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cultura@eluniversal.com.mx
En febrero pasado, el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real, anunció que busca convertir al Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY) en la Universidad de las Artes, las Culturas y los Saberes Populares de la Ciudad de México, un proyecto que se incorporará a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para obtener un nivel de educación superior porque contará con alumnos, maestros certificados e instalaciones apropiadas. Actualmente sólo el área de música cuenta con el título de licenciatura, los demás se gradúan como técnicos. La fecha estimada para la culminación del proyecto es 2021.
El CCOY, ubicado en Periférico Sur 5141, al sur de la capital, está conformado por tres escuelas: Iniciación a la Música y a la Danza, que atiende a 700 alumnos de seis a 14 años, divididos en tres modalidades: música clásica, danza clásica y música y danza tradicional mexicana. También está la de Música Vida y Movimiento, con estudiantes a partir de 15 años, con especialidades en Canto, Piano, Violín y Percusiones, entre otras. Así como la de Danza Contemporánea, con estudiantes de 15 a 18 años. Además está la carrera de Danza Clásica, pero vinculada a la de Iniciación.
La directora Académica del Centro, Miviam Ruíz, asegura que en el caso del área de danza clásica no se cuenta con una estructura establecida ya que pertenece a la escuela de Iniciación.
“Nosotros la consideramos como escuela por la trayectoria y los resultados, incluso la hemos fortalecido estructuralmente, pero no existe realmente como escuela, no tenemos nómina como tal, su directora, Mirtha García, no es como tal directora sino maestra, hace todo esto ‘por amor al arte’. Si somos una universidad podríamos aspirar a tener infraestructura adecuada al crecimiento que hemos sostenido a lo largo de la historia”, expresa.
La directora del CCOY asegura que ya trabaja junto con Suárez del Real en fortalecer los planes de estudios enfocados a responder las demandas reales del mercado laboral e incluso poder emprender nuevos proyectos “no tradicionales” ya que, indica, el mismo concepto de “bellas artes” es obsoleto.
Además, agrega, aproximadamente 50% de su planta docente tiene alguna licenciatura, maestría o doctorado concluido.
De los 335 maestros de las seis escuelas que dependen del CCOY —además de las ya mencionadas existen también la de Música del Rock a la Palabra, Escuela de Danza de la Ciudad de México y la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli Garibaldi— 20 profesores son de danza clásico y 26 de contemporánea, la mayoría con una plaza, para una población de casi 230 alumnos.
“No planteamos ser una universidad que repita y reproduzca los conocimientos tradicionales, heredados del cartesianismo y de la Ilustración Francesa, como conocemos al licenciado tradicional, eso lo respetamos, pero buscaremos nuevas titulaciones que respondan a las demandas sociales, de la cultura mexicana e incluso del mercado laboral real”, afirma Ruíz, doctora en Ciencias sobre Arte.
Por su parte, Suárez del Real expresa que el proceso de transformación de la Ollin se encuentra en la etapa de depuración de los planes de estudios y evaluación de los actuales, así como en la certificación docente, por lo que el ciclo 2019-2020 se usará para la elaboración de los planes que se usarán cuando ya sea universidad.
“La directora General de Sistema de Educación Artística Comunitaria de la Secretaría de Cultira local, Hilda Nájera, junto con la maestra Miviam trabajan con un equipo de pedagogos para establecer las materias, los semestres y los resultados que se esperan. La figura que vamos a utilizar es la del sistema de estudios superiores Rosario Castellanos. El presupuesto y las instalaciones se tendrán que ajustar a las necesidades porque vale la pena invertir recursos para darle a este Centro Cultural el nivel que hace muchos años debió de haber alcanzado”.
Además menciona que la fecha planteada para que la Ollin obtenga el rango de universidad será 2021, año en el que la Ciudad de México será la Capital Iberoamericana de las Culturas, “el galardón de 2021 tiene como sufijo Ollin Yoliztli, nos aceptaron esa propuesta, por lo que el culmen de las conmemoraciones y expresiones culturales será la instalación solemne de la universidad o del centro universitario, lo que definan las autoridades educativas para el ciclo 2021-2022”, explica Suárez del Real.
Más escenarios. Los estudiantes de contemporáneo expresan que les gustaría tener más presencia en escenarios, como en el pasado, y en fechas específicas, como en el Día internacional de la danza y en el de Muertos. “Las prácticas escénicas han disminuido un poco y en una carrera donde aspiras mínimo a un Técnico Profesional, que busca la licenciatura, es primordial bailar en foro”, dice una alumna de tercer año de danza contemporánea.
La Ollin cuenta con un convenio con el Sistema de Teatros de la Ciudad ya que no tiene un lugar propio para exponer las prácticas escénicas de los alumnos, quienes se presentan en la Sala Silvestre Revueltas, en salas de música, en teatros de las alcaldías e incluso en escenarios al interior de país. Miviam Ruíz expresa que “a la escuela le hace falta un teatro más favorecedor para todas las prácticas”.
Los docentes del área de danza coinciden que es una escuela que tiene condiciones favorables pero también muchas limitaciones. Los padres de familia se sienten satisfechos con la planta docente, pero recalcan que podría mejorarse la seguridad y la limpieza; también piden una estancia para poder esperar a los alumnos mientras toman clases de hasta cuatro horas diarias.
Miviam Ruíz advierte que no será un camino fácil, ya que se necesita mayor infraestructura, más profesores y más personal, lo cual implica un presupuesto alto para que el proyecto funcione. El monto asignado para el CCOY este año es de 11 millones 41 mil 385 pesos, mientras que el año pasado tuvo estipulados 4 millones 841 mil pesos, de acuerdo con la Secretaría de Cultura local.
“El problema es que nosotros hemos crecido más desde el punto de vista artístico conceptual, que desde el estructural, es como si tuvieras un cuerpo de niño con un cerebro y corazón adulto. Tenemos que ampliar considerablemente el presupuesto, la infraestructura, hay mucho para lograr pero todo depende del apoyo que tengamos. Desde el punto de vista pedagógico, investigativo y docente tenemos todo, pero no tenemos dinero para armar otros campus con el mismo modelo y hacer más Ollin Yoliztlis”, dice Ruíz.