construimos alrededor de la personalidad del modelo.

Ustedes destacan mucho que hacen un trabajo artesanal, ¿qué opinan de la Inteligencia Artificial?

G: La IA es una herramienta, nosotros no la utilizamos.

P: Seguimos siendo como unos artesanos.

G: El set para las fotos todavía lo hacemos a mano y se va transformando y nosotros mismos nos sorprendemos, porque en el proceso de creación muchas cosas suceden. Es toda una aventura: la llegada del modelo, la luz. Es importante que el modelo se integre al lugar porque es como un teatro. No podríamos trabajar con Photoshop ni IA o montajes…

P: …Porque esperamos que suceda una sorpresa, aunque todo esté muy bien planeado.

G: Además, siempre trabajamos en nuestra casa, los modelos vienen y entran a nuestro universo, es algo muy humano. La gente se siente agusto, lo hacemos en una tarde completa, es un momento de goce. Es como un viaje y afortunadamente siempre hay sorpresas.

Foto impresa sobre lienzo y pintada a mano L’anneau d’or (Violet Chachki), Pierre et Gilles (2025)./ Cortesía Pierre et Gilles / TEMPLON
Foto impresa sobre lienzo y pintada a mano L’anneau d’or (Violet Chachki), Pierre et Gilles (2025)./ Cortesía Pierre et Gilles / TEMPLON

En el pasado habían dicho que las herramientas digitales no permiten captar la sensualidad.

G: Sí, es verdad. Somos seres humanos y la inteligencia humana de cierta manera es infinita, no está programada. Tiene sentimientos y en la IA no hay sentimientos. Hay gente que puede hacer cosas bellas con esa herramienta, pero no es nuestra manera de trabajar.

La religión es un elemento importante de su obra. Llama la atención porque históricamente ha habido fricciones entre la religión y la comunidad LGBT, ¿cómo es que pueden unir estos dos mundos?

G: Siempre nos ha conmovido el tema religioso, todas las religiones, por los viajes que hicimos cuando éramos jóvenes. Nos marcó mucho, cuando fuimos a la India, la religión hinduista. Era un gran misterio, el misterio de la vida y nos llamó mucho la atención, no porque nos gusten las religiones en sí, sino las viejas historias, los dioses, las historias de los mártires. No hay prohibición de la homosexualidad en los textos antiguos.

Estamos en tiempos en los que el conservadurismo va ganando terreno, ¿qué opinan de esto? ¿Creen que esto también causa el declive del erotismo como lo retratan?

G: Sí, el conservadurismo es como una cárcel. Necesitamos libertad para vivir. La censura es aterradora. Me parece que la gente está perdida hoy en día, están sucediendo demasiadas cosas y parece que muchos perdieron el rumbo. Nosotros somos quienes somos y me parece que podemos brindar cosas interesantes al mundo, pero ciertamente…

P: …Necesitamos seguir soñando y luchando para estar aquí.

G: Esperamos que en el futuro haya nuevas sorpresas.

Tras 50 años de carrera, cómo definirían su legado, sobre todo ahora que se presentan a un nuevo público en México.

G: Vemos que hay jóvenes que les sigue gustando nuestro trabajo. Hay gente de todas las generaciones, también tenemos un público femenino importante. Tratamos de unir las diferencias; a final de cuentas, abrir puertas.

Sobre la exposición

Pierre et Gilles. La construcción del símbolo posee 96 obras, que abarcan piezas que hicieron al inicio de su carrera, sus retratos más famosos, como Legend, con Madonna como protagonista; muestra la variedad de personalidades de la cultura pop que han retratado como Yves Saint Laurent, Françoise Hardy, Michael Jackson y Charlotte Rampling, por mencionar algunos. También hay tres obras exprofeso: Hola París, protagonizada por el modelo y creador de contenido para adultos Pablo Bravo; La flamme de l’amour, con el modelo colombiano Cain Gómez; y L’anneau d’or, protagonizada por la Drag Queen estadounidense Violet Chachki.

Las obras consisten en fotografías realizadas por Pierre, que después son intervenidas con pintura por Gilles, para destacar los colores y agregar otros elementos decorativos. Aunque la creatividad de la pareja rebasa los márgenes de la impresión fotográfica-lienzo y se extiende hasta los marcos, cada uno único en su estilo, con materiales diversos como espejo, cuentas de plástico, metal, madera, chaquira, brillantina y más.

Al inicio del recorrido se encuentra la obra que marcó el inicio de todo, en 1976, se trata de Les Grimaces, un conjunto de retratos fotográficos a los que añadieron pintura al ver que los colores de la impresión no eran tan vivos.

Las imágenes que abordan temas como lo queer, las religiones y culturas del mundo fueron seleccionadas con base en cinco temas. El primero es “El gesto”, donde se muestra todo lo que puede revelar el cuerpo, como lo hacen las obras María Estuardo (interpretada por Isabelle Huppert) y Lucrecia Borgia (Béatrice Dalle), que posan solemnes y se camuflan con una pintura antigua de una dama de la alta sociedad del siglo XVII. En “Atributos”, se aborda la importante relación que hay entre el cuerpo y los objetos, un ejemplo de ello es el retrato de la actriz y cantante alemana Nina Hagen, quien viste un traje de látex negro, su cuerpo fue atado con la técnica shibari y posa sobre una silla (la obra fue colocada hasta arriba de una pirámide de sillas que colecciona el museo). En “Retrato simbólico” se hace homenaje a figuras históricas, literarias, religiosas o mitológicas, como lo es el caso de U=U, donde un hombre posa rodeado de la mandorla que caracteriza a la Virgen de Guadalupe. “El espejo de Narciso” alberga a obras donde el dúo confronta a la sociedad y ahí entra un retrato del modelo Matthieu Charneau como Narciso. Finalmente, en “La Alegoría” se abordan temas sociales contemporáneos, como la visibilización de parejas no binarias.

La muestra estará abierta al público hasta febrero de 2026.

 

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