Más Información
ONGs preocupadas por recorte al presupuesto sobre medioambiente; piden recursos suficientes para atender cambio climático
Rector de la UNAM urge a concretar Agenda 2030; hay que buscar crecimiento económico con justicia social y sostenibilidad, dice
Mexicanos Primero reconoce que en 2025 habrá más inversión en becas; infraestructura educativa quedó relegada, informa
Hay calificadoras más importantes que Moody’s, responde Morena; en otras siete tenemos una nota bastante buena, afirma
Rosa Icela se reúne con Guadalupe Taddei y consejeros electorales del INE; encuentro es a favor de la democracia, afirma
¿Qué pasaría si reforma extingue Plataforma de Transparencia?; 15 mil millones de registros quedan vulnerables a hackeo
José Luis Mondragón, capo di tuti capi de los conocedores del rock progresivo (y otros géneros) que en este país le guardan riguroso fervor a esta deidad sonora que tiene su representación sustentable en el sabatino “Tianguis del Chopo” a través de la “Virgen de progresivo”, confirma que el género en formato de mini LP, doble álbum, triple y boxed de cinco o más discos, es lo que más atrajo la atención a los nostálgicos que hace mucho perdieron la fe a las disqueras establecidas que no saben lo que es el catálogo como elemento reciclable.
De ahí que los que sí saben del negocio consigan lo que nunca llega a México y que, sin embargo, es una venta segura que promete adicción en el comprador, que no dudará en desembolsar unos cuantos pesos (no muchos) en comparación a lo que cuesta un original de música de plástico desechable o una descarga digital. Estos rumbos digitales que ha tomado la música grabada, que desdeñan el producto físico, apuntan para ser su perdición. Mientras eso sucede, los milagros que sólo se ven en Internet a precios muchas veces estratosféricos, están en el selecto puesto de Mondragón, peleándose las listas alternas del quién es quién.
El número uno es King Crimson, con ediciones que ni siquiera pueden presumir grupos de la talla de Pink Floyd. El grupo de Robert Frip tuvo este año ediciones de escándalo y su venida a México ayudó a que se vendieran ediciones coleccionables casi inimaginables. La Serie de Rock Power, tuvo un repunte notable en individualidades y en casi la totalidad de la colección concebida en su momento por Herbé Pompeyo, AR especializado de Polydor y luego de PolyGram y Warner.
Por sobre lo ya conocido (o por conocerse), la ediciones bootleg siempre han sido una tentación latente: una entrada a La dimensión desconocida, Y justo en este espectro del draft musical, Doors, Grand Funk, Kiss, Cream (las ediciones japonesas), Neil Young, Frank Zappa, Deep Purple, Jimi Hendrix Experience (Firs Steps, el Six Pack: Rock Rare Collection Fetish, El Hedrix Live in Scandnavia…) hasta el lado oscuro de la luna: Art Zoyd o Can, pasando por excentricidades familiares como The Pekin Tapes de Pavlovs Dog o los 10 volumens de Rock-A-Billy Rock and Roll & Hillbilly, son cosa de asombro.
En otra arista musical, los de la tercera edad también tienen su recompensa con los cuatro volúmenes (con 25 canciones cada uno de Hits y Clásicos) titulados Crooners & Ladies). Engelbert Humpending, Frankie Laine, Lena Horne, NatKing Cole, Brook Benton, Percy Sledge, Gene Pitney, Judy Garland, Peggy Lee, The Platers, Bing Crosby, Billy Hollyday, Sinatra, Nina Simone, Ray Charles, Pat Boone y muchos más.
Y más cerca de la ola inglesa que alguna vez se vendió en el Gran Disco de Balderas y Avenida Juárez, se pueden topar con cerca de casi 3 mil ediciones Beatles, encabezando nuevas apariciones plagadas de bonus-tracks de los que dominaban la radio en los años 60: The Zombies, Freddy & The Drames, Gerry & The Pacemakes, Billy J, Kramer & The Dakotas, The Dave Clark Five (discografa completa), The Sarchers; más el ala americana representada por The Standels, Barbarians, Beach Boys, Grass Roots y muchos psicodélicos nacientes. Nadie sabe para quién trabaja, algunos sí.