Justo ahora que comienza a desaparecer de placas y una que otra avenida el nombre del ex presidente, Gustavo Díaz Ordaz, responsable esquivo de la masacre de Tlatelolco (que se ufanaba de haber salvado a México), es que se antoja la remembranza musical de sonidos y voces, a manera de soundtrack, que se escuchaban en el año del estallido del 68 que tuvo también su repercusión y ajuste de cuentas en el movimiento estudiantil que se vivió en México con el 2 de octubre como saldo rojo.
Sumándose a otros elementos de revivir nostalgia están: un disco del 68 que hace 20 años sacó Universal Music: el compacto titulado 1968: música, imágenes e historia (con testimonio del rector Javier Barros Sierra, Díaz Ordaz y otros), bajo la batuta de Arturo López Gavito y el colega Jorge Soto y entre, muchos testimonios escritos en libros fundamentales y documentales perdurables, no podían faltar: El grito, de Leobardo López Arretche; Tlatelolco: las claves de la masacre y La matanza de Tlatelolco.
Este nuevo álbum físico doble creado por Jorge Ávila, de Sony, con 50 temas: mitad en español y mitad en inglés, describe muy bien el contexto musical de lo que imperaba en el 68 antes de que Díaz Ordaz y el luego presidente Echeverría entraran en acción sanguinaria. El doble que hoy entra a las tiendas discográficas y departamentales a un precio de ¡me lo llevo! (entre 70 y 75 pesos) se debate en su parte nacional entre bolero, baladas, el género ranchero, lo tropical unlimited y hasta una probada de la inicial trova cubana.
Entre los nombres fundamentales que integran la interpretación de sus temas, figuran Armando Manzanero, Leo Dan, Sandro, Angélica María, la Sonora Santanera, Roberto Jordán, Leonardo Favio, Massiel, Palito Ortega, El Mariachi Vargas de Tecalitlán, Marco Antonio Muñiz, La Tigresa: Irma Serrano (que tanto tuvo que ver con Díaz Ordaz, como su segunda de a bordo), El Cara ‘e foca, Dámaso Pérez Prado, María Dolores, Pradera, Gerardo Reyes, Los Hermanitos Castro, Cuco Sánchez, Pepe Jara, César Costa y hasta Genaro Moreno, auxiliado por Pili y Rosita González.
En español arrancaban las canciones “Amor de estudiante”, “Rosas en el mar”, “Morenita mía”, “Fallaste corazón”, “El despertar”, “El juego de Simón”, “La Bikina”, “No me amenaces”, “Esta tarde vi llover”, “Porque yo te amo”, “Cuando me enamoro”, “Si nos dejan”, “El despertar” y otras que calan “hondo y profundo”, como decía en buen Pedro Marangana (Pedro Vargas), según El Chino Herrera, en el Estudio Raleigh.
La parte anglo agrupa el himno de hippies y jipitecas: “San Francisco, flores en tu pelo”, de Scott McKenzie; “La carta”, Box Tops, “Mellow yelow”, Donovan; “Cocaine blues”, Johnny Cash; “Somebody to love”, Jefferson Airplane; “Piece of my heart”, con Big Brother and The Holding Company con Janis Joplin. “Páginas del pasado”, con The Byrds; “Woman, woman” y “Young girl”, con Gary Pucket & The Union Gap; “Angel de la mañana”, con Marielle Rush; “Everybody’s talkin”, con Harry Nilsson; “Gren tambourine”, con Lemon Pipers; “Simon says” con la Fruitgum Company”, “El Bueno, el Malo y el Feo”, con Hugo Montenegro y su Orquesta, “Mr. Robinson”, Simon & Garfunkel, y así. El doble pack trae un tríptico flap informativo, coordinado por Jorge Ávila, que da cuenta de los acontecimientos más relevantes de 1968.