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La madrugada de este martes fue retirado el primer fragmento de la techumbre que protegía la Casa de las Águilas, de la Zona Arqueológica Templo Mayor , misma que colapsó en abril pasado debido a una fuerte lluvia, el 28 de abril de este año.
La estructura metálica de 240 metros cuadrados colindaba con la calle Justo Sierra, casi esquina con República de Argentina, no soportó la gran cantidad de granizo que cayó aquella noche, pero ahora, a seis meses de ese incidente, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ) determinaron que la techumbre iba a ser partida en 12 fragmentos y retirada en alrededor de tres o cuatro meses.
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
El primero de todos esos fragmentos fue retirado alrededor de las 2:30 horas de este martes y para ello fueron necesarios más de cuatro horas de labores de cinco trabajadores, quienes primero retiraron el panel de 10 centímetros de grosor, para que únicamente quedara la estructura metálica.
“Todo salió como estaba programado. No hubo nada que tuviéramos que resolver en el momento. La estructura se comportó de la forma en que se esperaba. El proceso de separar el módulo (que se retiró) fue más lento de lo que se esperaba, pero si se piensa que fue la primera vez, todo salió bien”, dijo Mariana Díaz de León Lastras , jefa del Departamento de Restauración del Museo del Templo Mayor, en entrevista con EL UNIVERSAL .
Aunque la arqueóloga Patricia Ledesma Bouchan, directora del Museo del Templo Mayor, había informado que la grúa para retirar la primera parte de la estructura metálica iba a llegar a las 19 horas por la calle Donceles, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue hasta las 22 horas que eso sucedió y media hora más tarde, un par de trabajadores comenzó a mover los polines de madera que sujetaban el plástico colocado encima de los restos de la techumbre.
Previo a ese movimiento y antes de que llegara la grúa, explicó Díaz de León Lastras, se separó el multipanel de la techumbre: “Eso se retiró poco antes de que llegara la grúa, se hizo de forma manual y se colocó una lona. Sólo esperamos a que estuviera la grúa”.
Entre las 10 de la noche y las 2:30 horas, en repetidas ocasiones se escucharon ruidos producidos por golpes con martillos y algunas herramientas que cortaban metal, aunque eso es algo que ya estaba contemplado en el plan de ejecución, pues “al momento de liberar algunas de las estructuras se genera un poco de presión en otras partes, eso hace más difícil que se puedan separar los tubos y ahí fue necesario meter algunos ‘golpes’ para poder liberarlos, pero fueron menos de los que se esperaban”.
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Las labores de remoción del fragmento de la techumbre estuvieron a cargo de la empresa TGC Geotecnia S.A. de C.V., empresa que también se encargó de proteger los vestigios arqueológicos de la zona arqueológicas y quien también instalará la nueva protección.
El primer fragmento que se retiró fue elegido por TGC, dijo la restauradora, tras un análisis estructural y de cargas, pues se llegó a la conclusión de que “era el mejor lugar para iniciar sin afectar otros espacios”.
Si bien se requirieron horas para seccionar el primer fragmento, únicamente fueron necesarios cerca de dos minutos para que la grúa colocara esa fracción metálica junto a la Casa de las Águilas , en un espacio específicamente acondicionado, donde “se le va a desmantelar y posiblemente (los tubos) se queden dentro del INAH”.
Los otros 11 “pedazos” de la techumbre serán removidos en las siguientes semanas, para dar paso a la instalación de la nueva protección, que se prevé esté lista para junio de 2022.
“A la par del retiro de la techumbre habrá una cubierta temporal, porque no se puede quedar a la intemperie en ningún momento el recinto prehispánico, porque tiene vestigios muy valiosos. Más o menos será retirada una sección por semana, aproximadamente, es lo que estamos programando”, dijo Mariana Díaz de León.
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Una nueva protección
La restauradora detalló que para la protección provisional “se van a meter unas torres y sobre estas se van a poner unos largueros (tipo de poste), que van a sostener láminas metálicas”.
La estructura metálica diseñada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez fue instalada a inicios de los años 80 y pesaba alrededor de 60 toneladas. Sin embargo, ese peso será diferente con la nueva cubierta.
“Ahora será un poco más ligera, pero al mismo tiempo podrá soportar más peso. Será muy parecida a la que será removida, pues tiene 40 años y ha registrado un buen comportamiento en lluvias y sismos. Aquí, con esta techumbre, tuvimos una situación atípica que esperemos que no se repita, pero la nueva cubierta sí tiene que contemplar ese tipo de incidentes, porque pueden presentarse”.
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Mariana Díaz de León Lastras agregó que los trabajos con la grúa sólo se llevarán a cabo por la noche, aunque eso no quiere decir que pararán labores, pues a lo largo del día se llevarán a cabo otras actividades, como tratar de desatornillar otras secciones, mover los paneles o acondicionar el espacio provisional donde quedará el fragmento a desmantelar.
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