Es el otro cine con el que pocos se atreven, mientras la perrada está más pendiente si en Toy

story 4, Dumbo y otras vaciladas anodinas de Disney, más las comedias, ñoñas, ya se abrieron a las drogas, al sexo, las drogas y el rocanrol. Es ese cine, dirigido por directores de culto, con el que muestran irreverencia y burlas a los clichés ya conocidos o previsibles que no le tienen miedo al qué dirán de críticos solemnes y con tufo de exquisitos como Carlos Bonfil, quien sólo se conmueve con la programación de Cannes.

Así, por ejemplo, Jim Jarmusch le entra al apocalipsis zombi Los muertos no mueren, con la línea defensiva de la frikeada de una pequeña localidad gringa que tiene que hacerles frente para no terminar en hamburguesa en este avance carnívoro de los muertos que aún siguen caminando en una combinación macabra de comedia negra sangrienta. Muchos gags desgraciados, subversivos, rebeldes y hasta cierto punto perros… con rabia, tipo Steve Buscemi.

El primer hombre es el relato de Neil Armstrong, que según la NASA, tocó por primera vez la superficie de la luna. Una historia narrada en primera persona (la de Ryan Gosling, quien lo interpreta) que hace que todo parezca lo más real y fidedigno posible, luego de las teorías de la conspiración rusas y americanas con base en lo que sucedió o pudo suceder. En ese sentido y en el que le quisieron dar oficialmente, se dice que la NASA, para cobrarle un favorcito al mismísimo Stanley Kubrick (al que le prestaron una cámara de última generación para filmar Barry Lyndon), le pidieron que filmara en falso alunizaje.

Maniatado, el director del 2001 aceptó la propuesta de plan con maña de Harry Kissinger encomendada por Richard Nixon. Más tarde, dicen, todo el crew del legendario cineasta fue asesinado con casi disfraz de suicidios. Kubrick se salvó de una muerte anunciada y nunca más salió de su mansión londinense. Varios documentales dicen su otra verdad. El caso es que quienes hayan visto por televisión en blanco y negro el alunizaje en los años 60, ya no están muy seguros de lo que vieron y creyeron.

Sin marca, pena, aunque con cierta gloria clandestina, el tour que llevaron a cabo los Cowboys de Leningrado, con problemas impensables (como su búsqueda de Moisés), prácticamente inventados por Aki Kaurismaki, llegan desde la clandestina digitalidad del Blu-ray con la historia que pasaron en la ahora CDMX. Los finlandeses regresaron finalmente a Siberia, desde donde harán una peligrosa gira por algunos países de Europa a pedimento de su peligroso mánager.

Ya arrancó la tercera temporada de La casa de papel, el thriller hispano de robos, secuestros y atracos, planeados por El Profesor, quien cansado de la paradisíaca isla a donde se fue a gastar el dinero que se robó en la Casa de Moneda y Timbre, quiere más para seguir dándose vida de Pachá, aunque la historia ahora es otra. Si sigue los lineamientos del primer episodio, estaremos enganchados, porque tiene historia, buen guión y entretiene. Por algo la califican como la mejor serie española de la historia reciente.

Por fin han vuelto a las andadas los que por alguna extraña razón dejaron de distribuir películas y documentales de rock. La lista es larga y entran propios y extraños, famosos y don nadies. Habrá una Neblina dedicada a ellos. Pendientes.

pepenavar60@gmail.com

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