Más Información
Guadalupe Taddei solicitará ampliación del presupuesto para la elección judicial a la Cámara de Diputados; “si funciona, estaremos mejor en calidad y resultados"
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
IMSS-Bienestar asegura mantener contratados a 2 mil trabajadores en entidades no adheridas al organismo
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
SSa llama a tomar medidas preventivas ante bajas temperaturas; pide proteger salud por temporada invernal
Hace años, los cuentos de amor lésbico que la escritora y académica Artemisa Téllez había reunido, tras mucho buscar, no superaban los 15 textos de 15 autoras, hoy, ese conjunto está conformado por casi 40 autoras, 40 textos y cerca de 40 años de narrativa breve. Una muestra de esos relatos los ha reunido en “Hasta que comienza a brillar”, una antología de cuento lésbico publicado por Suma producidos entre 1979 y 2020, de creadoras como Beatriz Espejo, Ana Clavel, Rosamaría Rofffiel, Cristina Rascón, Odette Alonso, Susana Bautista Cruz, Eve Gil, Elena Madrigal, María Elena Olivera Córdova, Gilda Salinas, Leticia Romero Chumacero, Reyna Barrera, Aura Sabina y Brissia Yeber, entre otras.
“Lo mayúsculo del amor lésbico es que es una manera de verse en las otras, identificarse con ellas, no querer hacer esta división, esta separación, esta competencia, esta desconfianza entre mujeres, sino más bien una complicidad, este guiño que puede o no ser erótico, pero que siempre es amoroso”, asegura Téllez.
La Escritora, maestra en Letras Mexicanas (UNAM) y coordinadora de talleres literarios, entre los que destaca el Taller permanente de Cuento Erótico para Mujeres, asegura que la literatura lésbica ha sido ocultada, pero este libro es de las visibles, porque los cuentos que seleccionó, sobre todo en la primera parte, están en orden de publicación.
“O sea, fueron mujeres que, en el 79, que en el 82, que en el 91 publicaron estos cuentos. Yo no fui a sacar de sus cajones, esa parte es maravillosa, fueron mujeres visibles. La crítica no se detiene en el tema lésbico, o sea, por ejemplo, en Galería de títeres Pita Amor publica a Raquel Rivadeneira, y no se dice ‘qué mal ese cuento lésbico’, simplemente no hay comentarios, no se habla de él”.
La narradora dice que sucede lo mismo con el cuento de Beatriz Espejo, “fuera de las tesis lésbicas, fuera de los análisis con esa mirada prácticamente no hay comentarios, no se detienen en él. Entonces creo que hay otras maneras de invisibilizar que no vienen desde las autoras, las autoras quieren visibilizar y se ponen de frente a estas personajes lésbicas, pero creo que aquí no hay manera ya de voltear la mirada, aquí está puesto, de modo que lo tienen que ver porque ahí está”.
Lo que prevalece en los cuentos, asegura, es lo íntimo, lo personal y la autoexploración, “el tema que prevalece prácticamente en todos los cuentos es el descubrimiento íntimo, el descubrimiento personal, la búsqueda de la identidad. Eso es lo que está presente prácticamente en todos los cuentos, en su gran mayoría también el sentido del humor, una postura frente a la vida que es original y diferente de una manera que es muy lésbica, muy de las mujeres hacia las mujeres, esa esa manera de relacionarse inclusive con las que no son las novias, las amantes o las parejas, pero que queda modificada por esta visión amorosa hacia las mujeres”.
Reconoce que esta antología era una nota al pie muy necesaria. Ella se ha dedicado a la literatura de mujeres en México, principalmente al cuento y al estudio muchas autoras que no son lesbianas o que jamás escribieron algo de temática lésbica y eso está bien, sin embargo, también hay literatura lésbica, que ella quiso poner sobre la mesa, no como algo apartado o diferente, sino igual.
“Creo que esto sirve para hacer esa corrección, esa inclusión o esa mirada más amplia. Y cuando me dicen ‘oye, una antología.. o dos o tres o cinco, yo espero que no sea necesario, sino que estas autoras precisamente entren al canon, al establishment literario o al reconocimiento público de la misma manera que las otras autoras”, apunta la narradora nacida en la Ciudad de México, en 1979.
Muchas de estas autoras y muchos de estos cuentos Artemisa Téllez dice que ya los conocía, formaban parte de su propio acervo, los dejaban leer a sus alumnos y alumnas, son cuentos con los que está familiarizada y que ha leído muchas veces; “pero, algunos otros, los que vienen en la segunda parte, son de autoras nuevas, muchas de ellas alumnas mías de los talleres que imparto. En estos talleres se escribe de muchos temas y a veces ha habido cuento lésbico, no elegí todos los que escriben mis alumnas, hay muchísimos, estos son los que me resultaron absolutamente memorables”.
Esa fue la siguiente etapa de la investigación, buscar otras autoras y otros cuentos, algunas antologías anteriores porque sí existían algunas antologías que eran producto de concursos o que eran antologías LGBT, no concretamente lésbicas o lésbica gay. “Fui buscando y eligiendo y también topando con otras autoras a las que ni siquiera nunca había oído mencionar y entonces poco a poco se fue conformando esta antología decuento lésbico mexicano” que tiene una diversidad de voces, de formas de contar, acercamientos y generaciones, concluye la autora de “Versos cautivos”, “ Un encuentro y otros” y “Cuerpo de mi soledad”.