Lee también

La percepción internacional sobre Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la presidencia fue de crecimiento económico e innovación tecnológica, especialmente en inteligencia artificial. Al inicio de su administración, Trump fue respaldado, tanto moral como económicamente, por líderes mundiales en inteligencia artificial como Elon Musk (SpaceX), Sam Altman (OpenAI) y Mark Zuckerberg (Meta), entre otros. Estos personajes, alineados con el presidente estadounidense, transmitían no solo al pueblo de Estados Unidos, sino al resto del mundo, que ellos serían los líderes tecnológicos del presente y del próximo medio siglo.

Así pues, ya en el poder, Trump anunció el Proyecto Stargate, que consistía en el desarrollo de tecnología de inteligencia artificial propia del gobierno. Esta iniciativa implicaba una inversión de 500 mil millones de dólares, provenientes tanto del sector público como de inversionistas privados. Empresas como Oracle, de Larry Ellison, y Nvidia, de Jen-Hsun Huang, además de las ya mencionadas, serían las encargadas de construir la infraestructura necesaria para desarrollar el modelo de IA gubernamental de Estados Unidos.

Ahora bien, ¿por qué invertir en infraestructura gubernamental de inteligencia artificial? La apuesta del gobierno radicaba en impulsar el crecimiento económico y la creación de más de 100 mil empleos. Además, se fortalecería la seguridad nacional y se consolidaría la innovación tecnológica, con el objetivo de ganar la carrera por el desarrollo de la Inteligencia Artificial General (IAG), capaz de superar el intelecto y la eficiencia mental del ser humano. Como ejemplo, si a un equipo de científicos le toma hasta dos años desarrollar una vacuna para una enfermedad emergente, como ocurrió con el COVID-19, la IAG podría encontrar una solución en cuestión de minutos. En este sentido, quien logre desarrollar a la perfección la IAG tendrá el dominio del futuro.

Sin embargo, justo el 20 de enero, horas antes de que Trump asumiera la presidencia, salió a la luz Reasoning 1 (R1), el modelo de inteligencia artificial desarrollado en China por DeepSeek. La aparición de este modelo trastocó la estrategia del recién formado gobierno estadounidense, interrumpiendo su plan tecnológico para alcanzar la supremacía en inteligencia artificial. Más aún, representó un golpe de autoridad del país asiático, que se presentó al mundo como una potencia tecnológica, poniendo en duda la capacidad y eficiencia de las empresas estadounidenses, que hasta ese momento lideraban el sector. La irrupción de DeepSeek también cuestionó las prioridades comerciales de Nvidia, empresa clave en el desarrollo de los microchips que potencian la inteligencia artificial de OpenAI, Meta, Google y Anthropic.

Sin embargo, el verdadero golpe de autoridad no fue económico ni tecnológico, sino narrativo. DeepSeek alteró las aguas políticas y culturales de Estados Unidos con una historia poderosa: Liang Wenfeng, ciudadano chino y fundador de DeepSeek, inició su proyecto de inteligencia artificial como un simple side project, financiado con su propio fondo de inversiones. Lo que comenzó como un experimento se convirtió rápidamente en un desafío monumental ante las restricciones impuestas por Estados Unidos a China en el acceso a tecnología avanzada para el desarrollo de armamento y arsenales militares. Entre estas medidas, se prohibió la compra de las GPUs [unidad de procesamiento de gráficos / microchips] más avanzadas de Nvidia, herramientas fundamentales para la IA, dejando a China con modelos H800, de menor capacidad.

No obstante, lo que para muchos habría sido un obstáculo insuperable, para DeepSeek fue una oportunidad de innovación. Las limitaciones tecnológicas impuestas por Estados Unidos obligaron a los ingenieros chinos—jóvenes universitarios menores de 30 años formados en el país—a encontrar soluciones creativas para maximizar el rendimiento de los chips antiguos. Pero el knockout vino cuando se reveló el costo total del desarrollo de R1: menos de seis millones de dólares, una cifra insignificante frente a los cientos de millones que las grandes tecnológicas estadounidenses han invertido en sus modelos. Para ponerlo en perspectiva, el desarrollo de GPT-4 de OpenAI ha costado alrededor de 100 millones de dólares.

Durante mucho tiempo, inversionistas y emprendedores confiaban en las estrategias de Nvidia. Sin embargo, a pocas horas de la revelación de R1 y su sorprendente bajo costo, Nvidia sufrió lo que algunos llamaron “la peor caída en la historia de Wall Street”: la empresa perdió alrededor de 600 mil millones de dólares en valor de mercado, provocando histeria en el sector tecnológico y en el gobierno estadounidense. Ahora bien, ¿qué es realmente DeepSeek? Es, en esencia, una empresa que desarrolló el modelo R1, una inteligencia artificial que no solo iguala a los modelos estadounidenses, sino que los supera en rapidez y eficiencia para resolver problemas matemáticos, de programación y otras tareas complejas, “razonando” de manera inédita para un modelo comercial.

Se proyecta que este año el 80% de los negocios estadounidenses implementen IA en sus operaciones diarias. Estas tecnologías serán clave para el crecimiento económico del país, particularmente en la recopilación de datos de comportamiento de los consumidores. Antes de la llegada de R1, las empresas estadounidenses planeaban usar IA de OpenAI y Google, consideradas las más avanzadas. Sin embargo, con la irrupción de la IA china, más eficiente y gratuita, la mayoría de los negocios en Estados Unidos están optando por utilizar R1 en todas sus operaciones. Esto a pesar de que DeepSeek ha declarado abiertamente que recopilará y almacenará toda la información de sus usuarios.

Aunque la narrativa china sobre su supuesta “austeridad tecnológica” pueda ser engañosa, lo que realmente importa es que DeepSeek ha expuesto la burbuja tecnológica y de precios de Nvidia. No solo China, gracias a DeepSeek, es vista hoy como la nueva potencia de la IA, sino que también tendrá acceso a enormes bases de datos sobre el comportamiento de los usuarios estadounidenses y occidentales. ¿Acaso este será el primer gran fracaso global de Donald Trump?


Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses