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En Orozco, Rivera, Siqueiros. La exposición pendiente se relatan los días de asedio y peligro que corrieron las obras de estos muralistas mexicanos dentro del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile en 1973, cuando se desató el golpe de Estado chileno, pocos días antes de que fueran inauguradas.
Esta muestra en el Carrillo Gil rescata a través de las crónicas y apuntes de Fernando Gamboa, quien fuera curador de aquella exposición intitulada Orozco. Rivera. Siqueiros. Pintura Mexicana, el contexto en el cual la Colección Carrillo Gil estuvo en riesgo por el levantamiento armado que encabezó en Chile el general Augusto Pinochet.
Durante el conflicto armado, las obras fueron desmontadas, se embalaron en 27 cajas y se devolvieron a México después de transportar a 350 exiliados, entre los que se encontraban la viuda y las hijas del asesinado presidente Allende.
“Hemos trabajado en esta exposición por muchos años. Esta misma muestra ha sido develada en Chile, Argentina, Perú e Italia, y se ha ido modificando en el trayecto a partir de los espacios que recorre. Hoy tenemos la oportunidad de apreciar los elementos que hacen posible esta investigación que no sólo habla de las piezas, sino de la relación diplomática entre Chile y México, y nos lleva a reflexionar sobre cómo el arte nos lleva por caminos muy sinuosos”, comentó la directora encargada del Museo de Arte Carrillo Gil, Paula Duarte.
Las 102 piezas de Orozco, Rivera, Siqueiros. La exposición pendiente, que alberga el Museo de Arte Carrillo Gil, consisten en 60 cuadros de los muralistas mexicanos José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, así como 62 piezas de la documentación de aquellos días en que la Colección Carrillo Gil viajó a Chile como resultado de las relaciones diplomáticas sostenidas por los presidentes de ambos países en aquella época: Luis Echeverría y Salvador Allende.
Entre las obras curadas de los muralistas están Los Teules, IV, Prometeo y Cristo destruye su cruz, de José Clemente Orozco; Torso femenino, Primera nota temática para el mural de Chapultepec y Desfile del primero de mayo, de David Alfaro Siqueiros; y El Arquitecto, Maternidad y Mujer en verde, de Diego Rivera.
En la muestra también se exponen fotografías que prueban las relaciones diplomáticas y el viaje que realizó el presidente chileno Salvador Allende a México con relación a las jornadas organizadas entre la Secretaría de Relaciones Exteriores y la diplomacia chilena en conmemoración del tercer aniversario del gobierno de la Unidad Popular, así como los escritos del curador Fernando Gamboa, telegramas y transcripciones de audios con relación a los eventos ocurridos en el levantamiento armado.
Orozco, Rivera, Siqueiros. La exposición pendiente es una resignificación del contexto en que la Colección Carrillo Gil permaneció expuesta a la destrucción del golpe de Estado chileno: “Esta colección también es una historia, y escribe sus propios relatos. Eso enriquece la lectura de las obras, más allá de sus contenidos intrínsecos. La historia de la colección es el contenido de esta exposición”, dijo el curador Carlos Palacios para EL UNIVERSAL.
Acerca de la elección de obras de los muralistas mexicanos, Palacios dijo: “Me interesa destacar un tema importante de la exposición de 1973: el valor de la historia de México, de los episodios fundacionales del cambio de sistema que fue la Revolución Mexicana. Quise destacar la presencia de las historias del México moderno y la Revolución”.
La exposición, que estará hasta el 5 de mayo, cuenta también con materiales audiovisuales que complementan los hechos relatados en los textos e imágenes.