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Ética Hankista vs Ética Juarista. Hay dos expresiones diametralmente opuestas que identifican la ética y la actitud que deben guardar los funcionarios públicos frente al presupuesto público. Una es la conocida expresión del maestro Carlos Hank González, fundador y patriarca del Grupo Atlacomulco que reza: “político pobre, pobre político” y “en política lo que se compra con dinero es barato”.
La otra es el posicionamiento del abogado Benito Juárez al asumir la gubernatura del estado de Oaxaca, el 2 de julio de 1852: “Los funcionarios públicos… no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.
En lo que podría llamarse la “ética hankista”, la política es asunto de ricos; de dinero, mucho dinero, y el presupuesto es uno de los medios para lograrlo (“el presupuesto es para hacer política y lo que sobre es para hacer obras”). Es el espacio donde el poder político y el poder económico se dan la mano y abrevan del mismo oasis: el presupuesto público.
En la ética juarista, los funcionarios son ante todo servidores públicos. El presupuesto es sagrado y debe destinarse a los fines superiores de la Nación, no a fines particulares. Y por ese trabajo público que requiere tiempo completo y exclusivo, sin distracciones ni dilaciones, el servidor público debe vivir en la “honrosa medianía”, sin improvisar fortunas (es decir, sin robarse el dinero del pueblo), definida esa medianía por “la retribución que la ley haya señalado”. Si el funcionario aspira legítimamente a hacerse rico, que lo haga dedicándose a otra profesión o actividad distinta al servicio público. Pero no utilizando el cargo ni el presupuesto bajo su responsabilidad.
Nadie debe ganar más que el Presidente de la República. El tema de la “honrosa medianía” adquirió notoriedad en la opinión pública a partir de la reforma constitucional que establece que ningún funcionario público ganará más que el Presidente de la República (2009) y, recientemente, con la Ley Federal de Remuneraciones de Servidores Públicos que topa en 108 mil 656 pesos mensuales el sueldo neto del actual Presidente de la República. Ningún servidor público federal, de los tres órdenes de gobierno y de los órganos autónomos, desconcentrados y descentralizados de la Federación, deberá tener un sueldo superior a esa cantidad.
Esta disposición de ley ha despertado algunas interrogantes (además de 15 mil amparos), que es necesario aclarar. Por ejemplo, ¿con qué criterios se fijó el sueldo presidencial en 108 mil? Es el resultado de eliminar bonos de actuación, compensaciones especiales y seguro de gastos médicos que recibían los presidentes anteriores.
¿Es juarista ganar 108 mil pesos mensuales como funcionario público? ¿El ingreso mensual del Presidente López Obrador se puede considerar dentro de la “honrosa medianía” juarista? Comparado con lo que recibían los últimos presidentes de la República del PRI y del PAN, sí lo es. Incluso está por debajo del promedio, porque representa un 58% menos que su antecesor, Enrique Peña Nieto, quien en el último año de su cargo devengó un sueldo presupuestado de 259 mil 627 pesos por mes.
Comparado también con los sueldos de otros servidores públicos de la Federación y de los estados, se ubica entre un 75% y un 25% debajo de varios ministros, magistrados, legisladores locales, así como algunas autoridades estatales y hasta municipales, por lo que la reducción es notablemente significativa. Ahora bien, si consideramos otros indicadores socioeconómicos, la “honrosa medianía” del nuevo sueldo presidencial presenta matices interesantes.
Por ejemplo, comparado con las remuneraciones de otros presidentes del mundo, los 108 mil pesos mexicanos del mandatario AMLO es el segundo más bajo de un grupo de 11 países de América, Europa y Asia. Es decir, está muy abajo de la medianía presidencial mundial.
El presidente francés gana 299 mil dólares anuales; el primer ministro canadiense 260 mil; la canciller alemana 252 mil; el primer ministro japonés 203 mil dólares; en Chile 178 mil; el presidente colombiano 145 mil; el ministro italiano 125 mil; el presidente de Brasil 120 mil; el de Argentina 76 mil; el presidente de México 69 mil; y el presidente chino 22 mil dólares anuales.
Ahora bien, comparado el ingreso de este grupo de mandatarios con los salarios mínimos que ganan los trabajadores en sus respectivos países, se corrobora la enorme desigualdad que caracteriza a México en la distribución del ingreso.
El ingreso presidencial frente a sus representados. El ingreso mensual del presidente AMLO se ubica 40.00 veces por encima del salario mínimo (con los dos presidentes del PAN y el último del PRI llegó a ser del doble). Esta distancia sólo es superada por el sueldo del mandatario colombiano que es 44.86 superior al salario mínimo de sus representados más pobres. El ingreso mensual del presidente de Brasil es 36.90 superior; el de Chile 32.57 veces; el de Argentina 18.21; el de Japón 15.07; el de Francia 14.22; el de Alemania 8.33; el de China 8.08; y el de Canadá 7.27 veces.
Con el inédito aumento a los salarios mínimos que entrarán en vigor en 2019 (16% en el país y 100% en la franja fronteriza norte), la distancia entre el ingreso del presidente mexicano y los trabajadores connacionales de salario mínimo será hasta ocho puntos menor, disminuyendo la desigualdad salarial promedio entre el gobernante y sus gobernados. Un gobierno de izquierda no puede reproducir en su interior la desigualdad del ingreso que denuncia y combate en la sociedad y en la economía.
¿La “honrosa medianía” implica que el presidente AMLO se empobrezca o le dispute a José Mújica, expresidente de Uruguay, el título del presidente más pobre del mundo? Los 108 mil pesos mensuales netos del Presidente AMLO lo ubican en el decil más alto de ingresos (el decil X), de acuerdo a las más reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2016 del INEGI.
Sin embargo, está lejos de ser un miembro de la llamada “burocracia dorada” (cuyos ingresos rebasan los 110 mil pesos mensuales netos, donde se ubican 34 mil funcionarios públicos y 14 gobernadores). Y, por supuesto, tampoco forma parte de los 145 mil millonarios mexicanos que constituyen la clase media alta y alta de México, que se caracteriza por tener activos financieros individuales por más de un millón de dólares (sin incluir la residencia principal).
El patrimonio de D. Benito Juárez. Otra forma de dimensionar la “honrosa medianía” es analizar el patrimonio que el Benemérito Benito Juárez logró construir durante su vida pública de cuatro décadas, donde destacan los cargos de diputado local, gobernador de Oaxaca, presidente de la Suprema Corte de Justicia y Presidente de la República, entre otros.
Conforme al testamento legado a sus descendientes, entre ellos una hija natural de nombre Susana Juárez, el cuerpo de bienes del matrimonio Juárez-Maza ascendió a 151 mil 233 pesos con 81 centavos en 1873.
Dinero encontrado en la casa mortuoria, según la cuenta del albaceazgo: $573.00
Dinero en poder de los señores Merodio y Blanco: $20,119.88. Cobrado de la Tesorería General por cuenta de sus alcances como Presidente de la República, antes de que se expidiera la liquidación que obra en autos: $1,500.00. Cobrado en la misma oficina después de expedida la liquidación, según la cuenta del albaceazgo: $5,000.00. Productos de las casas de México, desde 19 de julio de 1872 hasta la fecha: $5,120.00
Importan los alcances como Presidente de la República deduciendo de la liquidación la cantidad que expresa la parte anterior: $12,479.45
En alhajas: $562.00. En muebles y menaje de casa: $4,153.25. Una calesa usada y un tronco de mulas: $500.00. La casa No. 4 del Portal de Mercaderes: $29,827.67. La id. No. 3 de la 2da. de San Francisco: $33,235.82 .La id. No. 18 de la calle de Tiburcio: $28,754.00. La id. en Oaxaca en la calle del Coronel: $3,566.46. Libros, su valor: $922.53. Acciones de minas y ferrocarril: $4,770.00. Ropa de uso: $149.75. Importa el cuerpo de bienes: $151,233.816
¿A cuánto equivale esta cantidad en pesos de diciembre de 2018? No tenemos estadísticas económicas confiables que nos proporcionen una equivalencia real una vez aplicadas la inflación, las devaluaciones y las reconversiones que han afectado a la moneda mexicana en 145 años.
En Estados Unidos existe un cálculo económico más desarrollado que nos expone al valor aproximado del dólar a lo largo de 200 años (en nuestro caso, en 1873 y su equivalencia en 2018). Si consideramos que el tipo de cambio en aquel año era de 98 centavos de peso por un dólar, tendríamos que el cuerpo de bienes del matrimonio Juárez Maza equivaldría a 154 mil 320 dólares en cifras redondas. Es decir, 3 millones 241 mil 209 dólares americanos de ahora. Al tipo de cambio vigente en este día ($19.91 dólar interbancario), el cuerpo de bienes de la familia Juárez Maza equivaldría a 64 millones 532 mil 471 pesos aproximadamente.
La “honrosa medianía” juarista no significa el empobrecimiento de los servidores públicos, mucho menos su enriquecimiento desmedido e inexplicable. El servicio público permite a quien lo ejerce ingresar a la clase media, pero no a la oligarquía económica. Puede ahorrar, más no amasar fortunas. Y heredar un patrimonio honorable a sus hijos, no una riqueza deshonrosa.
En síntesis, la “honrosa medianía” nos remite a una ética del servicio público, centrada en la honestidad, la eficiencia y la vocación de servir al prójimo. Ahora también, en el gobierno de “La Cuarta Transformación”, tiene un valor adicional: es una política pública central de la austeridad republicana bajo la cual se redireccionan las prioridades del presupuesto público hacia los programas de bienestar social y hacia las obras de infraestructura pública que promuevan el crecimiento económico. Más dinero del gobierno al pueblo y menos dinero al gasto del propio gobierno. Un gobierno de bajo costo, con máximos rendimientos sociales.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
@ricardomonreala