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El que era el helipuerto Presidencial de Los Pinos recibió la tarde de ayer a la Orquesta Escuela Carlos Chávez, que interpretó el concierto sinfónico de Carmina Burana, en un evento campestre y elegante, dentro de las actividades del recientemente inaugurado centro cultural Los Pinos.
La pieza musical, interpretada en tres partes representativas, se abrió paso con un recinto lleno y con las palabras del director de orquesta, el maestro y compositor Eduardo García Barrios.
“Hoy cerramos un ciclo. Es muy especial cerrarlo aquí, en este lugar. La Orquesta Escuela Carlos Chávez se caracteriza por el trabajo en equipo, por la comunidad. Estudiantes, organizadores y maestros, todos hacen posible lo que somos hoy”, comentó Eduardo García Barrios.
El primer acto, titulado O Fortuna, mostró la habilidad de los distintos músicos y la variedad de conjuntos y que conforman la orquesta; los violines, violonchelos y los contrabajos se unieron con las trompetas y las flautas sin dejar a un lado a las percusiones. La armonía de la melodía fue completada con las voces de los coros masculinos y femeninos, los cuales permanecían hasta atrás sin restarle importancia a su interpretación. La primera pieza, inspirada en las fortunas y desgracias que pueden vivir los hombres, concluyó con un fuerte aplauso del público.
El segundo acto de la pieza, titulado In Taberna, nace de las reflexiones y razones que llevan a los hombres a caer en las tabernas. Esta segunda parte de la pieza comenzó con un ensamble melódico encabezado por cuerdas, trompetas y percusiones que cautivó al público; fue a mitad de acto que el tenor Alexander Soto hizo su aparición en escena. El cantante conmocionó al público con su canto.
Terminada la interpretación de Soto, en este acto, el contratenor Fernando Pichardo García siguió con la pieza; su canto fue bien recibido por el público que aplaudió su llegada. Fue en este punto de la pieza que elementos de un musical teatral se hicieron presentes. Pichardo García mostró su talento al cantar y dar una interpretación de un personaje de la época medieval.
El tercer acto, titulado Cour d’amours, cerró con la cantata y destacó a la cantante y soprano Alejandra Salvatori en compañía de Alexander Soto. La melodía de la orquesta y los coros se fusionaron de manera solemne con la interpretación de los dos cantantes.
Al finalizar la pieza musical, el maestro Eduardo García Barrios dirigió unas palabras al público. “Ha sido un honor estar aquí con todos ustedes y con la Escuela Carlos Chávez. Viva México, viva la cultura y viva el arte”.
La cantata escénica Carmina Burana mostró el talento, trabajo y la gran dotación musical con la que cuenta la Orquesta Carlos Chávez. Fue un concierto que hizo vibrar el espacio del helipuerto y tocó el corazón de los asistentes.
La Orquesta Escuela Carlos Chávez es conformada por el director Eduardo García Chávez, el contratenor Fernando Pichardo, el Coro Sinfónico del Sistema Nacional de Fomento Musical, el Coro Infantil de la Escuela Superior de Música, el Coro de la Orquesta de la Ciudad de México, el Coro de la UAM Iztapalapa y por cantantes solistas del Ensamble Escénico Vocal.