En México, no hay museo con una colección tan vasta e importante de arte sobre el como el , explica Luis Rius Caso, especialista en el tema y curador de la .

En un recorrido compuesto por 40 obras, el recinto aborda este capítulo de la historia del arte mexicano que ha sido puesto a un lado, como si se tratara un tema ajeno al país.

La exposición arranca con el núcleo “Éxodo y reclusión”, una sala donde se exhiben dibujos del artista Francisco Marco Chilet, quien hizo un testimonio de lo que se vivía dentro de los campos de concentración en Francia donde eran aprisionados aquellos que se oponían al franquismo; ahí fueron enviados aproximadamente 600 mil españoles.

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En los dibujos de Chilet, que forman parte de un acervo de 500 dibujos que fue donado al museo hace tres años, se puede ver cómo eran las improvisadas barracas y cómo dentro de los campos se formaron divisiones sociales, como las barracas de artistas –quienes recibían donaciones de materiales por parte de Pablo Picasso– o las de los vascos y catalanes, quienes dentro de ese contexto vivían en mejores condiciones por acuerdos logrados entre sus gobiernos y Francia, explica Rius.

En esa sala también se muestran representaciones de las tortuosas marchas que emprendieron los españoles desterrados para llegar a pie a los campos de concentración, que fueron pintadas por Francisco Moreno Capdevila y Antonio Rodríguez Luna, o una visión alucinada o surrealista sobre cómo era la vida dentro del campo, dibujada por Gerardo Lizárraga, uno de los múltiples artistas que esta exposición busca “rescatar”, dice Rius, y primer esposo de Remedios Varo.

Gerardo Lizarraga Istúriz
(Pamplona, 1905 - Ciudad de México, 1982)

Janitzio, Michoacán
ca. 1970
Óleo sobre tela
Colección Kaluz
Gerardo Lizarraga Istúriz (Pamplona, 1905 - Ciudad de México, 1982) Janitzio, Michoacán ca. 1970 Óleo sobre tela Colección Kaluz

Luego del éxodo, sigue la nostalgia, que se aborda en “La voz antigua de la tierra”, donde artistas como Elvira Gascón, quien también fue una prolífica ilustradora, plasma en una pintura donde se lee “España” en repetidas ocasiones, pero en un color diluido que da la impresión de ser un susurro.

Luis Rius detalla que en este núcleo se encuentran grandes artistas que destacaron en España, como Arturo Souto, quien en la Feria Internacional de París de 1937 exhibió junto al Guernica de Picasso, o Roberto Fernández, esposo de Gascón y quien hizo el rescate de obras de arte del Museo del Prado cuando éste fue bombardeado por tropas franquistas.

Arturo Souto
(Pontevedra, 1902 - Ciudad de México, 1964)

Sin título (Las discípulas en el taller)
Sin fecha 
Óleo sobre tela
Colección Kaluz
Arturo Souto (Pontevedra, 1902 - Ciudad de México, 1964) Sin título (Las discípulas en el taller) Sin fecha Óleo sobre tela Colección Kaluz

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En la muestra también se presentan obras de Cristóbal Ruiz, Antonio Rodríguez Luna y Enrique Climent,  quienes a su llegada a Ciudad de México –entidad de la República Mexicana a asignada a los exiliados que se dedicaban al arte o a los intelectuales–, se convirtieron en maestros de varios artistas mexicanos, por ejemplo Climent formó parte de las bases del movimiento de La Ruptura, dice Rius.

Finalmente, en “Maletas abiertas. La vida en México”, se aborda la integración de los exiliados españoles en México, a través de pinturas que abordaban temas indigenistas, como lo hicieron Mary Martín (quien trabajó con Diego Rivera y a quien también se busca rescatar su figura en la historia) o Juan Eugenio Mngorance, quien dio clases de pintura en Monterrey. Otros mostraron su integración al pintar paisajes como Francisco Camps Rivera.

La exposición señala cómo la diseminación de estas semillas españolas triunfaron, pese a todo, en otras tierras. De hecho el título proviene del poema “Yo te puedo poblar, soledad mía”, del exiliado español Pedro Garfias. “Perdimos y fue muy doloroso, pero al ver que crece una espiga, es el triunfo de la vida, por eso se llama así la exposición”, dice Rius.

Sobre el olvido de estos artistas en la historia del arte mexicano, Rius explica que principalmente se debe a que en el campo académico, los criterios son muy limitados: “Vamos siempre sobre lo mismo, trabajamos mucho sobre lo mismo, Diego Rivera o Frida Kahlo, quien tuvo que ver mucho con el exilio, gracias a ella muchos salieron”, afirma.

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“Otro error es que lo compartimentamos, cuando decimos ‘exilio español’, inconscientemente lo hacemos a un lado porque ‘ya no es mexicano’ y por eso ya no lo estudiamos”, agrega.

Finalmente, influyó que muchos de ellos no destacaron en el mercado del arte: “México es un país de artistas, entonces la producción desborda por mucho las posibilidades de mercado. Los rescates pasan por el mercado, de alguna manera, y el mercado en México no ha estado a la altura”.

“(Estos artistas) son mexicanos. Su obra fue pintada en México e influyó en México, en España no. Su trascendencia es en México y la obra responde por sí misma”, concluye Luis Rius Caso.

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melc