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El cúmulo de emociones que nos ha dejado, en dos días, el Abierto de Estados Unidos ha sido insuperable. Desde el Hole In One de Rory Sabbatini en el hoyo 12, primero en la historia del torneo hecho con una pelota amarilla, hasta el cierre de terror de Lucas Bjerregaard , quien en el hoyo 18 tiró 11 golpes.
También hemos vistos putts largos directos al hoyo o fallas a menos de un metro, tal y como le sucedió al infalible Phil Mickelson , algo que no se ve todos los días.
Y así podríamos enumerar los momentos que hemos podido vivir en el US Open y que seguramente seguiremos viendo historia pura en los días restantes, donde Gary Woodland (con -9) ha tomado la ventaja.
La precisión en el green ha sido fundamental para que Woodland se ubique en la primera posición, con una ronda libre de errores y seis birdies, que lo colocan con dos golpes por delante de su más cercano perseguidor, el inglés Justin Rose, con siete golpes bajo par.
Los mexicanos Carlos Ortiz y Abraham Ancer han sacado la casta y no sólo lograron pasar el corte, sino que también se encuentran cerca de la punta y por encima de jugadores de la talla de Tiger Woods o Jason Day. Ortiz está colocado en la posición 17, con -2.
Ancer, por su parte, ha sido un poco más irregular, pero igualmente se mantiene en la pelea. El jueves no llegaron los birdies y sí los errores, para cerrar con 74, tres golpes arriba de par; sin embargo, ayer compuso el camino y logró un águila, seis birdies, un bogey y dos doble bogey, para redondear su tarjeta en par de campo.
Veremos si Brooks Koepka se convierte en el primer jugador en más de 114 años en conseguir tres veces el mismo torneo de forma consecutiva o si Rory McIlroy rompe la maldición de ganar un grande precedido de una victoria, como lo logró la semana pasada en Canadá.
lumiz13@gmail.com