El archivo de la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán inicia una nueva etapa. Tras ser comprado en 1995 por la familia Felhbaum, propietaria de la fábrica de muebles suizos Vitra, el acervo de Barragán permaneció durante dos décadas en Birsfelden, Suiza, pero ahora dibujos, fotografías, libros y maquetas se han mudado al Vitra Design Museum ( VDM ), en Weil am Rhein, Alemania.
El museo especializado en diseño, que es casa de las colecciones de Charles & Ray Eames, Alexander Girard, Anton Lorenz, George Nelson y Verner Panton, ahora también alberga los 13 mil 500 dibujos de Barragán , así como 7 mil 500 fotografías, 3 mil 500 negativos, 7 mil 800 transparencias, muebles y objetos personales, 290 libros sobre el arquitecto, 54 publicaciones coleccionadas por Barragán, artículos de periódicos, revistas, siete maquetas y una variedad de notas y correspondencia. Además del archivo fotográfico de más de 2 mil piezas de Armando Salas Portugal, colaborador del arquitecto.
Martin Josephy, curador de la Barragan Foundation, explica que la mudanza no fue una decisión que se tomó de un día a otro, sino que siempre formó parte del plan de vida de la fundación. “Federica Zanco (directora de la fundación) sabía que algún día daríamos ese paso y que pondríamos el archivo en un contexto fuera de nuestra pequeña institución”, afirma.
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Una primera tarea de la fundación era organizar el archivo, a la par de este proceso se realizó una minuciosa investigación, lo que dará como resultado el libro más completo sobre el trabajo de Luis Barragán. “Contendrá más de 3 mil referencias al archivo y está conformado por más de 2 mil páginas”, detalla Josephy sobre la publicación que está por terminarse, después de 20 años de trabajo. En esta publicación, participaron académicos mexicanos del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM , adelanta Luis E. Carranza, historiador de arquitectura latinoamericana y mexicana y colaborador de la Barragan Foundation (también está presente en la entrevista).
El tercer paso de la fundación era “compartir”, lo que derivó en la mudanza de 10 km del delicado archivo al Vitra Design Museum de Alemania. Este “logro”, como definió el curador, era necesario para ofrecer una “ventana al cosmos de Barragán”, una ventana que era de menor tamaño en Suiza, pues las instalaciones y el personal no se daban abasto para recibir a tantos investigadores como les hubiese gustado.
“Este paso sólo fue un cambio de responsabilidades. La Barragan Foundation toma un paso hacia atrás como el rostro principal del archivo, pero no desaparece, sigue siendo la propietaria y continúa su misión”, explica.
Lo nuevo con esta mudanza es que el archivo Barragán cuenta con su propio espacio dentro del museo, la Barragán Gallery, que consiste en una sala de exhibición permanente sobre el arquitecto. También tiene un área de estudio, con biblioteca, para recibir a investigadores y por primera vez cuenta con un archivista totalmente dedicado al acervo del mexicano: Matthias Pühl, un historiador de arte con formación en archivística, quien desde hace un año se integró para el proyecto de la mudanza para familiarizarse con el archivo.
“La preparación es clave”, lo demás es más sencillo, detalla el curador sobre el traslado del delicado archivo, que en la mayoría de ocasiones su consulta sólo es a través de documentos digitalizados, por cuestiones de seguridad y preservación. Josephy explica que la mudanza llevó un año en ser planeada y se contó con la experiencia del VDM en el traslado, que se realizó en camiones especiales.
“No es como en Bellas Artes, que como investigador mexicano me ha tocado ver cómo el archivo arquitectónico del INBAL es trasladado en un carrito, atravesando hacia la Torre Latinoamericana, en medio de todo el tráfico. Todos tratamos de cuidar los archivos con los recursos que tenemos, pero esta mudanza de Barragán sí fue con guante blanco”, compara Carranza.
Sobre si alguna vez se consideró, en este paso de “compartir” de la fundación, mudar el archivo a México, Josephy dice:
“En principio puedo decir que no, nadie se acercó para decirnos ‘compramos el archivo de vuelta’ ni alguien lo reclamó para México. Así que no hemos rechazado ninguna oferta. No quiero ser evasivo, quiero ser muy claro: así está la situación, nadie nos lo ha pedido. Técnicamente ninguna institución o persona nos lo ha reclamado”.
Sobre si la estancia del archivo en Alemania es vitalicia, Carranza dice que “el archivo Barragán está en el mejor lugar en el que podría estar, se permite su acceso y es un primer paso de exhibición. Estamos aquí en el presente y en el futuro próximo, pero claro, las cosas pueden cambiar”.
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Los pendientes
Hace unos años se mencionó que la Barragan Foundation trabajaba en la digitalización del archivo del arquitecto, pero cuando se le preguntó por el proceso de esta misión, Josephy aclaró que no todo el archivo será digitalizado. “Es una tarea que nunca terminaríamos. Se tiene que ser selectivo, uno nunca sabe qué podría ser interesante”, argumenta.
Pero, ¿quién decide qué sí y qué no es relevante de este archivo? El curador dice estar consciente sobre esa incógnita, pero señala que, por la investigación de 20 años, él y la directora de la fundación han realizado una selección de documentos (más de 3 mil) que podrán resumir de forma completa la obra del arquitecto, documentos que justamente forman parte del libro próximo a publicarse.
“La digitalización es muy costosa, quizás si en el futuro se ofrecieran apoyos, se podría continuar”, agregó Carranza.
Un pendiente en el que sí trabaja el archivista Pühl es en el acomodo de las fotografías, pues explica el curador que éstas siguen almacenadas en los sobres en las que vinieron originalmente y que ahora es el momento de trasladarlas a compartimentos adecuados para su mejor preservación.
El mundo del arquitecto mexicano
Luis E. Carranza fue invitado por la Barragan Foundation para realizar la exhibición que se presenta en la sala permanente de la nueva Barragán Gallery.
El historiador explica que tenían como objetivo crear un espacio donde el público pueda aprender la obra y vida del arquitecto, pero dentro del contexto de la arquitectura mexicana. “Quería mostrar al público europeo que la arquitectura mexicana no es sólo una persona (Barragán) sino que es una complejidad de temas”. Por lo que Carranza presenta una línea de tiempo detallada que va desde finales de los años 20 hasta la década de los 80, tiempo en el que Luis Barragán ejerció la arquitectura.
La galería de dos niveles tiene en una pared imágenes de proyectos de Barragán, desde los más conocidos, hasta otros no tan famosos por ser de la época tardía en que el arquitecto trabaja con su socio Raúl Ferrera. “En ese momento la oficina de Barragán ya tiene un estilo propio, se le conoce como el estilo barraganesco, y le piden todo tipo de proyectos a la oficina”, señala Carranza y recuerda que, al final, la arquitectura también es un negocio.
Entre esos proyectos no construidos y por lo tanto poco conocidos se encuentra Chick’n Taco, una franquicia de alimentos, tiendas de Calvin Klein y el diseño para una casa de Francis Ford Coppola , en California; sobre este último se exhibe una fotografía de la maqueta en la galería.
“No es que sean nuevos descubrimientos, son proyectos que no se concretaron, y de los que hay muy poca información y por eso casi no se conocen entre el público”, explica Carranza.
El diseño del proyecto de Chick’n Taco tenía como protagonista la figura circular, pero Josephy prefirió no compartir los planos sobre el proyecto. “Era un proyecto serio, pero quedó lejos de concretarse, Barragán ya casi no participó y hay muy poca información. Compartir uno de los seis planos existentes levantaría muchas preguntas que no podremos responder. Ni siquiera sabemos dónde se iba a construir”.
Una de las piezas centrales de la exposición es la maqueta de un espacio escultural que estaba planeado para un conjunto habitacional en Lomas Verdes, pero que no se construyó y fue exhibida por última vez en 1985, cuando el Museo Tamayo presentó una exposición sobre Barragán.
Sobre descubrimientos, Josephy relata que hace 10 años habían dado por concluido el libro, “pero siempre ocurre algo nuevo”: hace referencia a que el pasatiempo de comparar documentos del archivo con un compañero de la fundación dio pie a la planeación de proyectos de los que se sabía poco, con ayuda de fotografía aérea, como comprender la figura real de la construcción o su ubicación precisa. “Había casas que creíamos cerca de San Ángel Inn, pero ahora sabemos que están más hacia San Jerónimo”. Sin embargo, los curadores no dan más detalles sobre esas nuevas nociones, pues tras anunciar el descubrimiento de un jardín en la Unidad Habitacional El Cobre, en Azcapotzalco, seguidores del arquitecto se dieron cita en el lugar, invadiendo propiedad privada. “El guardia nos dijo que nunca antes había vivido algo así”, explica Carranza.
Además del libro, la Barragan Foundation trabaja en una exposición sobre Barragán, pero para Josephy es muy pronto como para dar detalles, pues apenas iniciaron las gestiones.
Foto de Armando Salas Portugal del patio interior y ventanal del estudio de Luis Barragán en la Ciudad de México hacia 1951.
También hay bosquejos, como el del Edificio de departamentos para Lorenzo Garza, de los fondos del Archivo Barragán.
Propuesta del arquitecto mexicano para el Parque Azteca (no realizado) en la Ciudad de México, que se muestra en el nuevo espacio del archivo.
Vista de la Barragán Gallery en el museo de diseño Vitra Design Museum, Weil am Rhein, Alemania.
Maqueta de una casa para Francis Ford Coppola, en California, que nunca se concretó. El diseño se exhibe en la galería alemana.
Luis E. Carranza
Historiador y colaborador del proyecto
El archivo Barragán está en el mejor lugar en el que podría estar, se permite su acceso y es un primer paso de exhibición”
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