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Bájale de chile a tu guacamole. No sólo son sabrosos, sino divertidos los pleitos, trifulcas, y solicitudes de visita al infierno, cuando ni siquiera se tienen que subir al ring muchas de las figuras del rock para darse con todo. Son legendarias las broncas entre miembros de grupos famosos, con tal de hacer valer sus derechos, que incluso han llegado de los golpes, a tomar armas para hacerse su propia justicia en eso de egos desatados, instintos reprimidos y ver quién lleva los pantalones… porque en mi banda mando yo.
Ricos y célebres, todos van al abordaje. Desde súper estrellas, hasta pobres diablos, pasando por variantes de todo tipo de músicos, de los que quieren imponer condiciones y llevar agua a su molino y a sus cuentas bancarias. Increíbles han sido golpes bajos y altos con tal de salirse con la suya y que la convivencia como negocio permanezca intacta, dando dividendos por conciertos y discos.
Mick Jagger, que acaba de salvarse de un casi ataque al corazón que lo puso bajo la cuenta de protección y un posible alejamiento de los escenarios, es acreditado junto con Keith Richards por darse hasta sin guantes para ver de qué tamaño son sus egos. Hasta el momento, Richards lleva la delantera. Sin embargo, Charlie Watts, le metió un susto al saltarín de la banda al llamarlo simplemente “mi batería”.
Los Rolling, después de la muerte “o asesinato” de Brian Jones, como que lo piensan y unidos se defienden de “los golpes” que les atiza de vez en cuando Bill Wyman, que los aguantó 30 años.
Ray y Dave Davies, de Los Kinks, perpetradores de las bromas más crueles que sufrieron muchos de sus colegas en el escenario, son protagonistas de muchas trifulcas y una célebre (con Mick Avory), su baterista. Parecería que tras unos puñetazos la cosa quedaría ahí, pero como Dave le traía ganas, al otro día en pleno concierto, Dave pasó de los insultos a los madr.... La batería de Avory quedo liquidada y la respuesta fue sangre y 16 puntadas de zurcido, que hoy es invisible. Nadie levantó cargos.
Liam y Noel Gallegher, merecerían de por sí un apartado de dimes y diretes con saldo rojo por sus afiladas lenguas y golpazos correspondientes. En ese tenor no se salvan agrupaciones como The Libertines, Bryan May y Roger Taylor, Glen Frey y Don Felder, de The Eagles y U2 (todos contra Bono), Paul McCartney, Lennon y Yoko Ono, que cada vez que puede le atiza al Maca. Otros nada dejados son los de Kings of Leon.
En Caifanes, Saúl Hernández nada quiere aclarar de muchos ganchos al hígado que le propinó al argentino Alejandro Marcovich, el cual todavía llora como Magdalena. Ni el caso Colosio tiene tantos misterios sin resolver como esta contienda. Saúl además tiene una ligera ventaja de su mánager y aliada, Marusa Reyes.
También son famosas las amenazas y golpes que propinaba el legendario y temible Paco Gruexxo, en tiempos del hoyo fonki “Antonio Caso”, en Tlatelolco, donde imperaba su elegancia, como la bota picuda que le rompió la nariz a Chela Lora, en Chicago. Tres meses de felicidad para el TRI, que la dejó fuera de los conciertos y con un obligado descanso para su “Domador”, claro que haciendo un trabajo que ya había olvidado: cantante principal.
pepenavar60@gmail.com