El hombre gorila, así fue llamado el escritor e ilustrador británico Anthony Browne después de publicar su libro más exitoso: Gorila, en el que, como su nombre lo indica, el protagonista es un primate que lleva a su admiradora Ana a un zoológico. Curiosamente, en ese mismo año, en 1983, el escritor visitó un zoológico para grabar un programa de televisión y fue atacado por un gorila, incidente que no evitó que Browne hiciera de estos grandes mamíferos los personajes centrales en cada una de sus historias.
A partir de ese momento, el ilustrador inició lo que sería su universo de primates y su incursión en la literatura infantil y juvenil que lo llevaría a recibir el llamado Nobel de este sector, la Medalla Hans Christian Andersen en el año 2000. Los libros de Browne se han traducido a 26 idiomas y, aunque desde hace unos años se retiró de la vida pública, sigue trabajando. Este año llegó a México su reciente libro Gran Gorila. Un libro de opuestos (Fondo de Cultura Económica, 2025) —un libro de antónimos— y el próximo año se editará Érase una vez en el bosque.
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Gorila, su historia más famosa, cautivó a los lectores de todas las edades porque plasma dos de los mayores deseos de cualquier persona: recibir un regalo muy anhelado y sentir el amor de tu padre en tu cumpleaños. En el libro, Ana, una niña amante de los gorilas, le pide a su papá —un señor que nunca tiene tiempo porque se la pasa trabajando— un gorila de verdad como regalo de cumpleaños, pero éste sólo le regala uno de peluche. Sin embargo, la historia da un giro cuando, en la noche, el juguete hace realidad los sueños de Ana.
Otro de los personajes entrañables de Anthony Browne es Willy, un pequeño chimpancé que vive diversas aventuras, desde encontrar unos zapatos mágicos hasta convertirse en un artista de la talla de Dalí, pasar a lado de su amiga Millie o tener a la buena suerte siempre de su lado cuando lo acechan las fechorías del gorila Buster.
El propio escritor ha contado que su padre fue clave en la creación de sus historias y también las enseñanzas de sus primeros empleos. Después de estudiar diseño gráfico trabajó como artista médico, es decir, realizó ilustraciones de órganos del cuerpo humano para el Hospital Real de Manchester. Luego realizó tarjetas de felicitación para la Galería Gordon Fraser, donde conoció a Julia MacRae, su editora durante 20 años, para finalmente decidirse a la publicación de libros.
Las publicaciones de Browne son también un primer acercamiento a la diversidad que existe en el mundo: a conocer diferentes animales y plantas, a apreciar obras de arte, a identificar colores y, sobre todo, a imaginar mundos mágicos.
¿Cómo fue el proceso de hacer ilustraciones para el hospital?
Tenía que asistir en la operación y hacer un boceto de cada procedimiento quirúrgico. Luego, en el estudio, convertía los bocetos en pinturas más detalladas. El cirujano hacía pausas en varios momentos de la operación para mostrarme lo que estaba haciendo y permitirme hacer un dibujo más detallado. Pero era casi imposible. En realidad, una operación es un desastre. Los instrumentos, las manos y la sangre se esparcen por todas partes, oscureciendo todos los detalles. Un órgano se parece mucho a otro en la vasta estructura del cuerpo humano. Las fotografías son inútiles para fines educativos, por eso la universidad empleaba a artistas como yo.
Presenciar las operaciones fue horrible. La enorme cantidad de sangre era desagradable, pero peor aún eran las cosas espantosas que se extraían de los cuerpos: tumores enormes y de aspecto maligno, que brillaban siniestramente al ser quitados de sus guaridas biológicas. Pero no había tiempo para ser aprensivo. Pasé todo el tiempo en un estado de intensa concentración, intentando desesperadamente de entender lo que estaba ocurriendo.
¿Pintó de nuevo con el estilo realista de esas ilustraciones?
Lo más cercano serían mis ilustraciones detalladas de bosques y selvas en libros como Hansel y Gretel, Into the Forest, Hide and Seek y el próximo a publicarse Once Upon a Time in the Woods.
¿Qué belleza o estética encuentra en los gorilas?
En primer lugar, son criaturas fascinantes de observar. He pasado horas mirando gorilas en zoológicos (aún no los he visto en libertad, pero me encantaría), y podría pasarme el día entero estudiando sus rostros. Los rostros de las personas mayores son mucho más interesantes de dibujar que los de los jóvenes debido a los patrones y contornos de la piel envejecida; los rostros de los gorilas son todavía más atractivos. Las arrugas, los bultos, las protuberancias, las hinchazones, el pelo y los músculos son irresistibles al lápiz. Nunca me canso de dibujarlos.
En segundo lugar, se parecen muchísimo a nosotros. Mirar a un gorila a los ojos es casi exactamente como mirar a una persona a los ojos, y si miro el tiempo suficiente, parece como si hubiera otro ser humano dentro del gorila mirándome. Es una experiencia inquietante y a la vez emocionante. Son tan parecidos a nosotros.
En tercer lugar, me recuerdan a mi padre. Era un hombre corpulento, fuerte y de aspecto imponente, con una pequeña vena agresiva que reservaba para el campo de rugby, el ring del boxeo y la zona de guerra. Esto lo convirtió en un héroe para Michael (mi hermano) y para mí: queríamos hacer las mismas cosas. Pero aunque nos animaba a ser más activos, tenía otra faceta que era extremadamente tierna. Papá era tan feliz dibujando con nosotros, contándonos historias o escribiéndonos poemas como enseñándonos a taclear. Pienso en mi padre cuando miro a los gorilas. Son criaturas inmensamente poderosas que pueden ser agresivas cuando quieren, pero también tienen un lado tierno que expresan acicalándose, mostrándose afecto y cuidando a sus familias.
Su padre se alistó en la Segunda Guerra Mundial y después solía hacer dibujos de soldados, ¿cree que el arte lo ayudó a sanar las heridas de la guerra?
La verdad es que no lo sé. Aunque dibujaba soldados, se centraba más en los uniformes que en las batallas.
Willy tiene muchos sueños, un corazón bondadoso y a veces muy buena suerte. ¿Hay algo autobiográfico ahí?
Gorila fue el primero de mis libros en el que apareció un simio y con él se lanzó mi reputación como “el hombre gorila”. Esto se debe en gran parte a mi personaje más prolífico y exitoso: Willy. No recuerdo por qué elegí que Willy fuera un chimpancé, pero sus orígenes son más palpables. La manera en que Willy enfrenta la vida es similar a la de muchos niños. A menudo me preguntan si el personaje está basado en mí. Supongo que en parte sí, pero creo que pertenezco a un amplio grupo de personas que vivieron experiencias similares de niños. Como hermano menor, crecí a la sombra constante de mi hermano mayor, y gran parte de mi infancia parecía una competencia perdida. Él siempre me ganaba en todo. Willy es un chimpancé que vive en un mundo de gorilas. Los gorilas son más grandes, más fuertes, más poderosos y más importantes que él.
A lo largo de nuestras vidas, a menudo nos encontramos en situaciones en las que nos sentimos inferiores a la mayoría de quienes nos rodean, pero creo que esa sensación es particularmente familiar para los niños. Los niños suelen vivir en un mundo dominado por adultos.
El acoso hoy es un tema frecuente y se han creado muchos libros sobre eso, ¿pueden leerse las travesuras de Buster y la buena fortuna de Willy desde esa perspectiva?
No pretendo ser moralista, pero los maestros, por ejemplo, me dicen que encuentran estos libros muy útiles para tratar esos temas.
¿Existen historias de Willy que nunca se publicaron?
Si se me ocurre alguna idea de otro libro de Willy, me encantaría convertirla en un libro ilustrado ¡pero no se sabe qué nos depara el futuro!
¿Ha incorporado la tecnología o inteligencia artificial en su proceso creativo?
No, todo lo que hago es a mano.
De niños todos vivimos muchas “primeras veces”: nuestra primera mascota, nuestro primer regaño, etc. ¿Ha pensado que sus libros podrían ser los primeros libros que lean los niños?
Creo que hay padres que sienten que algunos de mis libros son sólo para niños mayores, pero me ha sorprendido recibir cartas de muchos padres de niños muy pequeños diciendo cuánto los han disfrutado.
Ha visitado nuestro país un par de veces ¿qué artistas o espacios culturales le gustan?
He estado en México varias veces, tanto por trabajo como por vacaciones familiares; es uno de mis países favoritos. Además de Frida Kahlo, otros artistas que llamaron mi atención son: Diego Rivera, Rufino Tamayo, Leonora Carrington, Orozco, Siqueiros, María Izquierdo, por nombrar algunos. He visitado la Casa de Frida Kahlo en muchas ocasiones, también las pirámides de Teotihuacán, Chichén Itzá y el Zócalo. También el Museo de Antropología en la Ciudad de México.
¿Cuáles son sus próximas actividades o proyectos?
Me retiré de los compromisos públicos hace algunos años y ahora me concentro únicamente en el trabajo de estudio. Como mencioné antes, tengo un nuevo libro que saldrá durante la primavera del próximo año, Once Upon a Time in the Woods, y actualmente estoy trabajando en mi último libro, Daisy and Fred, sobre un niño y una gorila hembra.