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alida.pinon@eluniversal.com.mx
Hace tan sólo unas semanas Alondra de la Parra se encontraba en Salzburgo en la Semana Mozart, dirigiendo Thamos con La Fura dels Baus, que lidera Rolando Villazón, cuando le llamaron para preguntarle si deseaba dirigir La flauta mágica con la Staatsoper Unter den Linden de Berlín, una de las más importantes orquestas de la escena internacional. El reto no sólo implicaba estar al frente de la agrupación dirigida artísticamente por Daniel Barenboim, sino también reemplazar, de última hora, al director Franz Welser-Möst, quien por una cirugía en la rodilla tuvo que abandonar la audaz producción que tendrá a los cantantes volando durante casi toda la función.
De la Parra estaba prevista para participar en este montaje para la segunda corrida que se llevaría a cabo en septiembre, pero la salida de Welser-Möst, apresuró su debut. Los últimos 15 días han sido para la mexicana como “una Olimpiada” y, asegura, todas sus capacidades han sido puestas a prueba. Una noche previa al estreno mundial de esta producción dirigida escénicamente por Yuval Sharon, Alondra estaba en su habitación repasando una vez más las partituras, cuando Barenboim —hoy por hoy uno de los directores más destacados y con una brillante carrera—, le llamó por teléfono para sugerirle que descanse. “Lo hecho, hecho está, ya no hagas nada más”, le dijo. El concertador estuvo presente en algunos de los ensayos ante el estupor de De la Parra. “Imagínate que tu máximo ídolo esté contigo, él ha sido muy generoso conmigo”, dice la directora.
Esta producción ha generado una gran expectativa por la propuesta de Sharon, quien plantea que la historia de Pamina y Tamino, Papageno, la Reina de la noche y Sarastro, son vistos a través de la mirada de unos niños. Los cantantes están todo el tiempo con arneses porque sus personajes son unas marionetas manipuladas por manos infantiles. Además, la baja de Welser-Möst no ha sido la única, a dos días del estreno la soprano Anna Prohaska, enfermó y será reemplazada por Serena Sáenz.
Nada perturba a De la Parra. Más de 15 años de carrera, su paso por la Orchestre de Paris, la Orquesta Filarmónica de Londres, la Tonhalle-Orchester de Zurich, la Orquesta de la Radio Sueca, la Orquesta Sinfónica de São Paulo, entre muchas otras, han logrado que sus pasos sean firmes en la escena internacional. La agenda de la titular de la Orquesta Sinfónica de Queensland está prácticamente llena y tiene previstos varios debuts más. Previo a la premier que ayer se llevó a cabo, Alondra de la Parra conversó con EL UNIVERSAL.
Has dicho que Mozart siempre ha formado parte de tu vida, y ahora ha llegado el momento de demostrar lo bien que se llevan.
Sí, tal cual, es así como lo siento. He sentido la presencia constante de Mozart, es increíble, lo sé, pero en verdad tengo una cosa metafísica con ese genio, es como estuviera presente en todas las cosas que han ocurrido desde que me invitaron a Thamos en Salzburgo; estaba en su ciudad natal, a cien metros del lugar en el que nació. Empezaron a pasar cosas increíbles y todas eran alrededor de él y de su música. Mozart es una de las mentes más brillantes y poderosas de la historia. No me sorprende que siga haciendo de las suyas. Su música es tan profunda, tiene tantos niveles, tantas capas, creo que La flauta mágica será una pieza que seguiré estudiando toda mi vida. Por lo pronto, estamos listos con lo que tenemos ahora.
Cuando se habla de La flauta mágica se suele resumir a dos interpretaciones: el triunfo del bien sobre el mal o el camino hacia la iluminación. ¿Cuál es tu lectura?
Lo del bien sobre el mal no lo veo porque no están tan claros. En principio pensamos que Sarastro es el mal y la Reina de la noche es el bien, al final resulta que es al revés, aunque no es concluyente. Además, creo que tiene muchos temas que hoy podrían ser anticuados, el mundo se veía diferente cuando se escribió. Para mí, si podemos considerar que hay un héroe, es Pamina, no Tamino, él siempre tiene miedo y es muy inmaduro. Es Pamina quien le dice: “sigue mi liderazgo y yo seguiré el liderazgo de mi amor por ti”.
La frase que destacas, ¿es lo que le dirías a la orquesta?
¡Claro! Y no nada más a la orquesta. La pieza está llena de cosas terribles contra las mujeres, de verdad es totalmente misógino y me cuesta mucho trabajo porque estamos en el siglo XXI, es ridículo pero ahí siguen esas palabras. Yuval Sharon, el director escénico, le ha sabido dar la vuelta a los temas y se burla de esas palabras porque toda la puesta en escena está vista a través de los ojos de un niño de esta época, y los niños de hoy jamás pensarían en esos términos; el texto es el mismo pero se le ha ridiculizado. Hoy justo estaba revisando lo que dice Pamina, es en la escena en la que Tamino le asegura que la protegerá de los horrores, ella inmediatamente le contesta: “Yo siempre estaré a tu lado, pero yo, personalmente, te estaré liderando y el amor que siento por ti me liderará”. Esto me encanta porque describe cómo somos las mujeres, somos nosotras las que llevamos, en muchos sentidos, el liderazgo y es un liderazgo que sale del amor y somos capaces de reconocerlo. Ella es la que le dice a él: “yo soy la que te va a enseñar por dónde”.
Te subiste a un arnés para comprender más lo que tenían que pasar los cantantes.
Sí. Cuando inicié trabajé en la tramoya, fui ayudante, puse las sillas, las partituras; luego, con la Filarmónica de las Américas, recaudé fondos, mandé correos, es decir, en cierta escala he hecho todas las partes que conlleva hacer un concierto, una ópera. En esta producción el trabajo técnico tiene grandes retos y nos hemos tenido que ajustar a esos ritmos, es algo muy audaz. Casi todos los cantantes están volando constantemente, el Papageno es un actor y trabajamos mucho con él como lo hicimos con todos los cantantes. Hemos tenido muchas bajas por enfermedad, a dos días del estreno se enfermó nuestra Pamina. Cuando estás en la posición de liderazgo no puedes quebrarte, es como cuando estás con tus hijos, no puedes echarte a llorar. Los directores estamos para ayudar a todos, estamos en ese instante, en esas notas, en ese texto y me enfoco en eso. Si yo pienso en cosas como que estoy en Berlín, con esta orquesta, tocando Mozart, me podría paralizar, por eso estoy pensando en los seres humanos con alegrías, corazones rotos; estoy pensando en Pamina, en Tamino, en los colores que quiero. Los mejores artistas que conozco son adultos con un espíritu de niño, ven las cosas con asombro; el estudio, la experiencia, nos dan herramientas, pero el asombro siempre se mantiene.
Alguna vez dijiste que no tenías referentes de directoras de orquesta. Tú ya eres uno para muchas mujeres que aspiran a subirse a un podio.
Te juro que no lo había pensado así. No he tenido tiempo para razonarlo desde afuera. Si es que lo soy, me encantaría ayudar a las mujeres que tienen el mismo sueño que yo para que su camino sea más fácil que el mío, eso me emocionaría mucho.
Has cumplido ya tus sueños. ¿Estás en el momento de disfrutarlo o de crear más?
No pienso en los teatros a los que quiero llegar o las orquestas que quiero dirigir, si esos sueños se cumplen pueden no ser como los pensaste y, lo más seguro, es que esos sueños no se cumplan. En lo que pienso es en lo mucho que me queda por aprender, por dirigir, por hacer. En los últimos meses, desde Thamos, mi cerebro ha hecho una Olimpiada, todas mis capacidades han estado a prueba y me encanta esa sensación. Mis maestros, mis padres, mis hermanos, mi equipo de trabajo, la gente que ha creído en mí cuando nadie creía en mí, como José Antonio Abreu que cuando nadie pensaba en mí él lo hizo; mi maestro, que vendrá a la premier porque este triunfo es de él; mis padres, mucha gente me ha ayudado a conseguir lo que hoy tengo. Hay gente que cree en ti más que tú mismo y cuando me subo al escenario me acompaño de todos ellos, de su amor y de su confianza.
¿Y a los que no creyeron?
También los mantengo cerca porque se los agradezco mucho, muchísimo. Los que no creen en ti, te provocan, te pican para que tú demuestres que sí puedes hacerlo, te impulsan a crecer más. Los que no creen en ti son muy necesarios.
¿Y México, está en tu agenda?
Es mi país, mi corazón, tengo muchos proyectos que me gustaría desarrollar en México. Siempre que mi país me invite, yo voy a estar ahí. Lo que tiene que pasar es que me inviten.