La Federación Internacional de Natación ( FINA ), el máximo ente rector de la natación en el mundo, manifiesta una y otra vez que no permitirá ninguna discriminación contra federaciones o individuos, ya sean competidores, funcionarios, jueces y delegados, por motivos de raza, género, religión o afiliaciones políticas.

Sumado a lo anterior, se debe destacar que dicho organismo también manifiesta en su reglamento, más específicamente en la regla C 12.8, que: “… Antes de que cualquier miembro [Federación] o individuo, sea sancionado por el Ejecutivo, de acuerdo con la Regla C 12.3 de la FINA, el individuo o su representante debe tener el derecho de comparecer ante el ejecutivo, ya sea en persona o por escrito…”.

Es de agregar, que dicha normatividad, adiciona lo siguiente: “… El Director Ejecutivo informará a este miembro o individuo respectivo sobre este derecho, POR ESCRITO, CON TIEMPO SUFICIENTE, para permitir que el miembro o individuo ejerza sus derechos…”.

Tomar decisiones arbitrarias, decidir sobre el futuro deportivo de un atleta, determinar según el parecer de un dirigente cuándo y dónde debe determinado deportista competir o participar, es limitar los derechos que tanto se defienden desde el concepto del olimpismo, instaurando por el Barón Pierre de Coubertin.

Por el afán de la figuración, de demostrar quién tiene más poder, de ejercerlo sin análisis, sin medir las consecuencias, sin una investigación clara sobre lo que ocurre, hoy cientos de deportistas no saben cuál es su futuro, si vale seguir entregándolo todo en cada entreno, si es suficiente ser un atleta que busca el alto rendimiento de la mano de la ética que tanto se difunde en el mundo, de las manos del Comité Olímpico Internacional ( COI ) y en este caso la Federación Internacional de Natación.

Antes de finalizar, es de recordar que el Código Mundial Antidopaje y el de Ética Deportiva , recalcan una y otra vez, que: La prioridad del dirigente deportivo, de las instituciones al servicio del deporte, de los médicos, jueces, entrenadores, psicólogos, metodólogos y hasta periodistas, es el bienestar del atleta, quien al final es la razón de ser de todo el movimiento olímpico y mundial del deporte. No existe la premisa ni se puede admitir que, por el solo y simple hecho de ser dirigente de una entidad deportiva, ello le otorga poderes para gobernar sobre la vida y el futuro de cientos de atletas que ven en este estilo y forma de vida su razón de ser, de vivir y de contribuir con el planeta.

Todo esto en referencia a lo que la Federación Mexicana de Natación (FMN), desea hacer al suspender a nadadores por el accionar de las Asociaciones a las que pertenecen; en este caso, las de Baja California y el Estado de México , reconociendo que, los atletas no han sido considerados para ninguna determinación, pero ahora serán los sancionados.

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