La crítica de arte Avelina Lésper se disculpó a través de un video por la destrucción de la obra de Gabriel Rico “Nimble and sinister tricks” , de la galería OMR , la tarde de este sábado en Zona Maco . Lésper relató los hechos y añadió que desearía que no hubieran ocurrido. Comentó que esto le pudo pasar al coleccionista, a un museo, y comparó la situación con lo que le ocurrió a Marcel Duchamp con su obra "El Gran Vidrio" (1915-1926).

“Estaba frente a una obra que consiste en un vidrio, con dos pelotas y una piedra y una pluma atravesados, soportados sobre unos enclenques tubos de latón. Como un comentario crítico, yo llevaba una lata de refresco vacía en la mano, la puse primero en el piso para demostrar que el objeto seguía ahí, idéntico, que podían ser dos pelotas como dos latas. Levanté la lata y haciendo el ademán de que lo ponía sobre la piedra, la acerqué a la piedra, en ese momento, como si la obra hubiése escuchado mi comentario y hubiese sentido lo que pensaba de ella, se hizo añicos y se desplomó y se cayó en el piso. No pude hacer nada, me quedé ahí paralizada, ante el hecho”.

Lésper relató que entonces las personas de la galería armaron un escándalo, y que le dijeron que quería huír, pero negó que quisiera huír: “No me fui a ningún lado, me quedé ahí, yo estaba ahí de pie, no quise huir a ningún lado”.

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Aseguró en el video que el personal de la galería se puso a gritarle y le exigían qué iba hacer para reparar la obra a lo que relató: “Hablando en los términos del arte de ustedes, que valoran esto como arte, (Marcel) Duchamp, con “El Gran Vidrio”, le sucedió exactamente lo mismo; “El Gran Vidrio” se rompió y Duchamp dijo “doy por terminada la obra”. Hasta la fecha "El Gran Vidrio" se sigue exponiendo roto”. Dije: “Expónganla así”.

Y ante la negativa de exponer la obra así, Lésper explicó que dialogó con el señor de la galería (el director es Gabriel Restra) quien le pidió sentarse a platicar sobre lo qué se podía hacer, en términos económicos, a lo que contestó: "Yo no la puedo pagar".

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Lésper añadió que hasta después se enteró de que la obra está valuada en 20 mil dólares. “Dije lo que puedo hacer es repararla, dame los objetos, las fotografías, las medidas, y yo te regreso eso reparado de nuevo, es la naturaleza de esos objetos; se puede volver a hacer. Lo que a mí me sucedió le pudo haber sucedido al coleccionista, a un museo. Y de la misma manera lo iban a reparar, lo puedo reparar”.

Entonces, agregó, que el galerista le dijo que no, que eso lo debía supervisar el artista.

En el video de cuatro minutos, Lésper dijo que se disculpó con el galerista y agregó: “Lo vuelvo a hacer públicamente. Yo no lo hice intencionalmente, no la rompí, no la golpee, no la toqué; yo no rompo obras, no destruyo objetos. Tengo una columna y mi crítica para decir lo que pienso de las obras”.

Agradeció al galerista de que este hecho no se llevara a otras instancias y reveló que dejó sus datos para estar en comunicación.

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"Es algo que sucede con estos objetos, es su naturaleza, se los lleva la basura, se los come la gente. Ahora: no es una tragedia, se puede reparar. No es algo intencional, no agredo obras, no destruyo obras, fue un hecho lamentable, que me sucedió a mí, le pudo pasar a otra persona que pasara muy cerca de la pieza. Es todo. De verdad, desearía que no hubiera pasado", finalizó.

Sin embargo, Lésper no dijo por qué se acerco a la obra “con el ademán de tocarla”, cuando no es frecuente ese acercamiento con las creaciones en una sala o museo.

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