Madrid. Tutankhamón murió a los 19 años. Es considerado un faraón menor, pero es el “rey” de la egiptología porque su tumba es la única que, tras más de 3 mil 300 años, llegó al siglo XX sin ser saqueada. Ahora su sepulcro y legado, gracias a las fotografías del italiano Sandro Vannini, se revelan con un detalle inédito.

Tutankhamón. El viaje por el inframundo (Taschen) son 450 páginas “xl” —25x34 centímetros—, de las que 342 son fotografías a toda página con tres desplegables, una abundancia que, según dice Vannini en el texto, se explica porque “la historia de la egiptología es también la de la fotografía”.

Las imágenes del libro, un exhaustivo tratado sobre los rituales funerarios, describen a detalle cómo los antiguos egipcios imaginaban el peligroso viaje al paraíso: un reino de luz perpetua, de placeres eternos y muy sofisticados, al que sólo se podía acceder tras superar un duro juicio final.

El descubrimiento de la tumba de Tutankhamón el 4 de noviembre de 1922 en el Valle de los Reyes no sólo fue un momento estelar de la arqueología sino también de la fotografía científica de principios del siglo XX.

Gracias a la digitalización, Vannini (Roma, 1959) logró imágenes hasta entonces inéditas, y sus fotos, que revelan los colores como nunca se habían visto, permiten apreciar detalles ocultos como sobreescritura en las inscripciones.

Las fotos las hacía sin el polvo y el hollín que tenían las imágenes de Burton de hace casi 100 años, cuando Carter encontró 5 mil 300 objetos en la tumba.

El libro es traducido al español por Daniel Montsech y Carmen Villa, contiene textos del fotógrafo, pies de fotos de Mohamed Megahed e introducción de Wolfgang Wetengely. Está realizado en colaboración con la exposición King Tut: Treasures of the Golden Pharaoh, muestra itinerante en Los Ángeles, con más de mil réplicas de objetos hallados en la tumba.

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