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The Man Who Stole Banksy
, un documental que se estrenará el viernes en el Festival de Cine de Tribeca de Nueva York , narra una historia que mezcla el arte callejero con la avaricia y la política en Oriente Medio.
No obstante, la película sobre la retirada y venta de un graffiti en un muro de cemento obra del artista anónimo británico Banksy en Belén también sirve para poner una cara humana a una zona castigada por la violencia, dijo el director, Marco Proserpio .
"La mayoría de las cosas que he visto sobre Palestina les caracteriza como víctimas; como si no fueran seres humanos", dijo el director italiano de 33 años a Reuters. "No es la historia típica que se cuenta sobre Palestina. La obra de Banksy fue la ocasión correcta para presentarlos como seres humanos".
Banksy, que trabaja en secreto y cuya obra ha alcanzado sumas de seis cifras en una subasta, viajó a la ciudad cisjordana de Belén en 2007 y pintó seis imágenes en el lugar de nacimiento de Jesús.
El filme se centra en un trabajo -un burro pintado con aerosol negro cuyos documentos son revisados por un soldado israelí, en un giro irónico a las estrictas medidas de seguridad del estado judío- y en cómo desapareció de su muro de cemento.
Un actor principal que encontró Proserpio es el taxista y culturista amateur Walid "la Bestia", que con la ayuda de un próspero empresario local extrajo la obra y la puso a la venta en eBay por 100 mil dólares .
Un coleccionista danés la compró, pero hasta el momento no ha podido revenderla y ahora está en un almacén europeo como un valioso activo, pero alejado de su contexto original en el conflicto entre israelíes y palestinos.
nrv