Pilar Rioja
, conocida como "la sacerdotisa del baile español", recibió ayer por la noche la Medalla Bellas Artes en reconocimiento a su trayectoria y aportaciones a la danza española y flamenca.
La bailarina, maestra y coreógrafa nacida en Torreón dijo que el reconocimiento es muy significativo para ella, "como también que se me entregue en el Palacio de Bellas Artes , uno de mis preferidos y en el que me presenté cada año con las orquestas de cámara, sinfónica, en las óperas y mis recitales. Fue siempre mi meta llegar y lo logré".
Reconoció que no pierde las esperanzas de regresar a los escenarios cuando se alivie "de lo que estoy descompuesta" y aseguró que sigue en activo dando clases, bailando y expresándose a través de sus alumnos.
"Tendrá que ser un número nuevo en el que pueda expresar lo que estoy pasando ahora, aparte de que estoy muy feliz por la medalla y por ser en Bellas Artes, que es un teatro muy especial para mí”, agregó emocionada.
Previo a la entrega, Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) , describió a Rioja como "una artista de la danza, una leyenda de pasión y maestría que a lo largo de su vida ha brindado un inigualable espectáculo de excelencia a un público ávido y agradecido".
“Pilar Rioja ha tenido de su lado tanto la técnica como el espíritu de la danza, que al final acaban siendo una sola cosa, de ahí su rigor y su soltura, de ahí el dominio del cuerpo y la libre expresión de los movimientos con los que siempre nos sorprende”, agregó.
Alberto Dallal aseguró que la bailarina “es una figura de la danza que une el vigor y la delicadeza, la fluidez y la fuerza corporales. La vocación por la danza española se convirtió en una especie de alma, latido o elemento vital que convirtió el cuerpo de Pilar en una concentrada obsesión”.
Ariadna Yáñez Díaz, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón, (Cenidi), dio lectura a un texto enviado por Guillermo Barclay, diseñador de vestuario de la galardonada.
“Hay un elemento esencial que Pilar posee cuando baila y es la gracia. Ese algo que es otorgado a pocos seres en la vida y con la gracia, Pilar nos entrega la pureza, la alegría, el dolor, la ebriedad erótica de su arte. Solamente un ser que ha sido dotado con el privilegio de convertir el movimiento en ritmo expresivo, en pasión, exaltando el corazón de quien la ve bailar puede lograr lo que pilar logra: llenarnos de felicidad hasta las lágrimas”.
nrv