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Brasil es uno de los países que ha tomado muy seriamente, al menos de forma pública, el tema de las noticias falsas como parte importante, y preocupante, dentro del proceso electoral de una nación. El Tribunal Electoral de Brasil (TSE por sus siglas en portugués) ha decidido reducir al máximo la posibilidad de que se diseminen noticias falsas alrededor de sus elecciones nacionales en 2018. Para esta tarea ha desarrollado un grupo de trabajo para combatir las fake news (noticias falsas) con apoyo del “Centro de Ciberdefensa” de la Armada, la Policía Federal y la Agencia de Inteligencia de Brasil.
Lo que busca la TSE, de acuerdo a un comunicado compartido con Gazeta Online de Brasil es hacer lo necesario para evitar que información falsa (o imprecisa) sobre los candidatos y partidos afecten el proceso electoral y causen daños a la nación. Para ellos la realidad mundial muestra la influencia de estas noticias falsas en los procesos electorales y, me parece muy atinado que no quieran quedarse estáticos, a diferencia de México (que no ha ni visto el precio de la etiqueta de este producto). Como bien dice el comunicado de la corte electoral de Brasil: Los “fake news” son una amenaza real.
Hace poco, durante las audiencias en EE.UU. respecto a las elecciones presidenciales del año pasado en ese país, un ejecutivo de Facebook admitió que, antes y después del proceso electoral, entre enero 2015 y agosto de 2017, alrededor de 146 millones de usuarios (definidos por geografía, etnografía y otras preferencias algorítmicas) pudieron haber visto contenidos con datos distorsionados, mentirosos o buscando engañar al lector.
En Brasil, al igual que en México, Facebook, Twitter y Google tienen oficinas comerciales y se dedican más a vender sus soluciones publicitarias que las tecnológicas. Esta decisión comercial nos hace que sea más fácil entender cómo catalogar sus valor: como medio. En EEUU esto se complica porque ahí es donde desarrollan y controlan parte de sus plataformas orgánicas: los algoritmos que sin intervención directa (pero si en la programación) en cada búsqueda en tu muro deciden “orgánicamente” la relevancia del contenido que vemos.
De acuerdo a la publicación de O Estado de S. Paulo, durante una reunión con la TSE, representantes de Google (que no se manifestó al respecto) y Facebook (que no fueron localizados) se comprometieron a afianzar las decisiones judiciales que se presenten contra el contenido ofensivo. De acuerdo al Supremo Tribunal Electoral de esta importante nación sudamericana, las dos firmas también acordaron implementar sistemas que permitan decir quién es la persona responsable de comprar publicidad en Internet y la cantidad de dinero invertida en dicha campaña de marketing digital electoral.
Lo que no dicen por ningún lado entre todo este #ruidoblanco de noticias falsas, es: ¿cómo van a mantener la libertad de expresión (en especial la popular) por encima de la información y publicidad falsa? No deberían caer dentro del “papá Estado” decidiendo por el “niño Pueblo” qué, cuándo y cómo comer. En especial en un país que ya vivió una dictadura militar por un periodo importante de su vida como nación independiente.