El turismo cultural, aquél enfocado en el disfrute de los bienes culturales materiales e inmateriales de zonas históricas y arqueológicas, no ha recuperado las cifras que tenía antes de la pandemia por el Covid-19, de acuerdo con especialistas en turismo cultural y datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), disponibles en la página web de Estadísticas del Gobierno de México.
A cinco años del inicio del Covid, que provocó el cierre de las actividades turísticas y culturales, las zonas arqueológicas —a cargo del INAH— no recuperan las visitas de 2019. Para muestra Teotihuacan, en el Estado de México, que en 2019 registró 3 millones 459 mil 528 visitas; en 2020, año del cierre, la cifra apenas fue de 702 mil 013 visitantes.
Sin embargo, en 2024, con actividades completamente normales, Teotihuacan registró un millón 622 mil 018 visitantes, una baja de casi el 50% en comparación con 2019.
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Otro caso particular es Chichén Itzá, en Yucatán, zona concurrida en la temporada del Equinoccio de Primavera, que en 2019 registró 2 millones 359 mil 554 visitantes. Un año después tuvo 823 mil 795 visitantes, y en 2024 subió a 2 millones 248 mil 197 visitas. Si bien la caída no fue tan drástica, los datos dejan ver que no ha recuperado el nivel prepandemia.
Pero, incluso en la Ciudad de México, uno de los puntos principales de turismo cultural en el país, las cifras cayeron. En la Zona Arqueológica del Templo Mayor (incluyendo el museo de sitio) en 2019 se registraron 912 mil 643 visitantes; y el año pasado la cifra fue de 489 mil 233, una reducción de casi el 50%. En Cuicuilco, al sur de la CDMX, registró en 2019 casi 6 mil visitas, para 2024 apenas si alcanzó las 4 mil 500 visitas.
En el análisis a nivel nacional, en 2019 se registraron –entre zonas arqueológicas, sitios de monumentos históricos y museos gestionados por el INAH— un total de 27 millones 456 mil 582 visitantes nacionales y extranjeros. Mientrasque en 2024, la cifra fue de 19 millones 634 mil 011 turistas nacionales y de otros países, lo que significa una reducción de más de 7 millones 822 mil visitantes.

Las causas del no retorno
De acuerdo con Francisco Madrid Flores, director del Centro de Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac, la caída de visitantes nacionales a zonas arqueológicas se redujo en 44% en 2024 a comparación de 2019, un dato que deja ver que los mexicanos acuden cada vez menos a sitios patrimoniales.
Para el investigador, no hay una causa específica de esta baja drástica, pero apunta que no vio una política de fomento al turismo cultural en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, lo que puede ser una de las causas principales.
“En los últimos años no vi una política de turismo cultural, no podría decir que hubo esfuerzos sistemáticos o programas para diversificar y aprovechar esta área de oportunidad, pero no lo vi. En cuanto al sexenio que inicia, tampoco he visto nada parecido, depende de las autoridades en materia turística presentar un plan de turismo, yo esperaría que haya un giro, que se le dé prioridad a este tema, porque tiene ventajas competitivas para el país”, apunta.
Para Carlos Lara, investigador en en políticas culturales, una de las razones de la baja de visitas en zonas arqueológicas se debe al descuido y desorden de las mismas, así como a la introducción de artesanías chinas en los puestos de venta. “Ir a zonas arqueológicas es una vergüenza, en casos como Chichén Itzá debes pagar casetas, y al llegar te espera un mercado de puestos y de guías que buscan sacarte más dinero, es un desorden. No hay lógicas de entrada, de salida, de afluencia, y es sólo un caso, existen muchos otros que viven en el desorden, incluso para llegar”, dice.

Y agrega: “estamos engañando al turista al ofrecerle artesanías chinas, al darse cuenta después de comprar, ¿con qué ganas van a querer regresar?”
Otro caso de fracaso en turismo cultural es el Programa de Pueblos Mágicos, impulsado por el gobierno de Vicente Fox en 2001, que hoy palidece sin recursos y sin un fondo de apoyos específico.
“Este gobierno y el anterior desmantelaron el programa de los Pueblos Mágicos, con pretextos políticos y electorales que obligaron a la Secretaría de Turismo a bajar los criterios de selección para recibir el nombramiento, y hoy tenemos sitios con esta denominación que no tienen casi nada, están atravesados por el crimen y no tienen recursos”, explica Lara.
El especialista abunda en que en el sexenio pasado no vio una política sólida de turismo, menos del cultural, porque todo o gran parte del presupuesto se fue a la construcción del Tren Maya.
“El dinero se fue para comprar terrenos, para que el tren pasara encima del patrimonio natural y cultural de los mexicanos, para luego pasar a ser un pozo de corrupción, pero eso lo resume: mataron el turismo cultural, porque era turismo neoliberal, y hacen este tipo de turismo extractivo. Ya no hicieron nada más que eso”, agrega.
Lara recuerda que el turismo cultural “echa mano” de una serie de motivos del turista por conocer los sitios arqueológicos, históricos, artísticos, gastronómicos y artesanales de una región. Lo que se ve hoy de este turismo, subraya, es una tendencia a la baja.
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Algunos casos que parecen de éxito de este turismo, como Xochimilco, el Centro de Coyoacán o Tepoztlán, dejan ver que las lógicas de turismo se encuentran en modificación, no necesariamente de forma positiva.
“Este tipo de saturaciones se presentan en todo el mundo, sobre todo en casos europeos, en ciudades como Madrid o Ámsterdam, no es algo bueno para el turista, porque saturan los servicios, no hay disponibilidad, eventualmente modifican las conductas del anfitrión, que ya no quieren turistas, se vuelven hostiles y se ponen en contra de los turistas, por eso se deben hacer políticas públicas para descongestionar las visitas”, señala Flores Madrid.
Para Lara, este turismo también responde a una crisis económica derivada del bajo número de visitantes y el nulo fomento del gobierno hacia el turismo, lo que obliga a los hoteleros y restauranteros a bajar precios y captar otro tipo de público. “Es lo mismo que la invasión de productos chinos, este turismo ‘de michelada’ está afectando a toda la cadena, pero no lo hacen a propósito, porque ¿cómo enfrentan los hoteleros y los vendedores de artesanías estos golpes? Tienen que sobrevivir de algún modo, y este fenómeno ya lo empiezas a ver desde el Centro de la CDMX hasta el Centro de Tepic, Nayarit”, afirma.