#LaVozDeLosExpertos
Los detalles de planeación y las oportunidades de mejora suelen salir a la luz cuando se van cerrando los eslabones que forman una cadena de producción.
Si pensamos que se tiene calculado que cerca del 70% de la población mundial va a vivir en grandes ciudades para el 2050, hay varios eslabones que ir perfeccionando. En cierta parte suena ridículo pero al mismo tiempo es obvio que el tema es circular: la gente va a la ciudad para mejorar su calidad de vida y las ciudades crecen sin planeación lo que se traduce en el detrimento del objetivo de esos habitantes que buscaban mejoras.
La Ciudad de México se encuentra dentro del top 10 de las ciudades más congestionadas del mundo respecto a vías de transporte, Bogotá y Lima están en el top 5. América Latina es un claro ejemplo de regiones con economías en desarrollo cuyas ciudades crecen más rápido que las regulaciones necesarias, la planeación y la implementación de transporte eficiente o nuevos modelos de transporte. Esta complicación de la movilidad también lleva a que crezca la demanda de obtener comida evitando transportarse lo cual permite, por ejemplo, que Uber Eats se encuentre en casi todos los países de América Latina.
La mayoría de nosotros agradecemos las soluciones a las desafortunadas consecuencias del crecimiento pero, obvio, al resolverlos, su adopción acelerada se puede volver un problema.
Muchas de las empresas que resuelven situaciones así, lo hacen con ingenieros dedicados a resolver problemas con más diseño y más ideas para desarrollar productos espectaculares pero, estos se enfrentan a sorpresas como espacios de vacío regulatorio o lineamientos genéricos que prohíben su implementación.
Es por eso que no es sorpresa que este año Uber haya realizado su evento de visión a futuro en Washington DC con invitados como la directora del Departamento de Transporte de los Estados Unidos, ejecutivos de NASA y hasta de la Agencia Federal de Aviación.
La visión del futuro tiene varias formas de movilidad, todo ello tiene que ver con la intermodalidad. Dependiendo de las distancias (y el congestionamiento) hay métodos de transporte más eficientes que otros: volar en un dron/helicóptero para personas, ir en un cierto tipo de vehículo (dependiendo de las inclemencias atmosféricas), tomar una bicicleta, un scooter o caminar... Todos estos modelos han demostrado resolver un problema pero, a veces, generan otros como son los puntos de partida de los viajes, los espacio de recarga..., en especial si pensamos que seguramente el futuro es y será eléctrico (o electrificado).
La solución de transporte particular aéreo compartido (o privado) genera las dudas más grandes, pero también hay críticas al aumento en bicicletas, scooters, y vehículos autónomos. Se tiene que dar solución al estruendoso #ruidoblanco de los rotores de drones para pasajeros. Hay que pensar en puntos de recarga, tiempo de recarga, inclemencias atmosféricas. Las regulaciones no son únicamente de permisos y tecnologías, sino también impactarán el trabajo de construcción, generación de energía sostenible, el almacenamiento masivo de energía eléctrica (y la altitud para vehículos que vuelan). Para que fluya la regulación las palabras clave serán: seguridad y riesgo.