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ana.pinon@eluniversal.com.mx
El 2 de octubre de 1968, los primeros cuerpos que fueron retirados de la Plaza de las Tres Culturas no fueron los muertos ni los heridos, sino los de los detenidos. De modo que es posible considerar que aquel fatídico día, el número de víctimas mortales pudo ser menor si las personas hubieran recibido rápidamente la atención médica necesaria. Además, la mayoría de los muertos fueron hombres y a la fecha hay varias personas que se encuentran en calidad de desconocidas. De cada uno de los heridos que fueron trasladados a un hospital, el gobierno hizo un seguimiento de su estado de salud y/o de su dada de alta o defunción.
Estas son algunas de las consideraciones a las que llegaron investigadores que están trabajando en el Archivo Público Histórico y Digital denominado M68: Ciudadanías en Movimiento, un repositorio digital sobre los movimientos sociales que, desde 1968 a la fecha, ha impulsado el reconocimiento de derechos en México, columna vertebral del nuevo Memorial del 68 y del Museo de Movimientos Sociales del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).
Como se informó el pasado 29 de septiembre en EL UNIVERSAL, entre julio y diciembre de 1968 se reportaron 78 muertos, 186 lesionados y mil 491 detenidos; y durante ese periodo se contabilizaron 31 desaparecidos, que, ahora se sabe, ya fueron localizados. Estas cifras, asegura Susana Zavala, quien encabeza estos trabajos de investigación, no está cerrada.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la periodista e investigadora explica que en 2006, cuando colaboraba para el National Security Archive se hizo un registro de víctimas fatales del 2 de octubre, que entonces se cifró en 44. Ahora se retoma esa investigación pero se abarcan todos los meses de disturbios y conflictos, de julio a diciembre, para hacer una nueva lista.
“No es un registro concluyente, la cifra puede variar. La gente puede seguir sumando materiales, los archivos de las personas pueden contribuir a ampliar la información que tenemos hasta ahora o pueden, incluso, mejorar los datos con los que contamos. Por ejemplo, podrían indicar si hay variables en un algún nombre o edad. La investigación no ha concluido porque seguiremos encontrando más documentos, vamos a anexar otros registros y podemos mejorar la calidad de la información”, afirma.
Para Luis Vargas Santiago, curador en jefe del M68, esta investigación busca incidir en dos cosas: la primera es que el número de víctimas no es lo más importante, sino el establecimiento de que se cometió un crimen de Estado; la segunda es que busca nombrar a las víctimas, darles nombre a cada una porque sólo así se comenzará a procurar la gran cadena de la justicia, que implica la recuperación de su memoria. “Durante mucho tiempo se ha especulado acerca de las cifras, se habló de cientos y se llegaron a manejar miles. A nosotros nos interesa recuperar la historia que empieza con los nombres”, explica Vargas.
De acuerdo con el curador, la investigación cruzó la información de diferentes listas y expedientes para generar una base de datos con la que fue posible sostener que había nombres repetidos o datos imprecisos. Por ejemplo, en el caso de una de las personas fallecidas no identificadas no se puede establecer con los documentos si es hombre o mujer, porque en los registros aparece la misma pero se le ubica con los dos géneros.
Zavala coincide en que la misión de este proyecto es darle identidad a las víctimas, nombrarlas. Y es que, dice, salvo el registro que hay en la Estela de Tlatelolco, nunca más se volvió a hacer un trabajo para esclarecer sus identidades.
“Se ha hecho énfasis en los muertos, pero tenemos que nombrar a las cerca de 2 mil personas que fueron agraviadas durante todo este proceso porque también son víctimas de la represión que se ejerció, también debemos nombrar a los detenidos y dar cuenta de los abusos de autoridad, de los abusos físicos y emocionales que padecieron. Y otro dato que es muy importante establecer es que muchas personas que fueron reportadas como desaparecidas se encontraban detenidas, es decir, queremos establecer cómo se acaparó la información en esos meses de caos y por eso la gente no sabía dónde estaban sus compañeros o familiares. En el interactivo que presentaremos el 19 de octubre, la gente podrá ver, por ejemplo, cómo una persona que está en el registro de heridos aparece en días posteriores como fallecida, y que algunos que estaban desaparecidos se encontraban detenidos. A todos ellos queremos reconocerlos como víctimas”, sostiene la investigadora.
Categorías. La base de datos de esta plataforma está dividida en cuatro categorías: muertos, lesionados, detenidos y reportes de desaparecidos. La información fue obtenida de registros forenses, del Libro Azul, un reporte escrito por la Procuraduría General de la República —el cual estableció 26 muertos—, entre otros. La mayoría de los documentos con los que se llegó a estas conclusiones estaban en el Archivo General de la Nación y provienen de diferentes fondos como los de la Sedena, la Dirección Federal de Seguridad y la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales.
Hasta el momento, según la investigación de Zavala, a un corte del 3 de septiembre, de los 78 muertos nueve son mujeres, cinco están identificadas y cuatro están registradas como desconocidas; hay 69 hombres, 58 están identificados y 11 se mantienen como desconocidos. No existen imágenes, sólo hay informes. “La identificación se nos ha dificultado por las medidas de protección de datos personales, por fortuna el INAI ya se pronunció para que todo lo que esté en este repositorio quede sin restricciones. Hay personas que siguen en calidad de desconocidas y, tener acceso a esta información, creemos, nos permitirá identificarlas”, dice Zavala.
En los registros se encontraron necropsias de algunas de las víctimas fatales con descripciones puntuales como el tipo de arma, trayectoria, centímetros de las heridas, tipos de daños y heridas, incluso hay categorías de las lesiones.
Los lesionados son 186, de los cuales están identificados 21, dos son desconocidos; 157 son hombres y seis son desconocidos. Las heridas van desde quemaduras hasta golpes craneoencefálicos. En estos archivos se establece si fueron asesinados y/o lesionados con arma de fuego, arma blanca, quemaduras por petardos u otros. Los heridos fueron trasladados a la Cruz Roja, al Hospital Rubén Leñero y a Traumatología de La Villa. “De las personas lesionadas se hizo un seguimiento puntual, periódicamente la DFS o Investigaciones Políticas, emitieron informes sobre las condiciones de salud de las personas”, detalla Zavala.
Vargas Santiago explica que otro de los datos importantes de esta base de datos es cómo se atendieron a las víctimas el 2 de octubre. “Los primeros cuerpos que se llevan no son de los muertos ni de los heridos, sino los detenidos. Es probable que si hubieran dado atención más temprana a los heridos a lo mejor no habrían ocurrido más decesos. Esto es muy fuerte, las instrucciones eran muy claras”.
Zavala, añade: “Una de las prioridades para todo el operativo fue la detención de personas. Lo que les interesaba era detener a todos los líderes del movimiento y todos los simpatizantes, esto está muy claro en los registros. Fueron más de mil detenidos”. Una conclusión a la que llegan tras revisar los expedientes, los horarios de los registros de detenciones y de los informes hospitalarios.
Respuestas a las preguntas. Para hacer públicos los respaldos documentales de esta investigación, primero se debe hacer la declaratoria de carácter público de los expedientes relacionados con el Movimiento Estudiantil, en poder del AGN, según lo determinado por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Esto se llevará a cabo el 10 de octubre. Una vez que esta base de datos esté más completa y se haga la apertura absoluta en todos los archivos, podrán establecerse más certezas y obtenerse más información.
“Un equipo forense podría responder muchas preguntas. Por ejemplo, hay registros de la trayectoria de los impactos de balas en los cuerpos, eso podría darnos más certezas sobre lo ocurrido. Hay cuerpos que tuvieron más de un impacto de bala, muertos no sólo del día 2 de octubre sino también de otras fechas. Hemos querido completar este registro de manera muy precisa. Lo que más nos ha importado es saber qué le ocurrió a cada una de las personas, no queremos entrar a un juego de números, ni decir si son muchos o pocos, queremos establecer que una persona se llama de tal manera, que fue herido en tal fecha, se llevó a un hospital de determinado nombre, describir sus heridas y establecer si fue dado de alta o falleció, e indicar, en los casos que sea posible, quién identificó los cuerpos”, aclara Zavala.
Sobre los 31 desaparecidos que se determinaron en ese momento, los investigadores indican que todos fueron localizados y que de acuerdo con el avance de la revisión de los archivos, no existe a la fecha una sola persona que se mantenga en esa categoría. “Reconocer que hubo desaparecidos es reconocer las demandas de los estudiantes porque ellos fueron quienes denunciaron la desaparición”, asegura Vargas.
El curador sentencia: “Esperamos que esta investigación de víctimas aporte a que haya un reconocimiento de los derechos humanos y que se reconozca que se tiene que hacer un trabajo semejante con la Guerra Sucia y con tantos conflictos ocurridos a lo largo del siglo XX en donde el gobierno, ilegalmente, ha torturado, detenido y matado a sus ciudadanos”.
Los resultados de la investigación, así como el interactivo digital con los respaldos documentales, se darán a conocer el 19 de octubre, cuando se abrirá el nuevo Memorial del 68 que contará con una nueva instalación museográfica. Y se presentará el Museo de Movimientos Sociales.
Esta base de datos se mostrará a través de un gran mural que medirá alrededor de 20 metros de largo por 2 metros de alto, en el que habrá un homenaje a las víctimas mortales, a los detenidos, lesionados y desaparecidos. Además, contará con un interactivo en el que se mostrará la investigación dividida en grupos y se hablará de la metodología y de los procesos de justicia porque desde 1971 han existido intentos por procurar la justicia a las víctimas del 68. Hasta ahora, existen dos procesos y dos recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
En el mural, cada 10 minutos, se podrá ver la flor del maguey, que ha sido usada en movimientos de víctimas en México durante el siglo XX, y aparecerán alrededor de 2 mil nombres divididos por categorías. Y cada día, a las 18:10 horas —cuando se lanzó la primera bengala— el mural proyectará sólo luz y todo volverá a comenzar. Se podrá acceder al interactivo para revisar los detalles de la investigación, que estará disponible en web.
Hoy a las 16:00 horas se inaugurará el Monumento a la ausencia de Yael Bartana, se hará la Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible de Tlatelolco como sitio emblemático de la Memoria Histórica de la Ciudad de México y se presentará oficialmente la colección digital M68: Ciudadanías en Movimiento, que será de consulta abierta y en permanente construcción. A la fecha, cuenta con 33 archivos públicos y privados; y cerca de 30 mil documentos digitalizados, una cifra que seguirá creciendo porque hay muchos documentos que siguen en proceso de digitalización.