#LaVozDeLosExpertos
Es imposible llegar al final del año sin pensar cuántas veces has volteado a ver tu celular pero, además de considerar eso, pensemos en las emociones que nos generan las notificaciones. Consideremos que la mayoría utiliza en promedio unas 25 aplicaciones y, de ellas, la mayoría nos va a mandar un mensaje o notificación (digamos 15 de las 25). Es más, de apps como SkyAlert esperamos notificaciones para tomar acciones de prevención. Pero en la cotidianidad, más allá de fotos y mensajes de voz, nuestro dispositivo se ha vuelto un nido de estrés.
¿Qué sensación te causa ver una notificación sobre el ícono de WhatsApp? ¿Utilizas doble SIM? Entonces ¿qué sensación te genera ver la notificación sobre cada uno de los Whatsapps, el del trabajo, el personal? ¿Es diferente a la emoción que te da una notificación de mensaje en Instagram? ¿Qué pasa cuando tu Gmail dice 35 en rojo y cuando estás por abrirlo te llegan dos notificaciones de mensajes de texto, tres whatsapps y una llamada, todo (casi) al mismo tiempo?
Las aplicaciones que utilizamos no solo se encuentran en el celular sino que nos siguen, van a nuestros relojes, conviven en los navegadores de nuestras computadoras. Según RescueTime, una app que mide cuánto tiempo pasas y en qué, 23% de mi tiempo el mes pasado lo pasé en Outlook, 20% en WhatsApp (dos cuentas), 7% en Twitter, 5% en Telegram, 4% en Google Docs, herramientas de trabajo internas y Word. ¡La app solo midió lo que hacía en la computadora! Decidí no darle acceso a mi teléfono hasta no entenderla bien, pero ahora no quiero dárselo porque me voy a deprimir.
Uno se siente abrumado si lo ve todo en un solo lugar: las notificaciones de trabajo; más las notificaciones del celular; más las personas que buscan nuestra opinión, sugerencia o tiempo de reunión; más cosas personales y temas familiares. Algunos psicólogos dicen que las notificaciones pueden ser una fuente tóxica de estrés, lo peor es que es autoimpuesto.
Aunque hay mucho #ruidoblanco y pocos estudios sobre las notificaciones, les comparto algunas cosas que he encontrado y que me llaman la atención. Entre los usuarios de smartphones en los Estados Unidos las notificaciones más populares fueron: 92% las llamadas perdidas, 88% mensajes de texto, 81% correo electrónico, 67% actualizaciones de apps y 65% redes sociales. Lo triste es que solo 13% recibe notificaciones de noticias de manera regular, 23% algunas veces, 18% casi nunca y 44% nunca ¿cómo se informa la gente? #benditasredessociales.
Además, para organizarse, utilizan una app para controlar presupuestos que pide revisar gastos a diario y otra para llevar los pendientes con notificaciones. De complemento agregamos a todas las marcas interesadas en empujarnos un mensaje de “cómprame esto” o “prueba esto otro”. El nivel de ansiedad es ridículo, así que este cierre de año, hay que regalarnos el detalle de la relajación.
Desactiven las notificaciones. Cuando entren a la aplicación dediquen tiempo a atenderla y sigan a la siguiente. Si no van a contestar el celular, déjenlo en silencio, si algo urge, la gente que realmente quiere dialogar sabrá cómo hacerlo. Si alguien les deja de hablar porque vio dos palomitas y no recibió respuesta, dedíquenle una oración y sigan con la vida. Cada uno sabe priorizar y eso significa dedicarle tiempo a cada cosa que hace.