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Mañana arranca la edición 2018, la 19, del Festival Iberoamericano de Cultura, El Vive Latino en el Foro Sol y la relativamente nueva masa periodística que socorre a los millennials digitales por sobre la vieja guardia se siente ya muy manoseada. Estos, que informarán de los pormenores del evento que ofrece un gran abanico de posibilidades no sólo de estilos y gamas musicales sino de oferta cultural en sus distintos empaques, eso sí, se ve bastante atractiva.
Desde luego, uno de sus grandes atractivos concierne a la industria disquera independiente que sigue mostrando más sentido común que las grandes majors del disco establecidas que, salvo ya muy raras ocasiones, desarrollan talento local. Sin embargo, bajo el cobijo de la independencia digital, los interesados se pueden llevar menudas sorpresas con, ya se sabe, esos grupos que no han sido convocados a los diferentes escenarios del Vive, a pesar de su innegable calidad.
Se espera un contingente de unos 70 mil asistentes el sábado y el domingo, que se dispersará en los escenarios grandes previstos, los medianos, y en las opciones que ofrece la Carpa Intolerante, donde por lo general se presentan bandas con otro tipo de propuestas digamos más arriesgadas que, de otra forma, no serían conocidas. No faltarán tampoco los representativos del Tianguis Cultural del Chopo que, entre otras atracciones, presentará la continuación de la misma telenovela de siempre con el máximo caimán barbudo y llorador profesional del rock nacional, a la hora de agenciarse discos, principalmente de vinil, a precios insultantes, mediante dramáticas actuaciones.
El festival propone la friolera de 83 proyectos musicales que engloban a los representantes de 18 nacionalidades, donde habrá mucha tela sonora de dónde cortar venida de Argentina, Brasil, Chile, Guatemala, Colombia, Ecuador, Venezuela, Paraguay, Puerto Rico (esperemos sin abominable reggaetón), España, Reino Unido, Suecia y, para regocijo de Amly Bebe: Rusia.
Habrá también eventos de cine, con anticipados documentales de rock; zona franca de libros, standuperos de “No Gracias” o “¡Ay nos vemos!”; la Zona del Parque, para los roqueritos y punketos más chiquitos, grafiteros, zona gastronómica de “cuidado con el bolsillo” y toda la parafernalia inimaginable de playeras, jeans, tenis y artículos de rock afincados y de ocasión para que a uno no lo confundan con esos que viven a la izquierda del reggaetón: el microbús.
Las recomendaciones, ubicaciones de escenarios, horarios entre unos y otros obligan a tomar precauciones para lo que, en opinión de este servidor, no hay que perderse. Entre ellos La Banda Mixe (armada por el ex Texedomoon, Steven Brown) Noel Gallagher, María Daniela y su Sonido Láser, San Pascualito Rey, Ritmo Peligroso, Sergio (Presidente) Arau y los Heavy Mex, Cuca, Morrissey, Pussy Riot, Vetusta Morla y Rock en Tu Idioma Sinfónico Punk. Lo demás ya son gustos muy personales, perversiones inenarrables, desvíos inexorables y encontronazos no previstos o planeados con antelación, alevosía y ventaja.
Gratis, como siempre, estará disponible el disco acoplado de muchas de las bandas nacionales convocadas y, chance y alguna sorpresa (libros de rock nacionales, por ejemplo) en el área de las disqueras independientes. Por lo pronto hay que tomar medidas precautorias: gorras, bloqueadores… porque el sol parece que estará abrazador en su promoción cancerígena de quémese ahora, pague con la vida después.