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El registro testamentario del poeta David Huerta está presente en su libro póstumo “Razones para no fundar una religión”, pero no lo puso David, aseguró su amigo, poeta y ensayista Carlos Ulises Mata, anoche, durante el homenaje a David Huerta en la Casa Universitaria del Libro de la UNAM, donde se celebró la vida, la poesía, el legado y mucho, el pensamiento a favor de la paz, de David Huerta, a dos años de su muerte y en el marco de su 75 aniversario de nacimiento.
Ayer por la tarde, en la Casa Universitaria del Libro de la UNAM se reunieron amigos, seres queridos y lectores para recordar al escritor y editor. Lo hicieron con cuatro actividades, la inauguración de la exposición “Los libros del armadillo”, una colección que a lo largo de varios años Juan Pascoe, Verónica Murguía y David Huerta; la presentación del segundo número de “Cuaderno de octubre”, la revista en memoria de su vida y obra; la presentación de su libro de poesía póstumo “Razones para no fundar una religión”, y la charla “Poesía y cultura de paz” en David Huerta.
Carlos Ulises Mata dijo que en el libro póstumo, de 130 páginas, “la tonalidad fatalista o de anticipación fúnebre la añadimos nosotros y la admiten ciertas páginas del libro por la presencia de dos poemas muy breves, parecerían secundarios en el armazón completo del libro, que registran los avisos que la mortalidad hizo al cuerpo de David, específicamente a sus riñones, pero nunca a su portentoso cerebro y a su portentoso corazón”.
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Mata desentrañó un poco de la fauna, la flora, el clima y el cielo del universo de Huerta para el servicio de exploradores futuros, contenidos en los 27 poemas que contiene el libro.
Emiliano Delgadillo, investigador, alumno y amigo de David Huerta dijo que “Las razones para no fundar una religión”, es un libro peculiar “porque David se dio el permiso de ser más incongruente que nunca, hay poemas muy chiquitos, hay un poema en verso a Pablo Neruda, en endecasílabos blancos, hay poemas de la época de Incurable y hay sonetos”.
Incluso aseguró que “hay una apuesta decidida por la incongruencia, la inestabilidad, los chirridos que se producen entre todas esas vertientes de poesía que cultivó David”.
La última parte del homenaje fue una conversación sobre David Huerta y la Paz. El editor, escritor y alumno de Huerta, Jorge Comensal llamó a leer “La violencia en México”, un libro poco conocido en México de David, publicado en Madrid, en el que reunió distintos textos con el propósito de presentar ante otros públicos hispanohablantes que no están tan familiarizados con la situación mexicana, de dónde viene, qué es, que estaba pasando en ese momento y por desgracia en este también con la violencia en México.
“Es un libro extremadamente valioso porque no viene de la pluma de un analista de la de la política de la violencia cotidiana, no viene de alguien que está dedicado a analizar política pública o criminalidad o militarización, sino de un poeta, de un amante de la cultura y de la literatura que aborda este tema de una manera muy original y muy distinta de como la solemos abordar”, afirmó Comensal.
Por su parte, el periodista y editor de “Laberinto”, José Luis Martínez S, invitó a revisar la obra periodística de David Huerta, y citó sólo como ejemplo tres artículos publicados por David Huerta: su defensa de Guillermo Sheridan, otro donde planteó su indignación a la renuncia de José Sarukhán a la Conabio, “le indignó terriblemente que uno de los sabios en este país, comprometido con la naturaleza, con el medio ambiente tuviera que renunciar a una institución que se chatarrizó completamente, que desapareció”, y su defensa a Daniel Goldin, quien dijo fue atrozmente despedido, arrojado de la Biblioteca Vasconcelos.
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Martínez llamó a recuperar los textos periodísticos y entrevistas que dio Huerta. “Esta lucha constante, esta voz constate de David Huerta, querida Vero, se tiene que rescatar, se tiene que hacer una selección de entrevistas y proponer una especie de David Huerta oral, porque es necesario. Hay mucha gente que necesita conocer a este hombre en su pensamiento, en lo que compartió con otros periodistas”, dijo.
Por último, justo la escritora Verónica Murguía, viuda de David Huerta, recordó varios momentos de batallas que dio David Huerta e indignaciones que le provocaron escribir, apoyar y denunciar, como Ayotzinapa, Acteal, el levantamiento zapatista, la desigualdad social y la educación en México.
“Hay que seguir haciendo las preguntas, ya hay que seguir hablando de la educación, no es puro romanticismo, necesitamos educación. Yo no digo que una persona educada no meta la pata, pero la puedes meter más críticamente, puede estar más informada y golpear constantemente la cultura, como se ha hecho, poner a Paco Ignacio Taibo al frente de una editorial venerable como es el Fondo de Cultura Económica y hacer esos cuadernos para el pueblo que en realidad son como pedazos de su librero, que están engrapados que son una cosa francamente triste”, señaló.
melc