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Entre los priístas ajenos al grupo del poder, los no tan cercanos a Peña Nieto, a los que dejó perdidos la petite revolución de 2012 y que fueron tildados de rémoras y condenados a empolvarse entre el olvido, existe en estos momentos un gran enfado. Están envueltos en la furia del que sabe mucho y está dispuesto a contarlo todo.
Fuentes diversas señalan una trama que parece, casi, una calca de la estrategia del acérrimo enemigo en la campaña.
Y es que así como Ricardo Anaya se apresta a intentar retomar el control del PAN o, en su defecto, a no soltarlo colocando en la presidencia a sus incondicionales, en el PRI los artífices del mayor fracaso en la historia del partido quieren hacer exactamente lo mismo. ¿No que muy distintos?
Poco parece importarles el hecho de que apenas alcanzan los siete millones de votos en la elección más patética de su historia. Priístas con curul asegurada, como Rubén Moreira, Enrique Ochoa y el mismo René Juárez Cisneros, se aprestan a confabular para mantener el control de partido y dejar fuera a los críticos que nunca los entendieron ni apoyaron en su magistral estrategia para el fracaso.
En cualquier partido con un mínimo de decencia, los responsables de una debacle como la vivida en el PRI renunciarían sus cargos futuros, máxime con el peso adicional de no haberse ganado sus curules al ser, todos, autoimpuestos como plurinominales. En cualquier partido con un mínimo de decencia… ¡ah!, cierto, estamos hablando del PRI. Perdón, fue un lapsus.
Lo más interesante del caso es que existen tentaciones de modificar estatutos vía exprés o aplicar con nuevas interpretaciones para jugar al “dobleteo”: quieren ser diputados y al mismo tiempo dirigir al partido, o, ¿por qué no?, ya hasta levantan la mano, en corto y en privadito, algunos gobernadores cercanos a Los Pinos a los que la energía les sobra, según ellos, para las dos chambas.
Indignados, priístas en la Ciudad de México me cuentan que incluso ha surgido la idea de mantener al ciudadano Mikel Arriola frente al PRI capitalino, “por su extraordinario papel en la elección”, el de 12.9% que solamente perdió 6 puntos a comparación al 19.7% del 2012.
Quizá de lo más interesante en la crónica del desastre anunciado será lo que en breve comenzaremos a leer en algunos medios de comunicación que se prestaron a publicar encuestas totalmente fuera de contexto y realidad en sus páginas principales a cambio, evidentemente, de acuerdos comerciales extra contables que fueron sellados con el empeño de la palabra de los vencidos, otrora todopoderosos: no hay dinero para pagar los compromisos y, así de fácil, no se van pagar porque “legalmente” nunca existieron. Fueron grandes porristas y ahora serán aporreadores. Cartera mata postura.
DE COLOFÓN.— Andrés es el único que puede contener a Andrés; no hay contrapesos reales más allá del criterio propio del poder que, por regla general, casi nunca es efectivo. El escándalo del fideicomiso creado por Morena para apoyar a damnificados del sismo y que, al parecer, terminó en manos equivocadas debe ser aclarado de forma creíble por la primera fuerza política del poder… A menos que la idea sea regresar al priato, ahora guinda.