El director de orquesta Iván López Reynoso viene del reciente estreno en "México del Inferno", de Thomas Adès, que considera la partitura sinfónica más importante que se ha escrito en lo que va del siglo XXI. Ahora, se prepara para los programas festivos de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam) el 14 y 15 de diciembre: "Es el esperado programa de Navidad, la celebración que abre la oportunidad de reflexionar y conectar con el lado más espiritual, más humano y sensible del ser. La música es definitivamente un vehículo crucial, indispensable, para la emotividad, y por ello, históricamente, hay tanto repertorio que se ha escrito pensando en las festividades de Navidad", dice López Reynoso.
Villancicos de distintas latitudes y clásicos ineludibles, como ciertos extractos del "Cascanueces", de Chaikovski, el "Burrito sabanero" y el "Paseo en trineo", de Leroy Anderson, por ejemplo, así como la participación del coro de Niños y Jóvenes Cantores de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), configuran el programa con el que la OFUNAM cierra su tercera temporada de conciertos de 2024.
"Me toca dirigir las últimas dos semanas de la temporada de la Ofunam de este año. Es una orquesta fundamental para mí, para mi carrera. Son ya 12 años ininterrumpidos que dirijo a la OFUNAM, por lo menos, un par de veces al año, así que siempre es un privilegio volver a trabajar con ellos y hacer música, ahora con mayor razón en estas fechas que nos invitan a la reflexión, la espiritualidad, o digamos así, la meditación y la sensibilidad".
A espaldas de López Reynoso también está uno de los años más intensos de su carrera y un par de debut internacionales recientes. Uno de ellos, el de la Ópera de Dallas, esperado con ilusión: "Es un recinto históricamente importante para la lírica de Estados Unidos y claro, por ende, para la lírica internacional. Me tocó debutar con "La traviata", de Giuseppe Verdi, y uno se da cuenta de la importancia del teatro cuando uno ve la historia del teatro y se entera que allí La traviata la cantó ni más ni menos que María Callas también. Entonces, es un teatro lleno de historia", cuenta.
Este debut, explica, era esperado también porque la ciudad de Dallas en Texas se conecta con la cultura mexicana. El gran director Eduardo Mata, refiere, fue titular de la Sinfónica de Dallas y su labor tuvo un papel crucial en el desarrollo de dicha Sinfónica. Antes, sólo una vez, hizo "La traviata" (2013), recuerda. "Me sentí contento de que ahora fuera en un recinto tan importante y, además, compartiendo escenario con otros dos compatriotas, colegas mexicanos, Javier Camarena y Alfredo Daza".
La producción, que venía de la Ópera de Santa Fe, gustó mucho porque es "vistosa, lucidora, hermosa, colorida y tiene un buen balance entre tradición y modernidad con algunos guiños más actuales, innovadores, propositivos, en su estética", como su escenario giratorio.
Otro debut, en compañía también del cantante Javier Camarena, fue en el Donizetti Opera Festival, el que se celebró, como cada año, en torno al natalicio de Donizetti (29 de noviembre). En 2014, recuerda, tuvo la fortuna de debutar internacionalmente en el Festival de Pésaro, donde nació Gioachino Rossini. Una década después hace lo propio en la ciudad natal de otro gigante de la ópera, Gaetano Donizetti. "El festival, al que asisten las grandes estrellas de la lírica y el canto internacional, se centra, durante tres semanas, en la obra, vida y legado de Donizetti".
Todavía le queda una última presentación internacional, el 25 de diciembre, con la Orquesta Sinfónica de Tenerife, que desde hace tres décadas celebra su concierto de fin de año. En el repertorio habrá obras de Chaikovski, Shostakóvich, Manuel de Falla y Pablo Sarasate. "Me toca hacer música el mero día de Navidad, que es un privilegio para mí".
López Reynoso se dice contento de haber podido presentarse, este año, en Oviedo, Austria, Dallas y Bérgamo.