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Denis Villeneuve, director de Intriga, Sicario y La Llegada, retoma el clásico noir de CiFi de Ridley Scott, Blade Runner (1982) en la ruta deslumbrante del alucine cinematográfico y las imágenes que plantean el reto de superar el original, labor que ya le tocará tanto a críticos como a fans y fundamentalistas, en eso de deslindar responsabilidades de concepto y montaje para contar, 30 años después, la nueva propuesta que parte de la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford, sacado de la tumba y rejuvenecido nuevamente) por un nuevo Blade Runner, K (Ryan Gosling), que ha descubierto un secreto largamente guardado para acabar con el caos reinante en la sociedad futurista de 2049.
No se trata de retos para superar el filme original de Scott (que ahora es el productor ejecutivo de este nuevo delirio visual) sino de una puesta en escena alucinante y visualmente demoledora para el ojo humano, y un triunfo inobjetable del estilo por sobre el contenido cyber punk en una puesta inquietante, avasalladora, bella, fantasmagórica y perturbadora, además de nostálgicamente humana en esta nueva adaptación de la historia de Philip K. Dick.
Por otro lado, ya es hora de hacerle justicia a Roger Deakins, fotógrafo, que ha captado impresionantemente el contenido visual más increíble de los últimos tiempos en efectos especiales al servicio de esta secuela cyber punk. El reparto es tan impresionante (Jared Leto, Edward James Olmos, Robin Wright, Carla Jury… en donde algunos van a extrañar la incomparable belleza de Sean Young) casi como el haber convencido a Harrison Ford de someterse a un cuidadosísimo tratamiento de maquillaje para que, de ser su propio abuelo, saliera convertido casi en su propio nieto. Se anuncia para el mes que entra pero no hay que descartar su salida anticipada con alfombra negra en Blu-ray a partir de la filtración de algo más que sus ocho tráilers para todo mundo.
Otro alucine que marca el debut de George Clooney (que ya ha dirigido otras cintas) en el cine negro en la línea de Simplemente sangre de los hermanos Cohen, es Suburbicon, que bien podría ser la película prima de Fargo, que narra la historia de una familia americana muy peculiar de 1959. El reparto encabezado por Matt Damon y Julian Moore, si los coge mal parados, les puede meter un susto.
Otra es la secuela de Una verdad incómoda, que llega 10 años después nuevamente con Al Gore, en el documental de Bonnie Cohen y John Shenk en un: ahora o nunca sobre el cambio climático que nos va a llevar a todos, si no se hace algo desesperado, a la chin... Es hora de verdaderamente hacer algo drástico, sin que el dinero y la corrupción política a nivel global, se salgan con la suya y nos abran las puertas del infierno.
Finalmente lo que pinta para ser una desgracia en cuanto a series de tv: The black list, la serie de la NBC creada por John Bokenkamp, que acapara la atención en varias plataformas digitales desde hace cuatro años y exclusiva de Netflix en sus cuatro temporadas, parece que tiene ya contados sus días porque el archicriminal y peligro extremo, Raymond Reddington (James Spader), que tiene siempre al FBI postrado a sus pies para cualquier cosa que se le ocurra, en beneficio de su carrera fuera de la ley, quiere más dinero que el que ha obtenido en todos los episodios de la serie. Como el dinero lo es todo, ya veremos.