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Con piezas de W. A. Mozart y Gustav Mahler, la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) terminará su Temporada 148, mañana, a las 20 horas, en la Sala Felipe Villanueva en Toluca, sede de la OSEM, y el 18 de junio, a las 18:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM.
Dos compositores, explica Rodrigo Macías, director de la agrupación desde 2018, que la Orquesta ha interpretado frecuentemente en los últimos años: “Particularmente con Mozart nos hemos centrado no sólo en los conciertos, sino en las sinfonías. Hemos hecho un trabajo constante que nos ha permitido encontrar el estilo de Mozart”.
El concierto es, en sus palabras, la culminación y el reflejo de dicho trabajo constante. Ciertos autores, como Mozart, Haydn, Mahler y Bruckner no son de ocasión para la OSEM; al contrario, son artistas recurrentes, de suma importancia en los últimos tiempos: “En la pandemia. cuando había menos músicos en el escenario, justo autores como Haydn o Mozart nos ayudaron a recuperar la forma, puesto que son totalmente cristalinos y exigentes. En este tiempo fuera, Haydn y Mozart fueron fundamentales”, explica el director.
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En el caso de Mahler, hace algunos años, la OSEM empezó un ciclo en el que ha abarcado buena parte de sus sinfonías: “Estamos en planes de hacer la Primera y sólo nos faltan la Segunda, la Octava y la Novena”.
Es un autor, continúa, cuyo repertorio conoce y le va bien a la Orquesta. Con Bruckner, la OSEM también desarrolla la ejecución del total de sus sinfonías, un proyecto que empezó hace año y medio con una sinfonía por temporada, “o sea, dos al año por que la Orquesta va de febrero a junio y de septiembre a diciembre”, dice Macías.
La afinidad con Bruckner o Mahler se debe a la sonoridad de la Orquesta y a la “gran pasta” en las maderas, cuerdas y metales. En el caso de Mahler, los programas no consideran ningún orden cronológico; pero en el de Bruckner, sí. “El orden ha sido de una gran enseñanza porque nos muestra cómo un autor puede dar estos grandes saltos de una sinfonía a otra”.
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Al margen de la fuerza de Bruckner, la intención fue cerrar la temporada con una sinfonía espectacular, la Séptima —una de las más difíciles, quizá la más difícil—, en particular por la complejidad rítmica y temática del último movimiento.
En este reto, que la OSEM tenía pendiente y que decidió abordarse para el cierre, los acompaña el Dúo de pianos Gerwig & González con el Concierto para dos pianos No. 10 en Mi bemol Mayor, de Mozart. “La OSEM tiene un público en la Ciudad de México y esperamos que disfrute el concierto”, concluye.