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#LaVozDeLosExpertos
Las compañías de Silicon Valley están en una audiencia sobre la forma en la que fuentes cercanas al gobierno de Rusia pudo haber pagado publicidad y generado contenido para influir en las elecciones de Estados Unidos de Norte América (EE.UU.) el año pasado. Este caso puede sonar interesante y preocupante, pero si vemos el estado de las preguntas durante las audiencias es notorio que hay una gran separación entre el conocimiento técnico y quienes hacen las leyes. Si en EE.UU. tienen que tomar largos lapsos para explicar los tecnicismos del lenguaje digital, ¿están nuestros representantes e INE preparados para la batalla digital?
Es importante entender que en lo que más pueden ingerir las legislaciones es en la parte de anuncios pagados, ya que esa es la fuente de recaudación de ingresos de las compañías de tecnología y es lo que pueden regular de una forma “un tanto” más sencilla. Lo más complicado es regular la parte viral (en especial en Facebook y Twitter) y luego el fondo del iceberg: los sistemas de mensajería como Whatsapp, Facebook Messenger, etc. Todas estas plataformas de comunicación sirven para, justo, esparcir información (verídica, falsa, tendenciosa, manipulativa y mucho más).
Términos que van desde “impresiones”, “usuarios únicos”, “costo por clic”, “reproducción” o “vista”, tienen un trasfondo técnico en la publicidad digital. A eso le sumamos los términos orgánicos como “reshares”, “engagements” e “influencer”. A esto le vamos a sumar los Snapchats que se borran, los mensajes encriptados y la publicidad comprada fuera de frontera. Todo estos temas no son parte de una agenda clara hoy en día en México, no sabemos cómo se controla ni qué autoridades competentes pueden plantear una sana libertad de expresión al mismo tiempo que regulan el flujo de información inexacta, tendenciosa, falsa o simplemente errónea.
Mi postura es que la información debe de fluir, y la tecnología debe de llegar a más personas, en especial la tecnología que permite investigar y tener acceso a la información. El problema con mi postura es que también implica inversiones fuertes en educación, especialmente en temas como investigación, análisis de la información, manejo de fuentes y por supuesto, dudar de todo, todo el tiempo. Entiendo que es casi como pedir que con el acceso a Internet se incluya una licenciatura en comunicación, y hay algunos comunicadores que ya hasta se olvidaron de sus notas de la carrera.
El tema del Fiscal y las elecciones nos permitió cuestionar cosas interesantes sobre la forma en la que se está legislando nuestro voto, pero también hay que saber cómo se nos está influyendo para tener una opinión sobre gente que la mayoría de nosotros ni hemos visto o escuchado en una reunión informal. Llama mi atención la manera en la que el INE, la Corte Electoral y nuestros legisladores se van a armar para contrarrestar el #ruidoblanco y la falta de conocimiento de una nación con acceso a mensajes desde que amanecen, hasta que se cae su celular de la mano yéndose a dormir.
Google va un paso adelante me parece, ya que ellos tienen que sufrir mucho menos con el contenido viral (aunque hay grandes oportunidades en la parte de fake news) pero eso quedó muy claro en la audiencia de Richard Salgado.
