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Quiero escribir en esta ocasión sobre mi hermana Elena, quien ha sido una bendición en mi vida. En los momentos más difíciles por los que he pasado siempre me ha ayudado. En la fotografía que hoy publico de ella, que le tomé en 1969, tenía entonces 17 años. Salía de la adolescencia para convertirse en una mujer de una belleza extraordinaria, una verdadera beldad.
Elena lleva el nombre de nuestra madre, de quien heredó, sin lugar a dudas, las bellas facciones y su afable carácter. Mi madre también fue muy hermosa. Nació en Tala, Jalisco, y emigró a la edad de cinco años con su familia a los Estados Unidos. Vivió toda su infancia y adolescencia en Los Ángeles, California, por lo que era totalmente bilingüe, leía en inglés y español indistintamente. Como mi madre era considerada media gringa, la llamaban Helen, y así también todos llamaron a mi hermana, a quien para evitar confusiones nombraron Helencita.
Helencita es mi hermana menor, le llevo siete años y fui, en realidad, una suerte de segunda madre para ella, sobre todo a la hora de las tareas, pues mi madre no le entendía bien al sistema educativo mexicano y mi padre estaba siempre componiendo su música muy ocupado con su trabajo en el cine mexicano, por lo que yo la ayudaba en ese campo y en otros.
Desde siempre mi hermana Elena, llamada Helencita, mostró una carácter dulce y apasible. Es tierna, solícita, amable, discreta, atenta, lo ha sido con todos los miembros de mi familia, pasando a ser como una hada salvadora, incluyendo a primos y tíos a los que ha ayudado. Sus amigos la quieren mucho, todos hablan bien de ella. (Continuará...)
Me permito publicar una entrada del Diario de Salvador Elizondo en donde habla de ella.
Salvador viajó al Festival Cervantino en Guanajuato, al que yo no pude acompañarlo, a la representación de su obra de teatro Miscast. Mi hermana trabajaba en el Festival y le tocó atender a Salvador Elizondo, su cuñado, durante su estancia allá.
Martes 27.IV.82. —Al rato me voy a Guanajuato. Regresaré el viernes en la mañana. Siempre que voy de viaje solo me da mucha tristeza. (…)
Sábado 1.V.82. —Anoche regresé de Guanajuato, donde estuve desde el martes. Toda una serie de experiencias. Yo creo que la obra (Miscast) fue un éxito y en términos generales estuve muy contento. No fue la menor de las causas de esa alegría la revelación de mi cuñada Helen. Es un alma encantadora, su compañía siempre grata me lleva a quererla y estimarla muchísimo más. Paulina es muy afortunada de tener esa hermana.
***Foto: Elena, mi hermana, en 1969. (CORTESÍA PAULINA LAVISTA)